MORENO, ANTONIO (nombre verdadero, Antonio Garrido Monteagudo y Moreno)

De origen humilde, Antonio Moreno, desde pequeño vive en Sevilla. Al morir su padre a la edad de nueve años, trabaja como panadero en Algeciras; de acuerdo al realizador, un adinerado matrimonio de estadounidenses lo invita a Nueva York con la promesa de darle casa y sustento. Estudia en Northhampton, Massachusetts, trabaja como electricista en un teatro, en donde al ver las obras teatrales encuentra su vocación. A los 14 años se enrola en la compañía dramática de Senetti, artista italiano con el que viaja a Gibraltar y a otros lugares hasta que llega a Nueva York. Regresa a Madrid en 1908 y se incorpora a la compañía de la actriz norteamericana Leslie Carter, y vuelve a Estados Unidos.

Antonio Moreno realiza en 1912 su primera aparición en el cine como actor, en la película de dos rollos titulada: The voice of millions/Stanner E.V. Taylor, una producción de Rex Motion Picture Company. Posteriormente labora para la Vitagraph, empresa a través de la cual, el apuesto galán de ojos oscuros se convierte en uno de los héroes favoritos del público femenino durante la Primera Guerra Mundial. Su fama, que comparte con el actor William Duncan, continúa en las películas de episodios entre 1918 y 1920.

La vida de Antonio Moreno, de manera extrañamente premonitoria, está ligada a México. Cuando filma Recuerdo de México en 1920, conoce a Elena Sánchez Valenzuela y al periodista Alfonso Busson, protagonistas de la versión de 1918 de Santa/Luis G. Peredo. Ese año debuta como director al sustituir de última hora al responsable de la serie El velo misterioso/The Veiled Mystery. Entre sus numerosas películas como histrión figuran The Secret of the Hills, A Guilty Conscience y My American Wife/Sam Wood 1922.

La llegada del sonido lo margina a papeles secundarios. Entre 1930 y 1935 participa como actor en el cine hispano en alrededor de once películas. En 1931 es contratado por la Compañía Nacional Productora de Películas, con otros técnicos y actores del cine hispano para la dirección de la segunda versión de Santa, primera película con sonido óptico del cine mexicano, sobre una humilde campesina de Chimalistac (Lupita Tovar) que es seducida por el malvado alférez Marcelino (Donald Reed), razón por la que se prostituye en la casa de Doña Elvira (Mimí Derba), cae en desgracia y su único amigo, es el pianista ciego, Hipólito (Carlos Orellana) que anima el burdel, y quien la acompaña fielmente hasta su muerte.

Con esta producción, Antonio Moreno introduce en México la técnica estadounidense en la producción fílmica, aunque en la cinta se palpa el ambiente “hispano” peculiar de las producciones en las que habitualmente participa. En la cinta actúan Lupita Tovar, Juan José Martínez Casado, Carlos Orellana, Donald Reed y Mimí Derba. El recién llegado canadiense Alex Phillips debuta en el cine mexicano como director de la fotografía, los hermanos Joselito y Roberto Rodríguez se hacen cargo del sonido con un equipo de su invención y la música es de Agustín Lara.

Si bien, en rigor, Santa no es la primera película mexicana con sonido, (antes se filmaron por lo menos ocho películas mexicanas sonorizadas, entre largos y cortometrajes, con el sonido de discos sincrónicos), sí es la primera con éxito, producto de un despliegue extraordinario de recursos gracias al entusiasmo de audaces empresarios mexicanos como Juan de la Cruz Alarcón, Gustavo Sáenz de Sicilia, Carlos Noriega Hope, Rafael Ángel Frías y Eduardo de la Barra. Santa, atisbo del futuro del cine nacional, hace exclamar a Noriega Hope: “México puede ser, y será, el emporio de la cinematografía en español”.

Su segunda y última película como director es: Águilas frente al sol/1932, trama de aventuras internacionales que traslada de manera pintoresca a la industria cinematográfica mexicana todas las viciosas convenciones del cine hispano: La manicurista Carmen (Hilda Moreno) es engañada con la promesa de matrimonio por el malvado Óscar (Joaquín Busquets), la rapta y se la lleva a Shangai donde tiene que bailar en un cabaret. Ahí es contratada como agente de una potencia oriental, regresa a México para una misión y finalmente encuentra a Frank (Jorge Lewis) que también es un agente, su gran amor y contraen matrimonio. La cinta es un fracaso, y se reintegra como actor al cine norteamericano. Aparece en algunas cintas españolas y en 1945 regresa a nuestro país para actuar en el melodrama taurino Sol y sombra/Rafael E. Portas.

“Y créame, amigo, que de no ser español, y no es galantería, quisiera ser mexicano. Tengo una enorme simpatía por la patria de Juárez y no ha de pasar mucho tiempo sin que yo vaya a conocerla. Tengo tales deseos de ir que si terminado mi actual contrato me propusieran ir a filmar allí, hasta por menor sueldo del que aquí gano, iría gustoso. Este país [Estados Unidos] no es mi medio, mi temperamento latino no se encuentra bien aquí. Usted no se imagina lo que yo he tenido que luchar para poder triunfar, por sólo ser extranjero.”

(Revista de Revistas, “Crónicas de cine. Lo que dijo Antonio Moreno a Revista de Revistas”, Alfonso Busson, No. 510, 08/02/1920, p. 8, Archivo Federico Dávalos Orozco y Esperanza Vázquez Bernal)