Periodista, cronista cinematográfico, dramaturgo, adaptador y argumentista. Estudia Derecho en la Escuela Nacional de Jurisprudencia, aunque se dedica al periodismo y a la literatura. Se inicia en el diario “El Universal” en 1919 como cronista de espectáculos y de cine con el seudónimo de Silvestre Bonnard; es corresponsal en Hollywood y, de 1920 hasta su muerte, director de “El Universal Ilustrado”. Su devoción por el cine, se plasma en crónicas y en libros. Con Rafael Bermúdez Zataraín, desde las páginas de espectáculos de los diarios, aboga por un cine que muestre nuestras tradiciones, historia y paisajes en la pantalla.
Es parte de la búsqueda de una expresión nacional en el llamado “arte mudo”, a través de sus intervenciones fílmicas, que inician con el argumento de Viaje redondo/José Manuel Ramos 1919, con actores, personajes y situaciones del llamado género mexicano. Continúa como director de escenas de lucha en El Zarco/Los Plateados/José Manuel Ramos 1920, sobre la novela costumbrista de Ignacio Manuel Altamirano.
En 1921 dirige La gran noticia, basada en “Cuento de Otoño” un relato de Xavier Frías Beltrán, que adapta con Marco Aurelio Galindo. Trama sobre las aventuras de un periodista, el reportero Lauro Prida, recompensado por el director de su periódico con un mes de vacaciones por su oportuna noticia sobre un contrabando ferrocarrilero, pero debe investigar los crímenes de una banda. Sabiendo su llegada a Chapala unos novios deciden jugarle una broma y alquilan una casa al ranchero “Pintado” para representar la farsa de que son los asesinos que busca el periodista, pero el indio “Pintado” es el verdadero asesino que, después de una borrachera, golpea al novio para abusar de la muchacha. Otros llegan cuando el “Pintado” escapa pero, perseguido y herido, confiesa sus crímenes antes de morir y revela el escondite de su botín. Lauro regresa a la ciudad, pero en lugar de la noticia del criminal descubierto lleva al periódico la de su matrimonio con una francesa que conoció en Chapala.
Actúan en la cinta colegas de “El Universal”, como Lauro de Prida, Marco Aurelio Galindo, Guillermo Castillo “Júbilo”, Rafael Pérez Taylor, Cube Bonifant y otros, además de las actrices norteamericanas Mary Wilson y Jannik Noris. Cinta que se filma en los Estudios Camus, con locaciones en México y Chapala, Jalisco, fotografiada por el norteamericano William J. Beckway. Insatisfecho con su labor, no vuelve a dirigir, pero sigue desempeñando diversas actividades fílmicas y periodísticas buscando impulsar el desarrollo de la industria cinematográfica mexicana.
En 1923 para impulsar el teatro mexicano, forma el Grupo de los Siete, con: Víctor Manuel Diez Barroso, José Joaquín Gamboa, Lázaro y Carlos Lozano García, Ricardo Parada León y Francisco Monterde. Su primera obra es la comedia “La señorita Voluntad”, estrenada el 17 de octubre de 1923 en el viejo Teatro Virginia Fábregas. Otros trabajos son “Una flapper”/1925 y “Margarita de Arizona”/1929.
Con numerosos intelectuales como Julio Jiménez Rueda, Alfonso Junco, Federico Gamboa y Rodolfo Usigli, entre otros, encabeza en 1929 desde las páginas de “El Universal”, una enérgica campaña en contra del cine hablado en inglés, que percibe como atentado al castellano, a nuestro patrimonio cultural y a nuestra nacionalidad, así como un arma poderosa y sutil de penetración por parte de Estados Unidos, definida por Alfonso Junco como una “invasión pacífica”.
Es también promotor y adaptador de Santa/Antonio Moreno 1931, la primera película con sonido directo filmada en nuestro país. Adapta junto con Fernando de Fuentes el argumento de La Llorona/Ramón Peón 1933. Es argumentista, con Eva Limiñana, de La sangre manda/José Bohr 1933, y finalmente, con Gustavo Sáenz de Sicilia y Chano Urueta, de Clemencia, dirigida en 1934 por este último. Carlos Noriega Hope tenía 38 años cuando murió, exactamente la noche en que Juan Bustillo Oro terminó de editar Dos monjes/1934.
“Heme aquí nuevamente en esta redacción, junto a mi máquina de escribir. Parezco -según malévolos compañeros- un pañuelo empacado en melancolía que alguien ha puesto a secar sobre las teclas de la ‘Oliver’. Vengo un poco más delgado, relativamente más serio, con un surménage que me obliga a embarrar de miradas grises las paredes, sin que me sea posible pensar, reír y charlar… Tengo sobre mi espíritu el enorme peso que traen consigo las obligaciones y, sobre todo, el miedo invencible que me causa la sensación del ridículo durante estas largas y laboriosas semanas llenas de películas, de close ups y de long shots. Sospecho que mi afición ‘por ese pequeño arte que tanto amamos’ me ha colocado en la bíblica actitud de un Rey de Burlas, y de ahí, ahora en el grande [sic] ambiente de esta bien amada redacción, suelte el hilillo de mis recuerdos sin más fin que el de consolarme con ustedes, viejos amigos y lectores de esta página”.
“…Pero en el estudio me esperan para filmar y, con todo el dolor de mi oficio abandono sobre esta máquina de escribir al periodista, para echar mano del director cinematográfico. Uno y otro usan lentes y se prestan ideas con la misma liberalidad con que los hermanos usan sus calcetines. Pero -¡caramba!- estoy absolutamente, totalmente seguro que el primero de estos individuos es más inteligente y más feliz que el segundo. Porque el segundo es un director cinematográfico que no tiene conocimientos para ser director, no obstante que habla a través de una bocina pintada de las que usan los gritones de circo provista de un nombre científico y tonto: ¡megáfono!…”
(El Universal Ilustrado, “Indiscreciones de un pésimo director”, Carlos Noriega Hope, 11/01/1923, en El cine mudo en Guadalajara, Guillermo Vaidovits, pp. 90-91)
El actor José T. Gómez “El Canillas” también participante de Alas abiertas/Luis Lezama 1921, muere un mes después del estreno al tender, con otros, una fallida emboscada al general Manuel García Vigil, gobernador de Oaxaca. La gran noticia, tuvo como títulos tentativos “Cuentos de otoño” y “Los chicos de la prensa”. Se estrena el 13 de enero de 1923, con dos años de retraso y escaso éxito.
Sobre su experiencia en Hollywood, Noriega Hope escribe “El mundo de las sombras: el cine por dentro y por fuera”/1921. Obras y relatos de teatro suyos con temas cinematográficos son “Che Ferrati, inventor (La novela de los estudios cinematográficos)”/1923, que en 1926 adapta para la escena, “El honor del ridículo”/1926 y “La inútil curiosidad”/1923. Rafael Bermúdez Zataraín y Carlos Noriega Hope, llevan vidas paralelas: periodistas de espectáculos, enamorados del cine, que incursionan fallidamente en la realización cinematográfica, además, en el mismo año y con sólo un mes de diferencia, fallecen ambos. Bermúdez Zataraín alcanza a escribir una sentida nota necrológica sobre su colega y amigo.
Carlos Noriega Hope: un habitante del mundo de las sombras
https://confabulario.eluniversal.com.mx/noriega-hope-habitante-del-mundo-de-las-sombras/
Carlos Noriega Hope, director notable de El Universal Ilustrado
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