Director, guionista y actor. Nace en el seno de una familia propietaria de una compañía teatral, con la que recorre durante su infancia toda España y las posesiones españolas en África. Cuando empieza la Guerra Civil viajan a Sudamérica y fijan su residencia en México en 1940. Tras una temporada en el elenco de la compañía teatral de las hermanas Blanch, debuta en el cine con La torre de los suplicios/Raphael J. Sevilla 1940, y después de varios papeles secundarios, en 1945 encarna a Jesucristo en las películas María Magdalena y Reina de reinas, ambas de Miguel Contreras Torres. Al año siguiente, con su esposa, Janet Riesenfeld, (cuyo nombre artístico es Raquel Rojas, y que aparece como argumentista y guionista como Janet Alcoriza) y Norman Foster, coescriben el argumento y el guion de El ahijado de la muerte/Foster, terreno en el que Alcoriza se destaca como uno de los mejores.
Más tarde se inicia con Luis Buñuel como guionista —con quien afina su vena irónica, a veces trágica, a veces festiva— a partir de El gran calavera/1949, continúa con nueve películas más, entre ellas Los olvidados/1950, Él/1952 y El ángel exterminador/1962. Asimismo, escribe guiones y argumentos para cintas de Rogelio A. González, como las notables La vida no vale nada/1954, El inocente/1955, Escuela de rateros/1956 y la cinta de humor negro El esqueleto de la señora Morales/1959.
Cuando finalmente incursiona en la dirección a partir de Los jóvenes/1960, en la que aborda la rebeldía juvenil, sus argumentos y guiones alcanzan todas sus posibilidades, como lo demuestran, entre otras, Tlayucan/1961 nominada al Oscar ese año como Mejor Película Extranjera y Tiburoneros/1962, que exhiben su habilidad para retratar personajes y ambientes de la provincia mexicana con una perspectiva sarcástica y crítica.
En Tarahumara/1964, hace una aproximación solidaria y sin salidas a la situación de subordinación de los indígenas; Mecánica nacional/1971, sátira humorística de las costumbres del mexicano de clase media, o Presagio/1974, con argumento y guion coescrito con Gabriel García Márquez, en el que trazan un drama psicológico. Dirige en España las cintas La isla desterrada/1987 y La sombra del ciprés es alargada/1989, con la cual concluye su trabajo como realizador. En 1992 recibe la medalla Salvador Toscano al mérito cinematográfico que otorga la Cineteca Nacional.
Ante los frustrantes resultados alcanzados por los directores que habían realizado tus últimos guiones, llegaste a la conclusión que lo mejor era dirigir tus propios guiones ¿Cómo fue que te decidiste a hacer Los jóvenes para Walerstein?
LA.- “Había escrito el guion tiempo atrás y se lo había vendido a Walerstein, sin intención de dirigirlo. Un día me propuso su realización. Para entonces ya había tomado la decisión de dirigir mis propios guiones. Poco antes, el mismo Walerstein me había ofrecido una película con grandes estrellas, Dolores del Río, María Felix, Arturo de Córdova. No la acepté porque no la sentía, era una cosa muy grande, muy comercial, que no tenía nada que ver conmigo.
Como primera experiencia fue bastante frustrante, sobre todo porque me obligaron a cambiar el final. Era lo mejor, creo que todavía tendría vigor actualmente. Eran unos chicos que robaban coches, los perseguía la policía y acababan matándolos de una manera muy violenta. La censura intervino desde el guion, de ninguna manera podía permitir que los miembros de la policía apareciesen como unos sádicos. Se me obligó a poner una especie de vagos policías rurales muy brutos, lo que quitaba toda la fuerza del hecho.
Además, por desgracia, empecé la filmación con ese final, condicionado por el asistente y los técnicos del staff que presionaban al novato. Ese final ya no se salvó. Después tomé las riendas de la película, pero el final no hubo manera de rehacerlo y ahí se caía la película por completo.”
(Semana del Cine Iberoamericano, Tomás Pérez Turrent, pp. 17-18)
Debuta en la actuación a los 14 años. Su esposa Janet, autora del guion del melodrama taurino La hora de la verdad/Norman Foster 1944, lo encamina hacia el guionismo, es así que deja la actuación para la que no tenía vocación. Foster, con quien Alcoriza mantiene una gran amistad, lo moldea como guionista y le da las herramientas para construir argumentos al estilo Hollywood. Luis Buñuel le transmite la idea de libertad en el trabajo y la fidelidad a las creencias propias. Ambos comparten una tradición cultural: el espíritu crítico de la picaresca y el humor español; para Alcoriza, Buñuel es el surrealista, poeta burlón que se expresa con la cámara, y él es la siguiente generación que se identifica con el surrealismo. Considera que Buñuel estuvo siempre encerrado en su mundo, nunca llegó a conocer México, no lo vivió de joven; mientras él viaja por todo el país, frecuenta los barrios y disfruta con intensidad la vida nocturna de la Ciudad de México. Se naturaliza mexicano en 1962. En 1976 realiza una serie de televisión basada en los personajes de su popular Mecánica nacional/1971.
Luis Alcoriza, A FONDO. EDITRAMA
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Luis Alcoriza, el cine de la libertad. Documental. Clio
“Tlayucan”. Película completa
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