BOYTLER ROSOSKY, ARCADY

A pesar de su versatilidad: teatro, poesía, fotografía, alpinismo, automovilismo, aviación, toreo y cacería, se dedica de lleno al cine. Su sólida formación dramática y su inclinación por la comedia orientan su futura carrera fílmica. Inicialmente alterna actividades teatrales y de vodevil con el cine.

En Moscú, antes de la Revolución de 1917, filma y protagoniza sus primeros cortometrajes cómicos; después emigra hacia Alemania (1920-1922) donde también realiza cortos festivos. En 1927 dirige, en Chile El buscador de fortuna, su primer largometraje y, en 1929, realiza, en Estados Unidos, por lo menos doce cortos en español para la Empire Productions de Nueva York.

Cuando la Empire decide mudar sus actividades a México, Arcady Boytler es uno de los realizadores que arriban en 1929 con esa fallida productora de películas sonoras. Ya en México, conoce a Serguei M. Eisenstein y tiene una participación incidental en ¡Que Viva México!/1931.

Su primera obra mexicana es el cortometraje Un espectador impertinente/1932, interesante experimento que combina el espectáculo vivo con la proyección fílmica, donde un borracho –el mismo Boytler– bajaba de su palco sorprendiendo al público y aparecía inesperadamente en la pantalla peleando y, finalmente, bailando con la protagonista Anita Ruanova.

A partir del western con tonos costumbristas Mano a mano/1932, un mediometraje filmado el mismo año, se incorpora plenamente a la naciente industria fílmica mexicana. Es una cinta de aventuras de muy pobre producción, filmada rápidamente en unos ocho días, con algunos momentos divertidos y una buena fotografía de Alex Phillips, en la que participan Carmen Guerrero, René Cardona y Miguel Ángel Ferriz. En 1933, dirige Joyas de México, serie de tres documentales sobre Teotihuacan, Xochimilco y Acapulco y que gustaron mucho a los pintores Diego Rivera y Doctor Atl.

En su obra más importante, La mujer del puerto/1933, película con argumento de Antonio Guzmán Aguilera (“Guz Águila”), sobre el cuento “Natacha” de León Tolstoi y otro de Guy de Maupassant titulado “Le Port”, cuenta con el apoyo técnico de Raphael J. Sevilla y vierte tanto sus influencias literarias como visuales, permitiendo el debut en el cine mexicano de Andrea Palma como una melancólica prostituta portuaria, orillada a un dramático suicidio después de cometer involuntario incesto. La atmósfera poética, la desolación y la prestancia logran infundir una fascinación de alturas irrepetibles a dos secuencias, la del suicidio en los riscos de un rompeolas y aquélla donde Andrea Palma, toda vestida de negro, recorre una callejuela mientras Lina Boytler desde el quicio de una ventana canta “Vendo placer” (música de Manuel Esperón y letra de Ricardo López Méndez). La prostituta recreada por Andrea Palma se convierte en una bella y memorable heroína romántica con un trágico destino. La cinta incluye un breve desnudo en una orgía de marineros. Con Andrea Palma, actúan Domingo Soler como el involuntario hermano incestuoso. Aligeran la truculenta historia Arturo Manrique “Panseco” y Jorge Treviño “Panqué”.

Cierta alegría y libertad creativa parece que se desarrolla plenamente en el corto Revista Musical/1934, que presenta a intérpretes y compositores con su lirismo característico en dos números: Agustín Lara cantando “Viviré para ti” ante la bailarina desnuda Dinar Kaukaz y, otro, donde Toña la Negra interpreta “La cumbancha”.

En 1935 realiza El tesoro de Pancho Villa, más un western que un melodrama o épica revolucionarios, que por su tono parece réplica de su cinta anterior, Mano a mano, es actuada por Antonio R. Frausto, Victoria Blanco, Raúl de Anda y Juan F. Triana, conocido como el “verdadero doble” de Pancho Villa. Aunque un poco desconcertada y caótica, destaca por el aprovechamiento de sus locaciones naturales.

Con Celos/1935 Boytler elabora una historia donde Vilma Vidal es víctima de los celos enfermizos de su esposo Fernando Soler, quien literalmente enloquece hasta ser confinado en un manicomio. Destaca la actuación de Soler, quien en su papel del celoso marido, recorre el curso natural de un trastorno psicótico que tiene su origen en un fuerte choque nervioso. En la cinta debuta en el cine mexicano el actor Arturo de Córdova.

En 1937 dirige a la mancuerna “Cantinflas” y Medel en Águila o Sol y en Así es mi tierra. En la primera, acertadamente, Boytler coloca a los comediantes en su medio urbano natural con memorables recreaciones musicales y sketches de teatro de revista. Puede apreciarse el espíritu lúdico y gozoso, alegre y despreocupado del cineasta ruso. Abundan los despliegues formales, de ánimo experimental y creativo que pueden observarse en diversos momentos, destacadamente en la secuencia onírica donde “Cantinflas” y Medel reproducen sus números de teatro. En la culminación de esa ocasión única, en el interior de un cabaret, se nos brinda un muy logrado bailable de conga interpretado por Margarita Mora y un amplio conjunto de bailarinas, donde el compositor y músico puertorriqueño Rafael Hernández, el “Jibarito” aparece dirigiendo una orquesta y alternando con Mora.

Por su parte, Así es mi tierra es un elogio de la bucólica tranquilidad de la vida rural; anhelo de la huidiza paz social que no acaba de asentarse en el México revolucionario. Medel y “Cantinflas” son alejados del ambiente frívolo del teatro de revista de la capital, intentando una forzada adaptación al mundo de la comedia ranchera inaugurado en 1936 por Fernando de Fuentes con Allá en el Rancho Grande.

Arcady Boytler da rienda suelta a su expansión lírica en El capitán aventurero/1938, fastuosa, pero muy acartonada adaptación de la ópera española “Don Gil de Alcalá”, de Manuel Penella, ubicada en la Nueva España del siglo XVIII, encabezada por el muy famoso tenor de ópera José Mojica, quien es acompañado por Manolita Saval, Carlos Orellana y Margarita Mora. También le dieron lustre a la producción la participación de Salvador Novo en el guion, la fotografía de Alex Phillips, los arreglos musicales de Manuel Vigil y de Manuel Castro Padilla, y la supervisión artística de Roberto Montenegro.

Se retira de la dirección en 1944 con Amor prohibido y de la producción con Como yo te quería/Raphael J. Sevilla. Continúa ligado a la industria administrando sus dos salas de cine: el Cinelandia y el Arcadia.

AB.- “Hay que tener un sentido deportivo de la profesión, quien ame al cine debe ser más tolerante y sacrificarse más para dar oportunidad a la gente de capacidad. Dar el ‘chance’ que da Hollywood y otras partes. Un buen argumento hace superarse a todos los elementos que hay en la producción.”

¿Cómo se define Arcady Boytler?

AB.– “Antes de subirme a mi ‘Arcadillac’ le diré: mi vocación natural es dirigir; mi necesidad, por consiguiente, producir; y la mejor enseñanza, exhibir.”

(Diccionario de Directores del Cine Mexicano, Cinema Reporter, 15/05/1952)