TABOADA WALKER, CARLOS ENRIQUE

Director, guionista y escritor. Con un total de diecisiete películas, reconocido mayormente por su trabajo en el cine de terror y suspenso, con la tetralogía: Hasta el viento tiene miedo/1967, El libro de piedra/1968, Más negro que la noche/1974 y Veneno para las hadas/1984, historias bien fundamentadas apegadas a hechos y situaciones cotidianas, que logran una gran empatía con el auditorio, en la que predomina hondamente el sentimiento del miedo, sin necesidad de efectos especiales o escenas sangrientas.

Obligado por sus padres Carlos Enrique Taboada ingresa a la carrera de Medicina, misma que abandona en el cuarto año para trabajar en televisión, medio en el que se inicia como actor en 1950, etapa breve, para continuar en el área del guionismo. Dirige por primera vez un teleteatro, al sustituir a José María Linares-Rivas (actor y director), quien debido a otros compromisos lo elige para que ocupe su lugar, labor que desempeña durante ocho meses. Entre los trabajos que realiza para el programa “Teatro relámpago”, llama la atención del productor Juan José Pérez Padilla, que le requiere el argumento de Kid Tabaco/Zacarías Gómez Urquiza 1954. Desilusionado del resultado en pantalla, se aleja del cine durante cinco años. Ávido lector de historia, en 1953 ingresa a la Facultad de Filosofía y Letras para estudiar la carrera, al tercer año y con el fin de preparar su tesis de titulación como Maestro en Historia, cursa Antropología.

Retorna al cine con el argumento de El pandillero/Rafael Baledón 1959. Ese mismo año, al lado de Alfredo Ruanova, coescribe los argumentos de la serie Nostradamus/Federico Curiel “Pichirilo” y el argumento y guion de la primera serie de Chucho el Roto/Manuel Muñoz. Carlos Enrique Taboada tiene una prolífica carrera como escritor para cine con el escritor argentino Alfredo Ruanova, con quien coescribe y coadapta, Los inocentes, Tirando a matar, Que me maten en tus brazos, Orlak, el infierno de Frankestein y El malvado Carabel, para Rafael Baledón, y coescriben El espejo de la bruja/Chano Urueta; todas filmadas en 1960.

Carlos Enrique Taboada es nombrado jefe del Departamento Literario de los Estudios América en 1961, año en que de nuevo en mancuerna con Alfredo Ruanova escribe los argumentos de la serie Los Argumedo/Manuel Muñoz, y de Twist locura de juventud/Miguel M. Delgado en 1962, mismo año en que coescriben la adaptación de María Pistolas/René Cardona. Con Raúl de Anda escribe el argumento de El Charro Negro contra la banda de los Cuervo/Arturo Martínez 1962. Adapta al cine Así es mi México y Baila mi amor, ambas en 1962 dirigidas por Arturo Martínez, y Alma llanera/Gilberto Martínez Solares 1964.

Debuta como director cinematográfico con el melodrama La recta final/1964, historia que escribe en cuatro días, de nuevo a petición del productor Juan José Pérez Padilla, quien consigue un crédito para realizar la película. Aficionado a las carreras de caballos, la trama gira en torno a un grupo de jockeys que competirán en un clásico del hipódromo. Filmación accidentada por falta de presupuesto, inclemencias del tiempo y en donde el inexperto Carlos Enrique Taboada sale lastimado de un hombro al golpearlo un caballo, cuando insiste al fotógrafo Carlos Carbajal tomar de frente una escena en la que caen dos caballos. Cinta protagonizada por Óscar Morelli, Freddy Fernández “El Pichi”, Antonio Monsell, Alejandro Ciangherotii Jr., Álvaro Ortiz, Carmen Montejo, Emilio Fernández, David Silva, y Arturo de Córdova como el narrador.

Participa en el Primer Concurso de Cine Experimental, para el que adapta un cuento propio, El juicio de Arcadio/1964. El vagabundo Arcadio (Carlos Bribiesca), llega a un pueblo donde comparte ideas liberales, su discurso contra el puritanismo, el ejército y la organización social establecida, hace dudar a varios pobladores de sus convicciones; los representantes locales de estos poderes lo consideran peligroso y pagan a un asesino para que lo elimine. Actúan también Magda Guzmán, José Gálvez, Luis Aragón, Jacqueline Andere en su primer desnudo para cine, y Oscar Morelli, entre otros.

Le sigue A la sombra del sol/1965, thriller melodramático y turístico, filmado en Perú, en el que una pareja de enamorados cuyas ocupaciones desconocen el uno del otro, él asesino a sueldo y ella prostituta (Álvaro Ortiz y Ofelia Montesco, matrimonio en la vida real) vive diversas aventuras, sin saber que alguien sigue sus pasos; las circunstancias los separarán. Integran el reparto: Miguel Arnáiz, Susana Pardal, Vlado Radovich, Fernando Larrañaga. El único actor mexicano del reparto Álvaro Ortiz, es el productor y sugiere que la cinta se filme en Perú, con locaciones en Lima, Puno, Machu Pichu, Cuzco y el Lago Titicaca.

Carlos Enrique Taboada, amante del terror desde niño, escribe en sus ratos de ocio guiones como “El viento tiene miedo”, trama que presenta al productor Jesús Grovas, quien a regañadientes acepta que dirija, con un cambio en el título: Hasta el viento tiene miedo/1967, considerada una de las cintas de terror mejor logradas del cine mexicano. La historia se desarrolla en un internado para señoritas, en donde una alumna (Pamela Susan Hall) se suicida debido a la actitud negligente de la directora (Marga López). Ella regresa fantasmalmente a la escuela a cobrar venganza, a través de otra alumna, Claudia (Alicia Bonet), quien adquiere temporalmente su personalidad y sobre todo virtudes. Una vez logrado su fin -muere la directora-, Claudia vuelve a ser la misma y el fantasma desaparece para siempre. Figuran en el reparto: Maricruz Olivier, Norma Lazareno, Renata Seydel, Lourdes Baledón y Elizabeth Dupeyrón. En 2007, Gustavo Moheno realiza el remake de Hasta el viento tiene miedo, trama en la que en lugar de un suicidio, ocurre un accidente y agrega un triángulo amoroso entre mujeres, la cinta es una producción de Julio César Estrada.

De nuevo bajo la línea del terror, filma El libro de piedra/1968, inspirada en la película Posesión satánica/The innocents, Jack Clayton 1961, a su vez basada en la novela “Otra vuelta de tuerca”, de Henry James. Trama en donde una institutriz (Marga López) llega contratada a la casa de campo de un hombre rico, viudo y vuelto a casar (Joaquín Cordero), preocupado por la conducta de su pequeña hija Silvia (Lucy Buj). La niña tiene un amigo imaginario y… no, representado en la escultura de piedra de un niño que sostiene un libro, a quien ella llama Hugo, la defenderá de quien no le agrada. Actúan también Aldo Monti, Rafael Llamas y Ada Carrasco, entre otros.

El guion de la película pretendía una historia de horror gótico en toda su magnitud, que debido a la presión del productor Adolfo Grovas de filmar con rapidez en una locación alejada, además de un limitado presupuesto, se quedó visualmente corta en atmósferas inquietantes y fenómenos sobrenaturales, más no en la trama que incluye: recuerdos de la infancia, miedos reprimidos, símbolos, niños solitarios, padres ausentes, y una profecía que se cumple. Gustavo Moheno retoma de nuevo la obra de Carlos Enrique Taboada como guionista del remake de El libro de piedra, que dirige y produce en 2007 Julio César Estrada.

Le sigue La trinchera/1968, cinta costumbrista, con un toque anticlerical -como el mismo Carlos Enrique Taboada la describe-, ambiente campirano en el que hace una crítica al machismo, fanatismo religioso y militarismo, realización que rompe con el estereotipo del personaje revolucionario adusto y recio al presentar a los personajes con las debilidades y fortalezas de todo ser humano. Tres zapatistas, Rómulo Rojas “El Cascabel” (David Reynoso), Bulmaro (Ignacio López Tarso) y Pedro (Jorge Martínez de Hoyos) se unen a la revolución y después de una batalla quedan encargados de vigilar un camino, además del prisionero Leandro (Julio Alemán), coronel federal. A través de saltos en el tiempo al pasado, se conoce el pasado de cada uno y cómo llegaron al lugar donde se encuentran ahora. Figuran en el elenco: Norma Lazareno, Pilar Pellicer y Ofelia Montesco. La cinta tiene un costo aproximado de 1 millón 500 mil pesos, se filma en el cerro de Zacatépetl en la Ciudad de México y Cuautla en Morelos.

Inicia la década de los setenta con la dirección de La fuerza inútil/1970, crítica a la juventud, casi ridiculizándola, donde el rico entomólogo René (Rafael Baledón) conoce a un grupo de jóvenes a quienes decide “estudiar”, provoca un accidente, seduce a las jóvenes, y los hace partícipes de un juego donde todos pierden lo que más quieren, excepto él.

Continúa con El deseo en otoño/1970, entre las contadas historias que no son de su autoría, bajo un argumento de Fernanda Villeli y la adaptación de Toni Sbert, una película atrevida para la época, ya que toca el tema del lesbianismo, a través de la amistad entre dos amigas, ambas maestras: Clara (Sonia Furió), enamorada de Elena (Maricruz Olivier) y celosa por el repentino matrimonio de ésta con un hombre (Guillermo Murray), que conoció en su reciente viaje a Acapulco. Historia de celos, anónimos e intrigas, en los que se involucran alumnos de la escuela, dinámica que culminará en una serie de asesinatos totalmente inesperados.

Termina la década de los setenta con Rapiña/1973, trama que sigue a dos indígenas dedicados a la recolección de leña, Porfirio (Ignacio López Tarso) y Evodio (Germán Robles) que ven en un accidente de avión la oportunidad de obtener un botín, pero también llegan al lugar los carboneros Tiburcio (Raúl Dantés) y José (José Chávez Trowe); finalmente Porfirio acabará con la competencia y de paso con amigos y familia. Película nominada al Ariel en 1975 por Actor (Ignacio López Tarso) y Coactuación Femenina (Rosenda Monteros).

Más negro que la noche/1974, su tercera cinta de terror, en la que Ofelia (Claudia Islas) a la muerte de su anciana tía, hereda una lujosa casa. La única condición para tomar posesión de los bienes es que cuide de su gato negro: Bécquer. Sus compañeras Pilar (Helena Rojo), Aurora (Susana Dosamantes) y Marta (Lucía Méndez) se instalan con ella, el gato es asesinado por las amigas de Ofelia quienes recibirán el castigo a manos del fantasma de la abuela. La cinta gana el premio Ariel por Música de fondo (Raúl Lavista) en 1976. En 2008 se filma el remake de Más negro que la noche dirigido por Henry Bedwell.

La Guerra Santa/La Cristiada/1977, surge a raíz del taller cinematográfico, en el que un grupo de cineastas propone y lee guiones; se acepta el guion y la productora del estado CONACINE UNO, lo financia. Trama donde Carlos Enrique Taboada expone cómo el clero manipuló a los campesinos en contra del presidente Plutarco Elías Calles, durante la Guerra Cristera (1926-1929); la Iglesia movilizó a los fieles, en particular en el campo y principalmente en los estados de Jalisco, Guanajuato, Colima y Michoacán, donde todos tomaron las armas. En la cinta convencidos por el padre Miguel (Víctor Junco) habitantes de Rincón del Cobre se unen a las fuerzas del coronel Ursino Valdez (Jorge Luke) y el padre Soler (Carlos Cámara) convertido en guerrillero, entre el grupo está el alfarero Celso Domínguez (José Carlos Ruíz) que es obligado a matar a pesar de no entender por qué debe hacerlo. Al terminar la guerra, no se les permite regresar a su pueblo. En la entrega de los Arieles (1979) Carlos Enrique Taboada recibe un Premio Especial y la nominación a Mejor Guion Cinematográfico; la cinta gana en la categoría de Edición (Carlos Savage).

Alejado de la dirección cinematográfica, vuelve con Veneno para las hadas/1984, su última película, un guion que guarda seis años al no haber productores interesados en una historia protagonizada por dos niñas. Finalmente, la producción es apoyada por el IMCINE y el STPC. La cinta exalta lo crueles que pueden ser los niños, trama que se desarrolla desde el punto de vista de las niñas Verónica (Ana Patricia Rojo) y Flavia (Elsa María Gutiérrez). Verónica, huérfana y al cuidado de una nana, asegura ser una bruja, que incluso crea veneno para hadas; Flavia le cree, se convierte en su ayudante y cuando una terrible coincidencia le hace pensar que su nueva amiga, sí tiene poderes malignos, se encarga de evitar que siga adelante con sus planes. La fotografía se distingue por que los rostros adultos solo aparecen en momentos dramáticos, con objeto de aterrar o atormentar. La cinta le merece por primera vez en su carrera, en 1986, el premio Ariel a: Mejor Película, Dirección, Edición (Carlos Savage), Fotografía (Guadalupe García), Música de Fondo (Carlos Jiménez Mabarak), y las nominaciones por: Argumento Original y Guion Cinematográfico (Carlos Enrique Taboada), Mejor Actriz (para las niñas Ana Patricia rojo y Elsa María Gutiérrez) y Ambientación (Enrique Ramírez). Ana Patricia Rojo gana en la categoría de Actuación Infantil la Diosa de Plata y el Bochica de Oro en el Festival de Internacional de Cine de Colombia, ambos en 1987.

Carlos Enrique Taboada continúa como guionista en el cine con: El último túnel/Servando González 1986; Una maestra con ángel/Juan Antonio de la Riva 1993; La víbora/Raúl Araiza 1994; Reclusorio/1995 y Reclusorio III/1996 dirigidas por Ismael Rodríguez. En la televisión escribe capítulos para la telenovela histórica “Senda de Gloria”/1987 y la serie de misterio “La telaraña”/1990-1991. Recibe de la Sociedad Mexicana de Directores la Medalla al Mérito por 25 años de carrera.

En 2014, Christian Cueva dirige el documental Jirón, donde recopila información sobre “Jirón de niebla”, presuntamente filmada por Carlos Enrique Taboada después de Veneno para las hadas, cinta de la que hasta hoy día se desconoce su paradero, si es que en efecto se realizó. Interesado en dirigir cine de terror, cuando Julio César Estrada busca adquirir los derechos de El libro de piedra, la viuda de Carlos Enrique Taboada le muestra el guion de “Jirón de niebla”, mismo que lleva a la pantalla en 2016, película protagonizada por: María Rojo, José Ángel Bichir, Joaquín Cosío, Arcelia Ramírez y Alejandro Felipe.

Usted me comentaba que de lo que está más satisfecho es de la dirección de actores…

CET.- “Yo fundamentalmente soy un director de actores en el cine. Yo creo que es como un cuento que cuenta la abuelita y lo importante es que la abuelita lo cuente bien; aquí ocurre lo mismo, yo creo que el actor es lo importante: el actor cuenta la historia al público, en eso está centrado mi cine. En todo lo demás pues uno tiene que aprender los movimientos de cámara, de ritmo cinematográfico, pero creo que en el cine eso tiene una importancia menor, por lo menos en mi cine.

Soy un furibundo anticlerical y este toque me parece muy importante. Y en el cine me parece importante no sólo porque conviene a mi ideología, sino porque viene a borrar un poco de mi cine clerical que durante tanto tiempo, desde que el cine nació, está sellado con esa marca del clericalismo y lo reaccionario del cine ultraderechista que es horrible. La nueva corriente de directores creo que ya se liberaron de esos atavismos.”

(Los que hicieron nuestro cine, serie en video, entrevista por Alejandro Pelayo, UTEC)