DELGADO PARDAVÉ, AGUSTÍN PORFIRIO

Director, guionista y operador de cámara. Se inicia como operador de cámara en Santa/Antonio Moreno 1931, bajo la tutela de Alex Phillips, con quien trabaja en siete películas más, y en ¡Esos hombres!/Rolando Aguilar 1936, donde es el operador de Gilberto Martínez Solares. En 1935 fotografía Hoy comienza la vida, único filme que dirige Alex Phillips, y el cortometraje documental Noticiero gráfico de México, producido y dirigido por Gustavo Sáenz de Sicilia.

Posteriormente se integra con Gabriel Figueroa, Jack Draper, Álvaro González y Alex Phillips, el equipo de fotógrafos que trabajan para el documental de tres rollos: Desfile deportivo/Fernando de Fuentes 1936. Es director de fotografía de la cinta cubana Sucedió en La Habana/Ramón Peón 1938, y colabora con Figueroa en la fotografía de Ni sangre ni arena/Alejandro Galindo 1941. Es codirector subalterno de Cinco fueron escogidos/Herbert Kline 1942 y Una cara para escapar/Robert Gordon 1963.

Su debut formal como director es con El mexicano/1944, que además produce y adapta junto con Raphael J. Sevilla y José Revueltas –quien también debuta como guionista–, basados en el cuento “The Mexican”, de Jack London. La trama ubicada durante la revolución, narra los conflictos entre los federales y los revolucionarios en el estado de Chihuahua, donde el personaje estelar es Joaquín (David Silva), antes trabajador minero, ahora rebelde liberal. Ese mismo año dirige los cortometrajes Conga Bar, Esclavitud y Estampas habaneras y fotografía los cortos norteamericanos dirigidos por James A. FitzPatrick para la Warner Bros., Throwing the Bull y A Night in Mexico City. En lo sucesivo es autor o adaptador del guion en casi todas sus películas.

En 1953 dirige Ángeles de la calle, primera producción de CubMex, empresa que funda con el escritor cubano Félix B. Caignet y el productor Roberto Martínez Rubio, en la que Angélica Ortiz –futura empresaria de cine y teatro– se desempeña como gerente de producción. Dirige ¿Mujer… o fiera?/1954 y durante dos años hasta 1956, se dedica sólo a labores de guionista y productor de cinco películas hechas para CubMex.

A partir de 1957, con Los legionarios, se convierte en director casi exclusivo de Producciones Zacarías para las cintas protagonizadas por “Viruta y Capulina”, Marco Antonio Campos y Gaspar Henaine respectivamente, con quienes rueda ocho títulos más y cuando el dueto se disuelve, filma El zángano/1967, primer estelar de “Capulina” como solista. Después de La casa del farol rojo/1969, melodrama sobre la prostitución y pandilleros nobles, se concentra en tareas de producción y actividades de tipo gremial, de las que se retira a finales de los años setenta.

“Deseo, ante todo, realizar una obra importante, para la que considero tener la suficiente experiencia. He vivido en el cine desde que hay cine en México. Me refiero a la etapa hablada, he pasado en el cine los malos y los buenos tiempos. Vi trabajar, en todos estos años a muchos directores y a las principales figuras artísticas. Al lado de ellos –directores y artistas– acumulé experiencias y observaciones.

Ahora bien, el paso a la práctica produce siempre cierto desconcierto. El mexicano, y sí, al principio, después de la presentación de la película, un crítico me abatió moralmente, he cobrado ánimos porque, en términos generales, el resto de la crítica se ha mostrado alentadora.

Efectivamente, de El mexicano se dijo que ‘se había hundido’. Algo injusto. El mexicano entró en exhibición a base del sistema de ‘tope’ y los exhibidores se lo fijaron muy elevado. La película no lo alcanzó. Pero en esto influyen siempre muchos factores. El sistema de ‘tope’ no es como para juzgar si una película es buena o es mala. De hecho, el público apenas tuvo tiempo de ver El mexicano. Pero Agustín P. Delgado no se resintió al golpe. Todo lo contrario, está más animoso y decidido que nunca a luchar por el triunfo.”

(México Cinema, “Agustín P. Delgado y sus aspiraciones”, Matías Arzamendi, 1945, Archivo de Federico Dávalos Orozco y Esperanza Vázquez Bernal)