Actor, productor, guionista y director. Hijo de una modesta familia de campesinos, emigra a México durante su adolescencia en 1910 y desempeña variados oficios. Siendo agente de seguros, responde a un anuncio en el periódico en el que solicitan actores para Conspiración/Manuel R. Ojeda 1927. Después de esta experiencia, viaja a Hollywood donde al terminar de doblar Río Rita/Luther Reed 1929, es contratado durante 1930 y 1932 para protagonizar películas rodadas en español. Se da tiempo para actuar en Contrabando/Alberto Méndez Bernal 1931, película sonora mexicana rodada en la zona fronteriza de Tijuana y Ensenada. Durante sus años en Hollywood recibió muchos elogios y se le considera una de las primeras figuras del cine de habla española. Siempre llamó la atención su sobriedad y elegancia, su timbre de voz era perfecto para los equipos de sonido del momento; su voz suave y clara era perfectamente entendible, por lo que se le augura un gran porvenir en el cine hablado.
Entre 1933 y 1937 Ramón Pereda actúa en México en una decena de películas, entre otras, La Llorona/Ramón Peón 1933, El héroe de Nacozari y El vuelo de la muerte, dirigidas por Guillermo Calles en 1933; esta última es también su primera producción; Cruz Diablo/Fernando de Fuentes 1934 y El baúl macabro/Miguel Zacarías 1936. En 1934 se une a la Asociación de Productores Mexicanos de Películas; es también en estos años que retoma la venta de seguros y regresa a Hollywood en 1935.
A partir de 1937 se transforma en un prolífico cineasta al diversificarse como productor, argumentista, actor y director. Con Ramón Peón funda Pereda Films y debuta con la comedia ranchera Las cuatro milpas, con su esposa, Adriana Lamar, que debe su gran éxito a las canciones de Lorenzo Barcelata y a esa mezcla de la Revolución con los conflictos amorosos, el ambiente rural y el costumbrismo, muy en la línea de Allá en el Rancho Grande/Fernando de Fuentes 1936. Pereda filma una segunda versión a color en 1958 con María Antonieta Pons y Manuel Capetillo. Después de su auspicioso debut dirige México lindo/1938, sobre el popular espectáculo teatral de Roberto Soto “Rayando el sol” y otras muchas, como la comedia musical Canto a las Américas/1942, que explota la presencia en el país de actores y cantantes de todo el continente.
Tanto Ramón Peón, quien en los años veinte funda en Cuba Flash Films, como Ramón Pereda tan preocupados siempre por minimizar los costos y filmar rápido se asocian en 1945 y 1946, con el primero casi siempre como director, para lograr la sorprendente producción de diez películas al hilo sin financiamiento bancario.
Durante el rodaje de Rocambole/Ramón Peón 1946, muere Adriana Lamar. La muerte de su pareja aleja a Ramón Pereda del cine, al que vuelve en 1949 promoviendo, produciendo y dirigiendo a su tercera mujer, la popular rumbera cubana María Antonieta Pons, en casi todas sus películas siguientes, musicales que saben explotar y aprovechar mejor la simpatía y el carisma de la ondulante cubana, plenas de bailes y de canciones, como: El ciclón del Caribe sobrenombre con el que era conocida y La reina del mambo en 1950; María Cristina, sobre una joven de provincia que llega a la capital en busca de empleo y que, de manera inesperada, encuentra el amor, y La niña popoff, ambas en 1951; y Acapulqueña/1958. En 1960, Ramón Pereda dirige el melodrama a colores El Centauro del Norte, con Pons y José Elías Moreno como Pancho Villa.
Con María Antonieta Pons, pero sin dirigir, Ramón Pereda produce, de Tito Davison, Un cuerpo de mujer/1949, con guion de Janet y Luis Alcoriza; La engañadora/José Díaz Morales 1953, Necesita un marido/José Díaz Morales 1954, y la divertida comedia con “Tin Tan”, dirigida por Gilberto Martínez Solares en 1959, Una estrella y dos estrellados. En 1963, Ramón Pereda dirige la coproducción con Ecuador En la mitad del mundo, con el comediante ecuatoriano Ernesto Albán y Andrés Soler.
Ramón Pereda se retira de la dirección de películas a mediados de los sesenta, después de realizar en Puerto Rico, Caña brava/1965, que también es la última filmada por María Antonieta Pons. Todavía tiene ánimos para apoyar con CLASA la producción de María/Tito Davison, en 1971, que sería su última intervención en la industria cinematográfica mexicana, antes de su muerte en 1986.
Ramón Pereda se caracteriza por producir y dirigir un cine barato, rápido y de fácil recuperación que se atiene a las fórmulas dramáticas más elementales, pletóricas de números musicales y de variedades. Su trayectoria se resume en la dirección de 25 películas, es argumentista o guionista de 30; aparece como productor de 43, y es actor de 46 películas.
“Una vez, en un lapso brevísimo, hice tres películas al mismo tiempo. Los escenarios estaban construidos con paneles; por ejemplo, en un rincón, la recámara; en el otro lado, el comedor, etcétera. Además, con todo el alumbrado. Concluí cada una en dos semanas; no había terminado una cuando ya comenzábamos la otra, llevaba una continuidad como si se tratara de una sola cinta, sin perder tiempo; tenía hecha una preparación en la que no desperdiciaba ni una hora. Si tenía oportunidad de aprovechar alguna escena de otra película, la filmaba de una vez y ¡ya, listo! Era muy sencillo porque estaba preparado y nos salía más barato: sobre todo cuando estaban limpias las paredes de los sets.
Inclusive si otro productor al filmar no había tirado los escenarios, yo se los compraba y los utilizaba, como sucedió en [El] capitán Centellas. Hice una película llamada La torre de los suplicios, en la cual actué; al ver los sets, inmediatamente me puse a escribir un argumento para aprovecharlos. Ahora, para asombrarse: otra película, Los olvidados de Dios, la rodé en seis días, hasta me sobró uno de la semana. Ocupaba yo el mismo elemento técnico, y el vestuario lo habíamos conseguido en las casas de ropa de disfraces. Después filmé diez películas en cuatro meses.”
(Cuadernos de la Cineteca Nacional, “Ramón Pereda”, coord. Eugenia Meyer, no. 2, 1976, p. 49)
De sus matrimonios, Ramón Pereda se divorcia de Gloria Rubio, queda viudo de Adriana Lamar, y María Antonieta Pons es su última esposa, quien le sobrevive (fallece en 2004). Jamás regresa a la localidad española donde nació.
Ramón Pereda es jugador de futbol en los equipos España y Asturias, comisionista, cambista y agente de bolsa, trabaja haciendo prospección para una empresa minera y en un rancho en Matamoros, Tamaulipas; finalmente, es agente de seguros de la compañía El Sol, de Canadá.
Puede afirmarse que la carrera de productor de Ramón Pereda se inicia en 1921, cuando trabaja para la Cervecería Modelo y encarga a las hermanas Adriana y Dolores Ehlers la filmación del partido de futbol entre el Real España de México contra el Real Madrid de España.
Los productores de Conspiración/1927 de inmediato lo identifican con el “Marqués de Roca Partida”, villano de la cinta, y lo contratan. Todos sus colegas de entonces lo llaman con ese mote. Cuando se estrena Conspiración/Manuel R. Ojeda 1927, con gran éxito, también llega a ser el mejor vendedor de la aseguradora donde trabaja. Como premio obtiene un viaje a la sede de la empresa en Montreal, Canadá; de regreso, pasa algunos meses en Nueva York y se encamina a Hollywood, que era su sueño, para probar fortuna. Es contratado por la Paramount para actuar en 1930 en El cuerpo del delito/Cyril Gardner y A. Washington Pezet 1930, con Antonio Moreno y María Alba, versión de The Benson murder case/Frank Tuttle, donde desempeña con gran éxito el papel del detective “Philo Vance”, que en la versión en inglés actúa William Powell.
Además de la Paramount, Ramón Pereda trabaja para Metro-Goldwyn-Mayer, Columbia, First National y Warner Brothers. Aparece en los siguientes filmes en español hechos en Hollywood como actor: Amor audaz/Louis Gasnier 1930, con Adolphe Menjou y Rosita Moreno, versión de Slightly Scarlet; Galas de la Paramount/1930, con fragmentos a cargo de varios directores y Pereda como maestro de ceremonias, con Rosita Moreno y Barry Norton; Cascarrabias/Cyril Gardner 1930, con Ernesto Vilches y Carmen Guerrero, versión de Grumpy/George Cukor y Cyril Gardner; El dios del mar/Eduardo Venturini 1930, con Rosita Moreno y Julio Villarreal; La dama atrevida/William McGann 1931, con Luana Alcañiz, Guty Cárdenas y Ligia dy Golconda, versión de The Lady Who Dare/William Beaudine; Gente alegre/Eduardo Venturini 1931, con Roberto Rey y Rosita Moreno; Carne de cabaret/Christy Cabanne 1931; con Lupita Tovar, Nancy Torres y René Cardona, versión de Ten Cents a Dance/Lionel Barrymore; El proceso de Mary Dugan/Marcel De Sano 1931, versión de The Trial of Mary Dugan/Bayard Veiler, con María Fernanda Ladrón de Guevara y José Crespo; Hombres en mi vida/David Selman 1932, con Lupe Vélez y Gilbert Roland, versión de Men in Her Life/William Beaudine 1931; El diablo del mar/Juan Duval 1935, con Movita Castañeda y Carlos Villarías, versión de Devil Monster/S. Edwin Graham; No matarás/Miguel Contreras Torres 1935, con Adriana Lamar y Alberto O´Farrill; El crimen de medianoche/Bernard B. Ray 1935, con Adriana Lamar y Juan Torena, versión de Midnight Phantom.
En Hollywood fue discípulo de canto de Adolfo de la Huerta, ex presidente de México y, posteriormente, exiliado en los Estados Unidos.
Por la precaria situación del cine mexicano en sus inicios, Ramón Pereda decide convertirse en productor y director fílmico, para lo cual se dedica nuevamente a la venta de pólizas de seguros hasta reunir el capital suficiente. Adquiere nociones de corte y edición al trabajar con Ezequiel Carrasco en el montaje de su primera producción, El vuelo de la muerte/Guillermo Calles 1933. Se ufana de haber desarrollado un sistema para poder filmar rápidamente y de aprovechar al máximo la escenografía y los sets. Al respecto, el sonidista José B. Carles afirma que “(…) hice con los dos Ramones, Pereda y Peón diez películas al hilo a razón de dos semanas de filmación cada una (…)”. Abandona la dirección y la producción ante las dificultades que tiene para recuperar la inversión, pero afirma que lo que más le atrae en la vida es actuar, dirigir y coproducir; “producir ha sido por necesidad, pero no me complace”.
Produce la muy taquillera película Jesús de Nazareth, dirigida en 1942 por José Díaz Morales.
Adaptador de El Zarco/Miguel M. Delgado 1957, con la que Víctor Herrera obtiene en 1959 el Ariel a la mejor fotografía a color.
Ramón Pereda ingresó a la Sociedad General de Escritores de México (SOGEM) el 30 de agosto de 1966.
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