Director, guionista, productor, asistente de dirección. A causa de la Revolución Mexicana, su familia abandona Ciudad Jiménez y se traslada a Torreón, Coahuila, en 1911, donde realiza sus estudios primarios. Al cabo de ocho años se mudan al Distrito Federal, ciudad en la que hace la secundaria y preparatoria. En 1926 es enviado por su padre a estudiar a Los Angeles, California; para sostenerse trabaja como extra o ayudante en varios estudios cinematográficos, y estudia Mecánica Dental, oficio que abandona casi inmediatamente.
En esos años, en Hollywood comenzaban a filmarse películas en español con actores famosos de España, algunos de México y otros de habla hispana. Allá conoce a Emilio “Indio” Fernández, Chano Urueta y Alfonso Sánchez Tello. Regresa a México a finales de 1932, cuando “el ambiente del cine era muy raquítico, había inquietud y poco dinero para invertir, era la iniciación de la etapa sonora y mucha gente, sobre todo la iniciativa privada, se interesó en hacer cine”. Roberto Gavaldón regresa a nuestro país sin la intención de incorporarse al medio cinematográfico; se reencuentra con viejos amigos y ellos lo invitan a integrarse al cine, como Sánchez Tello, con quien participa de extra en el filme Almas encontradas/Raphael J. Sevilla 1933. Actúa en El prisionero trece/Fernando de Fuentes 1933 y tiene un breve papel, el de joven de sociedad, en La sangre manda/José “Che” Bohr 1933.
Interesado en la parte técnica de las películas, Roberto Gavaldón inicia labores de utilero y anotador. Es asistente de Gabriel Soria en Chucho el Roto/1934 y de Jack Conway en ¡Viva Villa!/1934. Entre 1935 y 1944 asiste en la dirección, en 52 cintas, entre las que destacan Martín Garatuza/1935, ¡Ora Ponciano!/1936 y Mater nostra/1936, las tres de Gabriel Soria, Celos/Arcady Boytler 1935, Marihuana/El monstruo verde/José “Che” Bohr 1936, El baisano Jalil/Joaquín Pardavé 1942 y Porfirio Díaz/Entre dos amores/Raphael J. Sevilla/Rafael M. Saavedra 1944, que es su último trabajo como asistente; también asiste a Juan Orol, Alejandro Galindo, Rafael E. Portas, Fernando de Fuentes, Rolando Aguilar, Raúl de Anda, Martín de Lucenay y Gilberto Martínez Solares, entre otros. Debuta como codirector en Cielito lindo/Roberto O’Quigley 1936, Noche de ronda/Ernesto Cortázar 1942, Tormenta en la cumbre/Julián Soler 1943 y Naná/Celestino Gorostiza 1943.
En los primeros meses de 1944, participa nuevamente en calidad de asistente de dirección en El amor de los amores/Antonio Médiz Bolio y El niño de las monjas/Julio Villarreal y Mario del Río. Etapa a manera de aprendizaje para Roberto Gavaldón cuando no había ninguna escuela o academia en que se enseñara cómo filmar películas, y los directores ascendían de nivel en nivel dentro del sindicato, como lo mencionara tiempo después el mismo director: “Tal fue el caso mío, yo seguí una especie de escalafón que me permitió poco a poco ir aprendiendo muchas cosas, así que cuando llegué a director ya iba preparado”.
Después de diez años como asistente de director, Roberto Gavaldón conocía a mucha gente importante de la industria fílmica en México y en Estados Unidos. Estar en el set durante tanto tiempo le permite tener una comprensión profunda del quehacer cinematográfico. Es así como debuta formalmente como director con La barraca/1944, sobre la novela del escritor español Vicente Blasco Ibáñez, una adaptación de Libertad Blasco Ibáñez -hija del novelista- y Paulino Masip, bajo un guion técnico de Tito Davison. Filmada en los Estudios Azteca, La barraca es una historia ambientada en el campo valenciano en 1880, un drama de venganzas y odios a raíz de la disputa por unas tierras. Una de las recreaciones más importantes de la idea de la hispanidad hecha por el cine mexicano y una exaltación patriótica de España. Película sobre el arraigo, la migración, el exilio y los valores liberales, en la que participan alrededor de 20 exiliados españoles, incluso los principales actores como Anita Blanch, José Baviera y Amparo Morillo eran de Valencia. Además, la cinta resalta varios aspectos valencianos: los campos, palabras, bailables, música, vestuario y la reproducción casi exacta de sus construcciones: las barracas. Auxiliado por varios técnicos hispanos asentados en México, Gavaldón logra reproducir en pantalla la atmósfera social y cultural de la Valencia en que transcurre la trama del filme. Se suman al elenco Domingo Soler, Luana Alcañiz, Manolo Fábregas, Narciso Busquets, Manuel Noriega y Rafael Icardo, entre otros. Se filma a partir del 26 de octubre de 1944 con un costo de 650 mil pesos, y se estrena el 27 de julio de 1945 en el cine Chapultepec, donde permanece siete semanas.
La cinta, todo un éxito de público y crítica, gana la primera estatuilla del Ariel a Mejor Película, además de otros nueve premios: Director (Roberto Gavaldón), Guion Adaptado (Libertad Blasco Ibáñez), Actor (Domingo Soler), Coactuación Masculina (José Baviera), Fotografía (Víctor Herrera), Edición (Carlos Savage), Escenografía (Vicente Petit), Sonido (Eduardo Fernández) y Música de fondo (Félix Baltasar Samper). A partir de un negativo encontrado en regulares condiciones, La barraca es restaurada en resolución 2K por la Filmoteca de la UNAM y Labo digital en conjunto con la Academia de Artes y Ciencias Cinematográficas en 2017, labor que se realiza en seis meses durante las 24 horas del día. La versión restaurada es exhibida por primera ocasión en la Cineteca Nacional en diciembre de 2017.
El mismo año que filma La barraca, 1944, Gavaldón, al lado del fotógrafo Gabriel Figueroa y directores como Emilio “Indio” Fernández, Ismael Rodríguez, Alejandro Galindo y Julio Bracho, forma parte del grupo de trabajadores inconformes con la gestión del STIC, acusada de corrupción y otros abusos. Junto con los actores más reconocidos de la época, como Jorge Negrete y Mario Moreno “Cantinflas”, fundan en 1945 el Sindicato de Trabajadores de la Producción Cinematográfica, en el que Roberto Gavaldón se convierte en secretario de Asuntos Técnicos del Comité Ejecutivo Central, cargo que abandona para ocupar la Secretaría General de la Sección de Directores. Al lado de otros directores, actores, fotógrafos, productores y periodistas, crea la Academia Mexicana de Ciencias y Artes Cinematográficas (actualmente AMACC), con la finalidad de promover y destacar lo mejor de la cinematografía nacional, y queda conformada formalmente el 3 de julio de 1946.
En su obra se descubren con claridad los temas que lo obsesionan: la muerte, la identidad y la casa como primer espacio referencial. La solidez del realizador se evidencia en la técnica, la trama, la forma en que narra una historia, el tono preciso sin excesos, incluso discreto en la audacia técnica, y la fuerza dramática de su fotografía en blanco y negro, generalmente de alto contraste.
Se rodea de expertos, que coinciden con él, en la búsqueda de la excelencia, como los fotógrafos Gabriel Figueroa y Alex Phillips, el músico Raúl Lavista y su gran mancuerna el escritor José Revueltas. Entre los 47 largometrajes que dirige sobresalen: La otra/1946, sobre un cuento de Rian James; adaptación de José Revueltas y Roberto Gavaldón. Dolores del Río interpreta un doble papel en esta cinta que cuenta la historia de las gemelas María y Magdalena, quienes han tenido vidas muy distintas. Mientras la primera es una humilde manicurista, la segunda hereda una millonaria fortuna de su esposo recién fallecido. María aparenta un suicidio y se hace pasar por Magdalena, sin saber que deberá cargar con la culpa de su hermana acusada de asesinar a su esposo y es sentenciada a 30 años de prisión. Con Agustín Irusta, Víctor Junco, José Baviera, Manuel Dondé, Conchita Carracedo, Carlos Villarías, Rafael Icardo y el niño Daniel Pastor. Una cinta de Producciones Mercurio y Mauricio de la Serna.
La otra se filma a partir del 27 de mayo de 1946 en los Estudios Churubusco y se estrena el 20 de noviembre del mismo año en el cine Olimpia con permanencia de cinco semanas. Ganadora del Ariel (1947) a Mejor Guion Adaptado (José Revueltas) y nominada a Mejor Película, Dirección, Actriz (Dolores del Río), Coactuación Masculina (Víctor Junco), Fotografía (Alex Phillips) y Música de Fondo (Raúl Lavista). De acuerdo con el mismo Roberto Gavaldón, la Warner Brothers de Hollywood compra el argumento de La otra para que lo filmara de nuevo Michael Curtiz con Joan Crawford en el papel principal. La película no se hizo, y Curtiz dio a Gavaldón la siguiente explicación: “No encuentro la forma de mejorar lo que tú hiciste, estoy buscando ángulos diferentes para no repetir lo tuyo y no los encuentro”.
Roberto Gavaldón incursiona en el cine rural con Rayando el sol/1945, en la que explora la disputa de dos machos en una hacienda, aunque en este caso Lupe (María Luisa Zea), la protagonista femenina, se revela ambiciosa y traicionera. Criados como hermanos en un rancho, dos hombres: Pedro (Pedro Armendáriz) y Carlos (David Silva), se disputan el amor de la misma mujer, Lupe. Pedro y Lupe se casan y el mal comportamiento de ella provoca una tragedia. Una de las muchas secuelas del melodrama campirano Allá en el rancho grande/Fernando de Fuentes 1936, adaptación de Roberto Gavaldón y Tito Davison, sobre un argumento de Pascual García Peña, quien es nominado al Ariel (1947) por Mejor Argumento Original, e Ignacio Torres por Mejor Fotografía.
Continúa con un gran clásico del cine nacional, La diosa arrodillada/1947, sobre un cuento de Ladislao Fodor, adaptación de José Revueltas y Roberto Gavaldón, con la colaboración de Alfredo B. Crevenna y Edmundo Báez, guion técnico de Tito Davison. Melodrama en el que Antonio (Arturo de Córdova) obsequia a su esposa Elena (Rosario Granados) como aniversario de bodas, la estatua de una mujer desnuda. Raquel (María Félix), la mujer que posó para la escultura, fue amante de Antonio, y ahora le exige que deje a su esposa, quien muere bajo circunstancias misteriosas. Antonio debe casarse con Raquel para que no se descubra la verdad, pero es detenido cuando ambos viajan a Nueva York. Finalmente, la necropsia revela que Elena falleció por causas naturales, pero la verdad llega cuando Antonio muere envenenado. Revueltas y Gavaldón se adentran en los territorios del film noir, orquestando además una encarnación del deseo erótico, insólita en el cine mexicano clásico. Con la fotografía de Alex Phillips y Rosalío Solano como operador de cámara. Se filma a partir del 10 de febrero de 1947 en los Estudios Churubusco, con un costo aproximado de un millón de pesos. Se estrena el 13 de agosto del mismo año en los cines Chapultepec, Palacio y Savoy, donde permanece nueve semanas. El filme es restaurado por la Cineteca Nacional.
Al finalizar los años cuarenta y al empezar los cincuenta se habían asentado las bases de su estilo. Había logrado adaptar y recrear una de las formas cinematográficas más enigmáticas de Estados Unidos, que empezaba a reconocerse en Europa: el film noir.
Continúa con La casa chica/1949, argumento de José Revueltas y adaptación del mismo escritor con Gavaldón. Amalia (Dolores del Río) recuerda su vida: El médico Fernando Mendoza (Roberto Cañedo) llega a San Esteban, el pueblo donde ella vivía. Trabajan juntos y se enamoran. Aunque él estaba comprometido con otra, se va a la ciudad a poner fin a su compromiso, pero su novia Lucila (Miroslava) urde una triquiñuela para hacer que se case con ella. Amalia estudia Medicina y se convierte en ayudante y amante de Fernando, viviendo en la “casa chica”, donde él encuentra el amor que no tiene en su casa. Es nominada al Ariel (1951) por Por Mejor Director y Mejor Actriz (Dolores del Río). Tras su frustrado proyecto de llevar a la pantalla grande una adaptación de La malquerida (finalmente realizada por Emilio “Indio” Fernández), Roberto Gavaldón tiene durante 1950 uno de los periodos más productivos y de mejores resultados en toda su carrera. Filma para diversos productores cuatro cintas que confirman su prestigio ante el público y la crítica: Rosauro Castro, Deseada, En la palma de tu mano y Mi vida por la tuya.
Rosauro Castro es una denuncia contra el caciquismo aún imperante en el agro mexicano, con argumento de Roberto O’Quigley y adaptación de José Revueltas y Roberto Gavaldón. El cacique Rosauro Castro (Pedro Armendáriz) es un hombre impositivo y violento que controla al pueblo, al presidente municipal y a su familia con sus propias reglas, y es el principal sospechoso del asesinato de Cardoza, su enemigo y candidato a presidente municipal. En un tiroteo callejero contra Rosauro, su hijo Ángel muere por una bala que dispara un hermano de Cardoza. Resuelto a vengarse, Rosauro es muerto en plena calle. Una mirada a los rasgos más brutales del cacicazgo. Con las actuaciones de Carlos López Moctezuma, María Douglas, Carlos Navarro, Arturo Martínez, Mimí Derba, Enriqueta Reza, el niño Antonio del Puerto, Rogelio Fernández e Isabel del Puerto, entre otros. Una producción de Cinematográfica Azteca, César Santos Galindo, Pedro Armendáriz y Roberto Gavaldón. Con la fotografía de Raúl Martínez Solares, se filma a partir del 6 de febrero de 1950 en los estudios Azteca y se estrena el 22 de diciembre del mismo año en el cine Palacio Chino, donde permanece dos semanas.
La cinta está sustentada en un lenguaje fílmico tan sobrio como depurado, que deriva de algunos westerns hollywoodenses en los que se ocultan agudas reflexiones acerca de la violencia política. Nominada a los premios Ariel (1951) por Mejor Actor (Pedro Armendáriz), Argumento Original (Roberto O’Quigley) y Música de Fondo (Antonio Díaz Conde). Cinta restaurada por la Cineteca Nacional. Para el crítico de cine Emilio García Riera, el guion de Rosauro Castro, estructurado con habilidad, va marcando los pasos necesarios para comprobar la idea de que el caciquismo significa la muerte. Para el actor Jorge Martínez de Hoyos, es la segunda mejor película de Roberto Gavaldón después de La barraca.
En Deseada, protagonizada por Dolores del Río, Roberto Gavaldón toca el tema del amor prohibido y la tragedia consecuente, y se filma completamente en escenarios y alrededores de las ruinas de Chichen Itzá, Yucatán, lo que permite el lucimiento de las capacidades artísticas de Alex Phillips. Con argumento sobre la pieza teatral “La ermita, la fuente y el río” de Eduardo Marquina y guion de Gavaldón, José Revueltas y Antonio Médiz Bolio. Con las actuaciones de Jorge Mistral, José Baviera, Annabelle Gutiérrez, Arturo Soto Rangel, Enriqueta Reza, Wilbert Puerto y Charito Gutiérrez. Se estrena el 5 de abril de 1951 en el cine Chapultepec. Obtiene el premio Ariel (1952) por Mejor Música de Fondo (Carlos Jiménez Mabarak) y es nominada a Mejor Película (Producciones Sansón), Fotografía (Alex Phillips), Edición (Carlos Savage) y Sonido (Luis Fernández).
Otro triunfo taquillero es En la palma de tu mano/1950, argumento de Luis Spota y guion de Roberto Gavaldón y José Revueltas. Drama criminal ubicado en el contexto del México urbano y moderno al que llegan ecos de la Guerra Fría. En su primera aparición estelar, Leticia Palma interpreta a Ada, una seductora “viuda negra” que encarna en su regia figura la perfecta síntesis del Eros y el Tanathos. Con Arturo de Córdova, Carmen Montejo, Ramón Gay, Consuelo Guerrero de Luna, Pascual García Peña, Manuel Arvide y Lonka Becker. Luego de permanecer seis semanas en el cine Chapultepec a partir del 21 de junio de 1951, gana el Ariel (1952) a Mejor Película (Producciones Mier y Brooks), Director, Argumento Original (Luis Spota), Fotografía (Alex Phillips), Actor (Arturo de Córdova), Edición (Charles L. Kimball), Escenografía (Francisco Marco Chillet) y Sonido (Rodolfo Benítez), y es nominada por Actriz de Cuadro (Tana Lynn), Guion Adaptado (José Revueltas, Roberto Gavaldón) y Música de Fondo (Raúl Lavista). En la palma de tu mano es restaurada por la Cineteca Nacional en colaboración con Fundación Televisa y es exhibida por primera vez el 23 de febrero de 2020 en la Cinemateca.
Debido a un acuerdo de intercambio con la cinematografía argentina y a su prestigio de cineasta eficiente, viaja a Buenos Aires en el segundo semestre de 1950 para dirigir Mi vida por la tuya, producida por los Estudios San Miguel para lucimiento de un cuadro de actores encabezado por Mecha Ortiz, Carlos Cores y Emma Gramática. Nunca se estrena en México y es casi inaccesible para los historiadores.
Realizador de prestigio, no solo fue contratado en Argentina, sino también en Estados Unidos, donde filma Adventures of Casanova/Casanova aventurero/1947 y, para Walt Disney filma en locaciones de México The Littlest Outlaw/El pequeño proscrito/1953, primera película dirigida por Gavaldón a color y su única e insólita incursión en el cine infantil del molde hollywoodense. Relato sobre la amistad entre un niño campesino y un caballo. Obtiene el reconocimiento como Mejor Película Extranjera en el festival de Vichy, Francia (1956).
Dirige La noche avanza/1951, nuevamente un argumento de Luis Spota, y adaptación de José Revueltas, Gavaldón y Jesús Cárdenas, sobre el submundo del hampa capitalina y la corrupta atmósfera de los apostadores de frontón. Pedro Armendáriz encarna a un pelotari ególatra y explotador de todo tipo de mujeres, enfrentado a las ambiciones de un aristócrata del crimen (José María Linares Rivas). Se aúnan al reparto Anita Blanch, Rebeca Iturbide, Eva Martino, Julio Villarreal, Armando Soto la Marina “El Chicote” y Carlos Múzquiz. Se estrena el 24 de abril de 1952 en el cine Mariscala.
Con el apoyo de las personalidades de la industria que rodeaban a Gavaldón, en particular los escritores como José Revueltas o Luis Spota, el cine negro influye de manera importante en su obra, sobre todo en las historias citadinas, que enfrentaban tramas, escenarios y parajes de una Ciudad de México que se descubría icónica ante la mirada gavaldoniana, comprometida en proyectar las vicisitudes de un México más cosmopolita y, desde las élites, contradictoria y corrupta.
De ese contexto surgen películas como El rebozo de Soledad/1952, sobre la resistencia de un médico comprometido con las comunidades de su país y en lucha contra las industrias médica y farmacéutica. Una coproducción entre el STPC y la Cinematográfica Televoz, dirigida por Miguel Alemán Velasco, hijo del entonces Presidente de la República, Miguel Alemán Valdés. Roberto Gavaldón incursiona nuevamente en el medio rural y marca la primera de varias colaboraciones con el fotógrafo Gabriel Figueroa. La cinta es uno de los mejores ejemplos del dominio técnico alcanzado por su realizador, constatable, sobre todo, en la secuencia de la violación de que es objeto el personaje interpretado por Stella Inda, enfatizada por un panning de 360 grados, insólito en el cine mexicano de la época. Permanece seis semanas en el cine Chapultepec a partir del 13 de noviembre de 1952. Nominada a 14 premios Ariel (1953) obtiene 8: Mejor Actor (Pedro Armendáriz), Actriz (Stella Inda), Actriz de Cuadro (Rosaura Revueltas), Actuación Juvenil (Jaime Fernández), Coactuación Masculina (Carlos López Moctezuma), Fotografía (Gabriel Figueroa), Escenografía (Salvador Lozano Mena) y Sonido (José B. Carles).
El niño y la niebla/1953 es una adaptación que hacen Roberto Gavaldón y Edmundo Báez de la exitosa pieza teatral homónima del dramaturgo Rodolfo Usigli. Melodrama en el que Marta (Dolores del Río) se aleja de Mauricio (Eduardo Noriega), el amor de su vida, para no tener hijos, debido al temor de que pudieran heredar locura al igual que su madre y hermano. Para alejarse de él decide casarse con el ingeniero Guillermo (Pedro López Lagar) y se van a otra ciudad. Obligada a tener descendencia, nace Daniel (Alejandro Ciangherotti Jr.), quien comienza a mostrar odio a la oscuridad, fascinación por el fuego, además de ser sonámbulo como su abuela. Infeliz en su matrimonio, Marta trata de aprovechar el estado de salud de su hijo para que mate a su padre, pero el niño se suicida. Se filma en los Estudios Churubusco con locaciones en las zonas petroleras de Poza Rica y Tuxpan, Veracruz. Con estilizada fotografía de Gabriel Figueroa y espléndida escenografía de Manuel Fontanals, la cinta logra un notable éxito comercial. Se estrena con clasificación B el 24 de diciembre de 1953 en el cine Alameda, donde permanece cuatro semanas. Ganadora de los premios Ariel (1954) por Mejor Película (Cinematográfica Grovas), Director, Actriz (Dolores del Río), Actuación Infantil (Alejandro Ciangherotti Jr.), Fotografía (Gabriel Figueroa), Guion Adaptado (Roberto Gavaldón, Edmundo Báez), Edición (Gloria Schoemann) y Escenografía (Manuel Fontanals).
Seis de sus filmes entre 1955 y 1958 integran, en su mayoría, un bloque de obras de marcado aliento épico. La escondida/1955 fue propuesta a María Félix y Jorge Negrete en 1953 cuando ya eran marido y mujer. El fallecimiento del popular actor lleva al productor Samuel Alazraki a contratar a Pedro Armendáriz. En una hacienda mexicana, dos de sus trabajadores, Gabriela y Felipe, se enamoran, pero no pueden casarse porque él se inculpa de un robo que ella cometió. En lugar de enviarlo a la cárcel, lo reclutan forzosamente para el ejército. Mientras él está lejos, ella se convierte en amante de un general. Felipe abraza la revolución. Vuelven a encontrarse y su amor se reaviva. Pero la revolución no ha terminado. Una exaltación de la lucha de los zapatistas contra la dictadura de Porfirio Díaz y el gobierno de Madero. Se suman al reparto Andrés Soler, Domingo Soler, Arturo Martínez, Jorge Martínez de Hoyos, Carlos Agosti, Carlos Riquelme y Rafael Alcayde, entre otros. Con gran producción de Alfa Films, la película tiene un costo de 3 millones 400 mil pesos. Cuenta con la fotografía de Gabriel Figueroa y la música de Gonzalo Curiel. Se estrena el 18 de julio de 1956 en el cine México y se mantiene seis semanas en cartelera, superando en varias ocasiones los ingresos en la taquilla de Rebelde sin causa/Nicholas Ray 1955. Es presentada en el Festival de Cannes el 8 de mayo de 1956. Se lleva el Ariel (1957) por Mejor Edición (Jorge Bustos) y es nominada a Mejor Película, Director, Actor de Cuadro (Carlos Agosti), Fotografía, Escenografía y Sonido.
Un año después de filmar La escondida, Gavaldón es contratado por la empresa estatal Ferrocarriles Nacionales de México para realizar el cortometraje documental, Terminal del Valle de México/1956, cinta de 24 minutos de duración en la que si bien se exaltaba el auge de estaciones ferroviarias equipadas con tecnología de punta proveniente de Estados Unidos, también era evidente el afán por hacer un impecable y refinado trabajo en el plano estético (fotografía en color de Carlos Carbajal, Ramón Muñoz y Antonio Carrillo). Terminal del Valle de México resulta muy superior a los no pocos documentales oficialistas financiados por la misma empresa estatal en sexenios anteriores. La voz en off de Pedro Ferriz da cuenta de una serie de datos y referencias, entre las que sobresalen que el novedoso espacio de recepción de viajes ferroviarios cuenta con 48 vías en el patio principal de clasificación, lo que aunado a un sofisticado sistema de señales electrónicas ayuda a evitar accidentes y garantiza la fluidez en el manejo de los carros.
Hasta la fecha no se sabe con certeza si Terminal del Valle de México se exhibió en las salas del circuito oficial, pero de haberlo hecho muy seguramente se vio en las pantallas a manera de los tantos cortos y noticieros que se mostraban antes de las películas de estreno. Vista desde la actualidad, posee una inusitada riqueza estética y conceptual que la convierte en una auténtica “joya de cinemateca”.
Producida en plan modesto, la trilogía que integran Aquí está Heraclio Bernal, La venganza de Heraclio Bernal y La rebelión de la Sierra/El ocaso de Heraclio Bernal, las tres de 1957, marca sin duda otro de los mejores momentos de la filmografía de Gavaldón. Impecable explicación de la vida del bandolero sinaloense, interpretado por Antonio Aguilar, finalmente masacrado por las huestes porfirianas, la saga va de menos a más hasta alcanzar su glorificación en la toma de un pueblo a sangre y fuego. Flor de mayo/1957 y Miércoles de ceniza/1958 componen un díptico protagonizado por María Félix. La segunda es un guion de Julio Alejandro y Roberto Gavaldón. Historia que se desarrolla durante la Guerra Cristera en México. Victoria es violada por un sacerdote católico, por lo que se convierte en enemiga de la religión y, sobre todo, de los sacerdotes, y esto unido a trágicas experiencias familiares, hacen de ella una mujer muy dura. Pese a provenir de una buena familia, se convierte en dueña de un burdel. Un día se enamora del doctor Federico Lamadrid (Arturo de Córdova), cuya actitud le hace cuestionarse sus antiguas creencias y prejuicios, especialmente cuando descubre que además es sacerdote. Nominada a Mejor Actriz (María Félix) en el Festival de Cine de Berlín (1958). El Instituto de Cultura Cinematográfica de la Universidad Iberoamericana le otorga el premio Onix (1958) por Mejor Adaptación (Roberto Gavaldón, Julio Alejandro) y Mejor Fotografía en Blanco y Negro (Gilberto Martínez Solares).
Un referente del cine mexicano es Macario/1959, cinta que conjunta el universo trágico de la obra de Roberto Gavaldón con una atmósfera entre el misterio, la fantasía y el realismo mágico. Argumento de Bruno Traven basado en un cuento de los hermanos Grimm, adaptación de Emilio Carballido y Gavaldón. La historia sucede en el siglo XVIII, en tiempos del virreinato. Macario (Ignacio López Tarso), un humilde campesino y leñador, sueña con poder comer él solo un guajolote, pero su familia vive en una situación muy precaria. Un día, su mujer (Pina Pellicer) roba uno y lo cocina sólo para él. Va a comérselo al bosque y ahí se le aparecen Dios, el Diablo y la Muerte (Enrique Lucero). Los tres le proponen que comparta el guajolote con ellos, pero él sólo acepta compartirlo con la Muerte. A cambio, ésta le da una botella con un líquido que cura cualquier enfermedad. Su enriquecimiento gracias a esa fórmula llama la atención de la inquisición y, finalmente, la Muerte se lo lleva. Se suman al elenco Mario Alberto Rodríguez, José Gálvez, José Luis Jiménez, Eduardo Fajardo, Consuelo Frank y Celia Tejeda, entre otros. Producción de CLASA Films Mundiales, filmada en los Estudios Churubusco y locaciones en Taxco, Zempoala y Cacahuamilpa. Cuenta con la fotografía de Gabriel Figueroa y la escenografía de Manuel Fontanals. Se estrena el 9 de junio de 1960 en el cine Alameda, con permanencia de 14 semanas.
Con algunos premios nacionales menores como los Ónix a la Mejor Dirección y Mejor Fotografía en blanco y negro y las ocho Menorahs otorgadas por el Club Deportivo Israelita, Macario es la primera película mexicana en ser nominada al Oscar en la categoría de Mejor Película Extranjera, y la película mexicana, por mucho tiempo, con más premios en el extranjero, 12 en total entre 1960 y 1963. Entre ellos, destaca el premio a Mejor Fotografía en el Festival Internacional de Cine de Cannes, Francia; Mejor Actuación Masculina en el Festival Internacional de Cine de San Francisco, California; el Diploma al Mérito otorgado por el Festival Internacional de Edimburgo, Escocia. Con Macario son tres las adaptaciones que realiza Roberto Gavaldón con Bruno Traven. Las otras dos son La Rosa Blanca/1961 y Días de otoño/1963.
La Rosa Blanca se desarrolla a mediados de los años treinta, cuando las grandes compañías norteamericanas explotaban el petróleo mexicano de una manera abusiva, lo que lleva al entonces presidente Lázaro Cárdenas, a nacionalizar la industria petrolera mexicana. Filmada en el marco total de un tono nacionalista, la trama se ubica en la época previa a la expropiación petrolera. “La Rosa Blanca” es el nombre de una hacienda paradisiaca en tierras veracruzanas, una especie de isla de felicidad donde reina la armonía, el amor y la solidaridad gracias a un patrón bueno y comprensivo, un hombre íntegro interpretado por Ignacio López Tarso, quien se niega a vender su hacienda a una compañía petrolera extranjera. Con engaños es llevado por la empresa a Estados Unidos, donde aparte de falsificar su firma para quedarse con la propiedad, es asesinado. Se aúnan al reparto Rita Macedo, Christiane Martel, Reinhold Olszewski, Begoña Palacios, Carlos Fernández, Luis Beristain, John Kelly, Alejandro Ciangherotti, Tony Carbajal y Enrique Lucero, entre otros. Al parecer el gobierno del presidente Adolfo López Mateos censura la película y la prohíbe totalmente, lo que retrasa su estreno once años. En 1972 el presidente Gustavo Díaz Ordaz autoriza su exhibición, y se estrena el 20 de julio de 1972 en el cine Roble, con permanencia de una semana.
Días de otoño/1962 guion de Julio Alejandro y Emilio Carballido basado en el cuento “Frustración” de Bruno Traven. Melodrama psicológico en el que Luisa, una joven provinciana recién llegada a la Ciudad de México, encuentra un trabajo como decoradora de pasteles. El día de su boda, el novio la deja plantada y decide crearse una vida imaginaria: hace creer a su patrón y compañeros que se casó y tuvo un hijo. Protagonizada por Pina Pellicer e Ignacio López Tarso, acompañados por Evangelina Elizondo, Adriana Roel, Luis Lomelí y Graciela Doring, entre otros. Con la fotografía de Gabriel Figueroa y la producción de Clasa Films Mundiales. Pina Pellicer obtiene la Diosa de Plata de PECIME (1963) y el premio a la Mejor Actriz en el Festival Internacional de Cine de Mar del Plata, Argentina (1964). Gabriel Figueroa obtiene la Diosa de Plata por Mejor Fotografía, galardón que repite en el Festival Internacional de Cine de Panamá, y Evangeliza Elizondo la Diosa de Plata por Coactuación Femenina.
Bajo la dirección de Roberto Gavaldón se forman grandes estrellas del cine mexicano como: María Félix, Ignacio López Tarso, Pedro Armendáriz, Dolores del Río y Arturo de Córdoba, entre muchos otros. A su amplia filmografía, se suma Los hijos que yo soñé/1964, última vez que dirige a Libertad Lamarque, quien gana el Premio a la Mejor Interpretación Femenina en el Concurso Hispanoamericano de Cine de la Reseña Mundial de Acapulco.
Continúa con El gallo de oro/1964 argumento original de Juan Rulfo y adaptación de Carlos Fuentes, Gabriel García Márquez y Gavaldón, una de las mejores adaptaciones del “cine rulfiano”. Dionisio (Ignacio López Tarso) es un hombre pobre, que debe enterrar a su madre envuelta en un petate. Su suerte cambia cuando un gallo que le regalan lo hace ganar dinero en peleas de palenque en palenque, lo que Dionisio atribuye a la cantante “La caponera” (Lucha Villa). Se aúnan al elenco Narciso Busquets, Carlos Jordán, Agustín Isunza, Enrique Lucero, Agustín Fernández y Lina Marín. Recibe cuatro Diosas de Plata (1964) por: Mejor Película, Director, Adaptación y Actuación Femenina. Durante el rodaje de esta película, Roberto Gavaldón sufre un desprendimiento de retina que lo mantiene alejado de la dirección cinematográfica por más de cuatro años.
Regresa con la cinta Las figuras de arena/1969, argumento sobre la novela de Hugo Butler, adaptación de Roberto Gavaldón y Hugo Argüelles (colaborador más asiduo en esta etapa del cineasta). Melodrama acerca de la lucha de generaciones en el seno de una familia burguesa, en la que David (David Reynoso) encargado de una empresa pesquera en Manzanillo recibe a su esposa Elsa (Elsa Aguirre) y a su hijo Davey (Valentín Trujillo) que viven en San Francisco y a quienes no ve desde hace un año. A David le preocupa que su hijo sea homosexual, pero le complace enterarse de su relación amorosa con Alma (Ofelia Medina) una de las prostitutas del pueblo, mientras que a Elsa le preocupa. David y su familia deciden empezar una nueva vida en la Ciudad de México. Filmada en cuatro episodios: Las figuras de arena, La revelación, El despertar y El adiós, del 6 de enero al 14 de febrero de 1969 en los Estudios América y locaciones de Manzanillo, Colima.
Convertido en su propio productor junto con César Santos Galindo, realiza la tercera versión fílmica de La vida inútil de Pito Pérez/1969, argumento de Hugo Argüelles sobre la versión del clásico de José Rubén Romero, adaptación de Edmundo Báez y Roberto Gavaldón. Narra la vida del vagabundo y borracho Pito Pérez, sus amores desafortunados en cada pueblo, sus encarcelamientos y su muerte. Protagonizada por Ignacio López Tarso, acompañado por Lucha Villa, Lilia Prado, Lupita Ferrer, Carmen Salinas, Eleazar García “Chelelo”, Pancho Córdova, Enrique Lucero, Alfonso Arau, Delia Magaña y Juan Antonio Edwards, entre otros. Se filma del 6 de octubre al 11 de noviembre de 1969 en Pátzcuaro, Santa Clara del Cobre y Tacámbaro, Michoacán, con un costo de 2 millones 700 mil pesos y se estrena con clasificación B el 15 de septiembre de 1970 en el cine Diana, donde permanece nueve semanas.
Roberto Gavaldón termina la década de los sesenta desgastado por su participación en la política, etapa ruda y de roces con los críticos de su cine; permanecían las historias de familias rotas, gánsteres, rumberas y luchadores, crecían las comedias rancheras y los musicales. La calidad de la producción fílmica mexicana comenzaba a decaer. Pero Gavaldón se mantiene activo hasta los años setenta. La primera cinta de esta década es Doña Macabra/1971, con argumento original de Hugo Argüelles y guion de él mismo coescrito con Gavaldón. Comedia sobre una pareja de recién casados, Otón (Héctor Suárez) y Lucila (Carmen Salinas), que se van a vivir a la casa de una tía de ella, Armida (Marga López), apodada “Doña Macabra” por su gusto por lo tétrico. Tienen problemas económicos y lo único que quieren es buscar un tesoro supuestamente escondido en la casa. Pero Armida se entera y a partir de ahí suceden ataques de perros, panteras y otros sustos, hasta que Otón encuentra el tesoro utilizando dinamita, pero muere en el intento. Se suman al elenco Carmen Montejo, Francisco Córdova y Roberta Gavaldón, entre otros, con la fotografía de Raúl Martínez Solares.
En el penúltimo periodo de su vida cinematográfica destacan las coproducciones con España Don Quijote cabalga de nuevo/1972 estelarizada por “Cantinflas”, y Un amor perverso/La madrastra/1974 filmadas en aquel país.
Entre 1975 y 1977 filma sus últimas cuatro películas. El hombre de los hongos/1975, adaptación de la novela homónima de Sergio Galindo, que realizan Emilio Carballido, Tito Davison y él mismo. La historia se centra en una familia de latifundistas dueña de una plantación de caña en el México de inicios del siglo XIX. Un día, el rico español Everardo encuentra a un niño negro, desnudo, huérfano, en una cascada llena de hongos. El terrateniente decide llevárselo a casa, lo bautiza como Gaspar, se lo regala a Emma, una de sus hijas y le dan la bienvenida a la familia. Al convertirse en adultos, Emma y Gaspar son amantes; al enterarse, Everardo ordena que Gaspar sea encadenado y pruebe los hongos en un banquete, para saber si son venenosos, práctica que ha costado la vida a varios peones. Él no los come y los asistentes mueren envenenados en plena comida. Emma muere atacada por una pantera y Gaspar desnudo camina a la cascada. Con las actuaciones de Sandra Mozarowski, Philip Michael Thomas, Adolfo Marsillach, Isela Vega, Ofelia Medina y Fernando Allende, entre otros. Se filma a partir del 28 de julio de 1975 en locaciones de San Gabriel de la Barrera, Guanajuato; Las Estacas, Morelos, y Catemaco, Veracruz. Estrenada el 2 de septiembre de 1976 en los cines Latino y Omega, donde permanece tres semanas.
La playa vacía/1976 melodrama sobre un triángulo amoroso con Amparo Rivelles, Jorge Rivero y Pilar Velázquez. Cuando concluye la temporada de vacaciones, Victoria, una viuda madura propietaria de un hotel de playa, contrata a Pablo para que continúe trabajando para ella y así no pasar el invierno sola. Pablo acepta con la condición de poder tener a otras mujeres. Al hotel llega Gloria, una bella mujer que parece saberlo todo acerca de Victoria y su pasado. Pronto surge una atracción entre ellas.
Continúa con Las cenizas del diputado/1976, sátira política con elementos de humor macabro, protagonizada por Eulalio González “Piporro”. La supuesta muerte de Teodoro, un político demagogo, mostrará el poco cariño que le tienen sus parientes y conocidos, que lo único que hacen es disputarse su dinero. Se suman al elenco Lucha Villa, Carmen Salinas, Kippy Casado, Marta Zamora, Delia Magaña, Patricia Reyes Spíndola, Lina Montes, Irlanda Mora y Ricardo Fuentes, entre otros. Esta película fue filmada durante el periodo en que Roberto Gavaldón funge por tercera y última ocasión como Secretario General de la Sección de Directores.
A principios de 1977, cuando Francisco del Villar prepara la producción de Cuando tejen las arañas, éste es nombrado director de la compañía productora estatal CONACITE II, por lo que Roberto Gavaldón lo reemplaza en la dirección de la cinta, su último trabajo en la pantalla grande. Argumento de Fernando Galiana y Francisco del Villar, quien escribe el guion con Vicente Leñero. Laura regresa a casa tras haber estudiado en Suiza. Su madre tiene un amante y se entera que su difunto padre mantenía relaciones homosexuales con sus alumnos. En una fiesta conoce a Alex, un famoso fotógrafo, de quien se enamora, él la rechaza cuando queda embarazada. Ella aborta y se casa con el arquitecto Sergio, pero el matrimonio fracasa. En una noche de sexo, alcohol y drogas, Laura le dispara a una de sus amigas y es condenada a ser recluida en una clínica para enfermos mentales. Cuando sale, se va a vivir con Claudia, una amiga bisexual. Termina así cayendo en la red que han ido tejiendo en torno a ella. Con Alma Muriel, Jaime Moreno, Raquel Olmedo, Carlos Piñar, Angélica Chaín, Alfredo Leal, Terry Holiday y Adriana Page, entre otros.
Después de filmar Cuando tejen las arañas, Roberto Gavaldón pasa prácticamente al anonimato; solo en contadas ocasiones imparte charlas informales en la escuela de capacitación de la ANDA o concede entrevistas sobre su vida y obra. Fallece en 1986, unos días antes de recibir la Medalla “Salvador Toscano” al Mérito Cinematográfico. Se supo entonces que, presintiendo su muerte, había pedido a sus familiares guardar la mayor discreción posible sobre su deceso. Luego de ser incinerados sus restos, fueron depositados en una cripta de la Catedral Metropolitana de la Ciudad de México. En la Cineteca Nacional, en el año 2000 se inaugura la sala de exhibición “Roberto Gavaldón”.
En 2019 el Museo de Arte Moderno de Nueva York (MOMA), presenta el ciclo “Night Falls in Mexico” en el que se incluyen 13 películas del acervo de la Cineteca Nacional y la Filmoteca de la UNAM; algunas de las cintas se presentan remasterizadas y digitalizadas. El mismo año en el Festival de San Sebastián, España, se lleva a cabo la retrospectiva “Roberto Gavaldón” en la cual se exhiben 19 películas de su vasta filmografía y se publica un libro, que incluye ensayos temáticos y las fichas técnicas de todos sus filmes, mientras que el Instituto Valencia de Cultura abre en su Filmoteca un ciclo de ocho películas de Gavaldón, seleccionadas en colaboración con el Festival Internacional de Cine de San Sebastián y la Filmoteca Española, entre ellas La barraca, La diosa arrodillada, Miércoles de ceniza, Rosauro Castro, El rebozo de Soledad y Macario.
La obra de Roberto Gavaldón ha sido objeto de minuciosos análisis, de algunos de sus melodramas o libros, que lo describen desde su infancia hasta concluir su basta trayectoria como cineasta.
Bibliografía:
“Historia Documental del Cine Mexicano”. Emilio García Riera. Tomos: 3,4,5,6,7,8,9,10,11,12,13,14,15,16,17. México. CONACULTA, IMCINE, Gobierno de Jalisco, Secretaría de Cultura, Universidad de Guadalajara, 1992-1997.
“Roberto Gavaldón, Director de cine”, Pronósticos para la Asistencia Pública. Dirección General de Radio, Televisión y Cinematografía de la Secretaría de Gobernación. Ediciones Absaroka S.A. de C.V. 1996
“La nostalgia de lo inexistente. El cine rural de Roberto Gavaldón”. Fernando Mino García. CONACULTA, Cineteca Nacional, IMCINE. 2011
“Roberto Gavaldón”, Donostia Zinemaldia-Festival de San Sebastián, Filmoteca Española. Donostia-San Sebastián/Madrid 2019.
Don Roberto, con tantos años en la industria, ¿usted siente que hay alguna salida a la crisis actual? ¿Cuál sería la solución?
RG.- “Bueno, la solución siempre ha sido hacer buen cine, haciendo buen cine el negocio florece. Tiene que haber buenas inversiones, ahora los costos son bárbaros, actualmente eso nos ha detenido mucho también, pero los costos de material, costos de salario, todo se ha encarecido mucho, todo… claro que las entradas han subido en costo, en precio, pero como que no está todo muy bien equilibrado. Sí, esperando a ver si hay alguna reacción de, pues de alguna parte, hay cosas más importantes que el cine mismo. Siendo muy importante el cine ahorita, está el problema del comercio, vivienda, problemas muy serios, muy graves que se tienen que resolver, yo creo desde luego, primero que el cine. Los temas, las buenas películas llevan a los cines a las gentes, se salen de la televisión y se van al cine a ver buenas películas o se quedan en casa viendo películas viejas, sin ningún gasto, ni de estacionamiento ni de transporte, nada, ahí cómodos en su casa viendo televisión.”
(Los que hicieron nuestro cine, serie en video, entrevista por Alejandro Pelayo, UTEC, 1983)
Los antepasados de Roberto Gavaldón llegan a Chihuahua a principios del siglo XIX procedentes de Guanajuato, tal vez atraídos por las regiones de rico potencial agrícola. Uno de los descendientes de aquella familia, Jesús Gavaldón, se casa con Manuela Chávez, tuvieron varios hijos, entre ellos José María Gavaldón Chávez, quien, afincado en Ciudad Juárez, se casa con Enriqueta Leyva Aguilera. La pareja tiene cuatro hijos, siendo Roberto Gavaldón el tercero y el único que se dedica al cine. Familia que se sentía orgullosa de su catolicismo; José María Gavaldón fue jefe político de Ciudad Jiménez y un leal servidor del gobierno de Porfirio Díaz, por lo que al estallar la Revolución Mexicana emigra con su familia a Torreón, Coahuila. Poco después del fallecimiento de su esposa, en 1919, la familia muda su residencia a la Ciudad de México. Es padre del promotor cultural Roberto Gavaldón Arbide.
A partir de su niñez Roberto Gavaldón es asiduo asistente al cine; realiza funciones de títeres, marionetas y linterna mágica en Torreón. La primera vez que asiste al cine es en uno de los teatros de Cines Alcázar, propiedad del padre del productor Guillermo Calderón, ubicados en Ciudad Juárez, Chihuahua. Gavaldón y Calderón asistían juntos a las funciones. Gavaldón se convertiría en el director más importante de la Época de Oro, y Calderón llegaría a ser el productor de cine más taquillero de su época. Trabajan juntos durante la filmación de Noches de ronda/Ernesto Cortázar 1942, en ese entonces Calderón con 24 años un productor novato y Gavaldón, de 34, guionista y co-director. Siempre siguió con atención a los clásicos del cine estadounidense, sus contemporáneos, y admiró en especial a Raoul Walsh, con quien tuvo una sólida amistad. John Ford y Fritz Lang también fueron dos de sus directores preferidos.
Roberto Gavaldón es llamado “El Ogro” por su carácter exigente en busca siempre de la perfección y su estricto comportamiento en los sets. Prefiere el melodrama como una manera de llegar al público y considera que la duración ideal de una cinta es entre 90 y 120 minutos.
Escribe con Alberto Gout, el argumento de Su adorable majadero/Gout 1938, el cual firma como: Rotito Gavaleón, y es también asistente de dirección. Naná/1943, en la que auxilia a Gorostiza con la parte técnica del rodaje, es la última cinta que protagoniza la famosa actriz Lupe Vélez antes de su trágica muerte.
Además de las indiscutibles cualidades de su ópera prima La barraca/1944, ésta es considerada una de las mejores cintas de ambiente español rodadas fuera de España, y es el eje de la publicación “Bitácoras de restauración, vol 1”, libro dedicado a la película presentado en la Feria Internacional del Libro del Palacio de Minería en febrero de 2023. La edición bilingüe (español e inglés), coeditada por la AMACC y la Filmoteca de la UNAM, reúne textos de los investigadores y cineastas Fernando Mino, Roberto Fiesco y Albino Álvarez, así como el DVD de la película restaurada. La publicación hace un recuento de cómo y quiénes llevan a cabo este trabajo de restauración.
Es impulsor al lado de Alejandro Galindo, de la política de puertas cerradas en la Sección de Directores del STPC. En la década de los años cincuenta es diputado del PRI, tiempo en el que forma parte de la comisión para la elaboración de una nueva ley de cine, que queda en propuesta.
A partir de La otra/1946, el escritor José Revueltas colabora en la adaptación y argumento de 12 cintas de Gavaldón, siendo las más importantes: La diosa arrodillada/1947, Rosauro Castro/1950, La noche avanza/1951 y El rebozo de Soledad/1952. Nada entusiasta de los resultados de La diosa arrodillada, Revueltas comenta a Gavaldón que la historia era muy mala, pero estaba seguro de que iba a funcionar. El realizador afrontó la situación y se esforzó al máximo por lograr uno de los ejemplos más depurados de sus capacidades detrás de la cámara. Buena parte del éxito en taquilla que tuvo, se debe a la presencia de María Félix en un papel erótico. Esta cinta es la precursora de los desnudos artísticos en el cine mexicano.
Con La vida íntima de Marco Antonio y Cleopatra/1946, debuta en México el cómico y director argentino Luis Sandrini. En Sombra verde/1954, pica un alacrán a Roberto Gavaldón en el momento de rodar la secuencia de la muerte de Jorge Martínez de Hoyos.
“La barraca”, con Roberto Fiesco, el historiador Fernando Mino y Axel Muñoz. TV UNAM
Video biográfico de Roberto Gavaldón director de cine, gigante de la #cinematografía mexicana. DDCM.
Documental: Roberto Gavaldón Un Cine De Espejos
Retrospectiva de Roberto Gavaldón, en el Festival de San Sebastián 2019
“La barraca”. Proceso de restauración. AMACC
“La barraca”. Película restaurada completa
“La otra”. Película completa
“La casa chica”. Película completa
“Rosauro Castro”. Película completa
“En la palma de tu mano”. Película completa
“Mi vida por la tuya”. Película completa
“La escondida”. Película restaurada completa
“Miércoles de ceniza”. Película completa
“Macario”, película completa
“Rosa Blanca”. Película completa
“Días de otoño”. Película completa
“Los hijos que yo soñé”. Película completa
“Las figuras de arena”. Película completa
“Doña Macabra”. Película completa
“El hombre de los hongos”. Película completa
“Las cenizas del diputado”. Película completa
“Cuando tejen las arañas”. Película completa
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