Tiple, escritora, argumentista, actriz y directora. Mimí Derba es hija del acaudalado abogado Juan Francisco Pérez de León y de la inmigrada de origen bilbaíno Jacoba Avendaño Uriástegui. Es la más pequeña de cuatro, con una hermana y dos hermanos mayores que se hicieron militares. Su padre muere en 1898; realiza estudios primarios y de preparatoria en la Ciudad de México y recibe de su madre una esmerada educación literaria y musical y se aficiona tanto al canto como a la escritura.
Después de un breve empleo como secretaria del prestigiado abogado oaxaqueño Rosendo Pineda, poco antes de cumplir los 18 años, el 2 de agosto de 1911, en La Habana, Cuba, Mimí Derba hace su debut como parte de una compañía de zarzuela hispano mexicana, actuando e interpretando “La jota del estudiante” de la zarzuela “El congreso feminista”/1904. Más tarde, de regreso en México, el 15 de noviembre de 1912, llama la atención cuando brinda un concierto en el Salón Rojo, del empresario Jacobo Granat, siendo contratada desde el primero de diciembre de 1912 como tiple en la compañía del teatro Lírico para ser parte del elenco de la zarzuela “El cabo primero”/1895, a la que siguen, entre otras, sus exitosas participaciones en las revistas “El país de la metralla”, “Las musas del país” y “El barrio latino”/1913, etcétera, que la convierten en una de las más reconocidas figuras del teatro frívolo mexicano.
Como representante de sus colegas del teatro Principal, Mimí Derba fue precursora del sindicalismo teatral, cuando los trabajadores de teatro se organizaron en 1916 para defender sus derechos laborales. Muy aficionada al cine decide dar un vuelco a su exitosa carrera teatral y probar suerte en la producción fílmica, para lo cual se asocia con el experimentado documentalista Enrique Rosas, para fundar la Sociedad Cinematográfica Mexicana Rosas, Derba y Cía., Azteca Film, en 1917.
Ella aporta al capital de la sociedad una parte de la herencia paterna y Enrique Rosas, que mantiene relaciones cercanas con el general carrancista Pablo González, consigue su apoyo económico. La Azteca Film es el primer esfuerzo nacional de producción fílmica con claro sentido industrial. La empresa dispone de sus propios estudios y produce en ese año cinco melodramas y, por lo menos, un corto documental, cuyas constantes temáticas son los tormentosos triángulos amorosos y las pasiones que llevan a la locura, siguiendo los modelos dramáticos del cine italiano o francés. Enrique Rosas es el director técnico y fotógrafo de todos; Joaquín Coss es el responsable de la dirección artística de Alma de sacrificio, En defensa propia y, probablemente, de En la sombra/1917; Eduardo Arozamena y Enrique Rosas dirigen y escriben La soñadora/1917; Mimí Derba, además de ser la actriz principal de estas cintas, es la argumentista de la segunda y de la cuarta.
La Tigresa/1917, tercera producción de la Azteca Film, adaptada a partir de una historia de la escritora Teresa Farías de Isassi, marca el debut de Mimí Derba como la primera directora mexicana de largometrajes. Aquí, en esta cinta Mimí Derba no actúa. Las fuentes no muestran de manera explícita su responsabilidad en la dirección escénica o artística, aunque es posible deducirlo por evidencias indirectas, entre ellas una entrevista que lo sugiere. El rodaje se inició el 2 de agosto de 1917 y se prolongó a lo largo del mes, en los estudios de la empresa y con exteriores en el bosque de Chapultepec, en la iglesia del Buen Tono y en el manicomio de La Castañeda, en Mixcoac. Se estrenó en el teatro Arbeu, el domingo 26 de agosto de 1917. La Tigresa se exhibe por poco tiempo sin gran éxito; la crítica pone de manifiesto el descuido en la dirección del filme.
La Tigresa consta de cuatro partes “intensas”: La tigresa, Fascinación, El zarpazo y La garra. Un obrero (Fernando Navarro), humilde artista que dibuja paisajes en una fábrica de muebles, enloquece después de la traición de Eva (la debutante Sara Uthoff), una coqueta de clase y alcurnia que lo sedujo por capricho; ésta es estrangulada por su antiguo amante cuando acude a una kermesse de beneficencia celebrada en el manicomio. De esta manera, Eva, la “Tigresa” ratificó sus palabras soñadoras: “quisiera ser la heroína de un poema cruel… de un poema ardiente y doloroso”. También forman parte del elenco artístico Etelvina Rodríguez (la madre de Eva), Salvador Arnaldo (Ernesto), Juan Barba, Pedro de la Torre, Manuel Arvide, Josefina Maldonado, Nelly Fernández y Anita Omaña.
En 1918 Enrique Rosas y Mimí Derba viajan a Nueva York en un intento infructuoso por colocar sus producciones fílmicas en ese mercado que, finalmente sin resultados, llevan a la disolución de la empresa. Enrique Rosas se queda con los restos de la Azteca Film y Mimí Derba regresa al ambiente teatral en 1918 en la zarzuela “Los molinos de viento”/Pablo Luna 1910, acompañada del barítono Mariano Aineto.
Su última intervención en el cine mudo es en la película Dos corazones/Francisco de Lavillete 1919. Declararía, hacia 1927, que ella no abandonó al cine, sino que “el cine me abandonó a mí”. Sin embargo, la fascinación por el espectáculo cinematográfico permanece en ella y regresa a la industria con el advenimiento del cine sonoro haciendo el papel de Elvira, la dueña del burdel donde se pierde Santa/Antonio Moreno 1931, la película inaugural de la industria cinematográfica sonora mexicana.
A partir de entonces desempeña papeles secundarios y de carácter en numerosas cintas. Abandona definitivamente las tablas para dedicarse exclusivamente al cine el primero de diciembre de 1938: con sala llena, realiza su última presentación teatral cantando “La Rosalía” de la zarzuela “La torre del oro”/Gerónimo Giménez 1902, en el teatro de Bellas Artes.
De su participación en el cine sonoro mexicano se le recuerda por su indispensable presencia en películas como Mujeres de hoy/Ramón Peón 1936, María/Chano Urueta 1938, Café Concordia/Alberto Gout 1939, El baisano Jalil/Joaquín Pardavé 1942, Flor silvestre/Emilio Fernández 1943, Una carta de amor/Miguel Zacarías 1943, México de mis recuerdos/Juan Bustillo Oro 1943, Salón México/Emilio Fernández 1948, Ustedes los ricos/Ismael Rodríguez 1948, La malquerida/Emilio Fernández 1949, Rosauro Castro/Roberto Gavaldón 1950, La ausente/Julio Bracho 1951 y Dos tipos de cuidado/Ismael Rodríguez (1952). Después de actuar en aproximadamente 69 películas sonoras, actúa por última vez en 1953, en la película Casa de muñecas/Alfredo B. Crevenna. Falleció el 14 de julio de ese año, en la Ciudad de México, víctima de una trombosis cerebrovascular.
A partir de 1913 publica con cierta regularidad cuentos cortos, en ocasiones poesía, para las revistas “Castillos y Leones”, “Zig-Zag”, “Rojo y Gualda” y otras. Fue autora de una obra de teatro, una comedia de enredos amorosos, “Al César…”/1915, que se representa con poco éxito en el teatro Alarcón. En 1921 se publica “Realidades”, recopilación de sus colaboraciones en diversos periódicos y revistas, algunas ya recogidas en una obra previa, “Páginas sueltas”, a las que suma algunas obras inéditas. Una breve narración suya aparece en la antología preparada por Liliana Pedroza, editada en Monterrey, Nuevo León: “A golpe de linterna: más de 100 años de cuento mexicano, vol. 1: Pioneras”/2020. En 1942 vende dos argumentos para cine de su autoría y de Leonor Gil a la empresa EMA, que no se realizan.
“Mimí Derba estaba fatigada, anhelante, dando disposiciones, dirigiendo escenas de La Tigresa…”
(El Universal Ilustrado, “Sí puede existir la producción dramática mexicana”, Hipólito Seijas [Rafael Pérez Taylor], No. 15, 17/08/1917. Archivo de Federico Dávalos Orozco y Esperanza Vázquez Bernal)
ECG.- ¿Cuál es su obra favorita?
MD.- “Yo tengo predilección por el cine, pues me encanta filmar y en cuestión de teatros, prefiero la comedia.”
ECG.- ¿Ha estado usted en el extranjero?
MD.- “Estuve en Nueva York, impresionando películas cinematográficas hace cuatro años, y después en Cuba hice varias funciones y estuve contenta en ambas partes.”
(Arte y Sport, “Un Rato de Plática con Mimí Derba”, El Caballero Gris, No. 23, 14/02/1920. s/p. Archivo de Federico Dávalos Orozco y Esperanza Vázquez Bernal)
La personalidad de Mimí Derba era retraída. Cuando joven, a diferencia de otras muchachas de su edad, no era afecta a los bailes o a las fiestas; prefería estar sola. “Por eso –decía– me gusta ir al cine, porque lo veo todo y nadie me ve.” Como figura del teatro frívolo mexicano mereció el elogio por su talento y por su atractivo físico y le fueron dedicadas numerosas crónicas y versos. La mujer del “cuerpo romano”, como la describe un admirado cronista, anuló su muy breve matrimonio en 1930 con el militar Raúl de Alba.
A fines de 1916 anuncia su decisión de dejar el teatro para dedicarse a hacer películas. Se despide a principios de noviembre con una función en su beneficio, que tuvo lugar en el teatro Principal.
Hacia 1925 ocupaba un lugar relevante entre las veteranas del género chico, después de Esperanza Iris y al mismo nivel de María Conesa y de Lupe Rivas Cacho. Con la llegada de la atrevida moda del Ba-Ta-Clán inicia una vida de semi-retiro con apariciones ocasionales en la escena teatral. Desde su aparición en el mundo del espectáculo se tomaron decenas de fotografías de Mimí Derba en todas las poses, actitudes y vestuarios, entre ellas algunas acompañadas de poemas para ser comercializadas en postales. Entre sus fotógrafos se encuentran Miguel Uribe y Francisco de Lavillete, de la Compañía Industrial Fotográfica.
La protagonista de La Tigresa, Sara Uthoff, fallece al año siguiente del rodaje de la cinta víctima de la influenza española. Además de Mimí Derba, otras mujeres cineastas en el cine mudo mexicano son las veracruzanas Adriana y Dolores Ehlers (documentalistas), la cantante italiana María Cantoni, que filma en Guadalajara tres cintas en 1921, y la yucateca Cándida Beltrán Rendón que produce, escribe, dirige y protagoniza El secreto de la abuela/1928.
La Azteca Film tiene sus “talleres” en la esquina de Juárez y Balderas. Cuando el afamado poeta argentino Manuel Ugarte visita nuestro país, calurosamente acogido por los sectores estudiantiles y rodeado de gran consideración por las autoridades culturales, la empresa lo invita a conocer sus ateliers.
Los proyectos para filmar “Chapultepec” y “Entre la vida y la muerte” no se concretan. La empresa se proponía realizar una labor nacionalista y educativa a favor del pueblo de México y de su reputación en el exterior para desmentir la imagen degradada y despectiva que se proponía en las cintas estadounidenses sobre México y los mexicanos. La intención inicial de filmar temas inspirados en la historia patria, las leyendas y el folclor fue relegada por la realidad de públicos acostumbrados a las tormentosas y truculentas tragedias pasionales provenientes de Francia y, sobretodo, de Italia. Al disolverse la compañía, Enrique Rosas incidentalmente emplea el sello de la Azteca Film en algunas producciones.
Algunos autores consideran probable la participación de la actriz en la cinta muda de propaganda callista La linterna de Diógenes/Carlos Stahl 1925.
Como figura pública, Mimí Derba fue víctima de numerosos escándalos. A fines de 1914 el escritor Julio Sesto, supuesto amigo y tal vez un pretendiente despechado de la entonces joven artista, publica “La tórtola del Ajusco”, libelo en forma de novela que presenta muchos paralelismos con su vida y que desata un escándalo alrededor de la vida íntima de Mimí Derba, al atribuirle –falsamente- haber tenido desde los 16 años diversas aventuras amorosas. Basado en la novela, Juan Orol filmó en 1960 la película con el mismo título La tórtola del Ajusco/Sombras del pasado.
Otro escándalo que envolvió tanto a Mimí Derba como a María Conesa estuvo relacionado con el caso de la tristemente célebre banda del automóvil gris, pues además de sus nexos supuestos con los generales Pablo González y Juan Mérigo –que la opinión pública asocia con la banda– se les acusa de ostentar joyas robadas e incluso, la primera, intercede por uno de los miembros de esa sociedad delictiva condenado a muerte. El asunto, ocurrido en 1915, se repitió en 1923 como resultado de declaraciones insidiosas de Mérigo, en el contexto de las pugnas por la sucesión presidencial en la que contendía González.
María Conesa y Mimí Derba fueron amigas tras bambalinas, pero alternaban y rivalizaban en las tablas, donde se disputaban el favor del público. También comparten, en ocasiones, la escena teatral, pero es hasta 1938, en Refugiados en Madrid/Alejandro Galindo cuando actúan juntas y por única vez para el cine mexicano. De María Conesa se conservan numerosas grabaciones con algunos de sus éxitos que datan de 1905 en adelante; sin embargo, hasta el momento, no se conoce ningún registro sonoro de alguna interpretación de Mimí Derba.
La autora del argumento de La Tigresa/1917, Teresa Farías de Isassi (1878-1930 o 1945) fue una novelista nacida en Saltillo, Coahuila, que vivió su infancia y juventud en San Luis Potosí y se casó con el general Adolfo M. Isassi. Entre sus obras se encuentran la novela “Nupcial”/1914, los dramas y comedias “Cerebro y corazón”/1907, “Como las aves”/1919, “Religión de amor”/1922, “Fuerzas creadoras”, “Sombra y luz”/1912, y el ensayo filosófico “Ante el gran enigma”/1938. Además de su obra literaria es conocida por haber fundado en la capital mexicana la Sociedad Protectora del Niño.
Entrevistas con Mimí Debra:
https://cinesilentemexicano.wordpress.com/2013/09/26/entrevista-a-mimi-derba-1918
Mimí Derba, videograbación, Alejandra Moya, 2000, México, Filmoteca de la UNAM.
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