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ENSAYOS

César Aguilera

EL PREMIO ARIEL EN LA HISTORIA DEL CINE MEXICANO (1946 - 2004)

CÉSAR AGUILERA

Publicado en el: Diccionario del Cine Español e Iberoamericano. España, Portugal y América (2012)

(Coordinación México, Perla Ciuk)

 

Antecedentes

El Ariel es el premio que otorga la cinematografía mexicana a lo mejor de su producción anual, el cual se entrega desde el 3 de julio de 1946, cuando se funda la Academia Mexicana de Ciencias y Artes Cinematográficas Asociación Civil (AMACC), con la finalidad de reconocer públicamente los trabajos sobresalientes en la realización de películas mexicanas y estimular la investigación en todo lo referente a las ciencias del cine.

Este organismo surge durante el esplendor del cine mexicano, en la llamada época de oro de la producción y distribución mundial, sobre este aspecto Hollywood tuvo injerencia, ya que debido a la crisis fílmica por la que pasaba debido a la Segunda Guerra Mundial, llega a obtener ganancias difundiendo nuestro cine en todo el mundo.

Como cifra representativa de la actividad del cine mexicano, en 1945 se filman 82 películas; cantidad que supera a la de años anteriores demostrando lo redituable del mercado nacional, gracias a la compleja infraestructura tanto en el ámbito artístico, como técnico e industrial.

La Academia Mexicana tiene su primera sede en las oficinas del Sindicato de Técnicos y Manuales, en el número 37 de la calle Roma, en la colonia Juárez de la Ciudad de México, cuya acta constitutiva se elabora en presencia del Notario Público Juan Manuel G. Quevedo y diversos miembros de la comunidad cinematográfica como: escritores, directores, actores, técnicos, músicos, y periodistas especializados.

En representación de la propia Academia acude el escritor Celestino Gorostiza. Por parte del Ateneo Nacional de las Ciencias, lo hace el cinematografista Felipe Gregorio Castillo, En nombre de la Asociación de Productores y Distribuidores de Películas Mexicanas, Raúl de Anda (productor) y Carlos Carriedo Galván (abogado). Por la Cámara de la Industria Cinematográfica, el abogado César Santos Galindo. A nombre del Sindicato de la Producción de la Industria Cinematográfica, acuden el actor Fernando Soler, el escenógrafo Manuel Fontanals, el compositor musical Ignacio Fernández Esperón, el pianista y compositor Eduardo Hernández Moncada y el director de cine Alejandro Galindo. Oswaldo Díaz Ruanova, Fernando Morales Ortiz y José María Sánchez Ortiz, representaron a La Asociación de Periodistas Cinematográficos. En nombre de la Universidad Autónoma de México, el abogado Eugenio Maldonado. La Secretaría de Gobernación envía al abogado Antonio Castro Leal y la Universidad Femenina de México a la maestra Adela Formoso de Obregón. La Academia Nacional de Historia y Geografía, la representa Juan Manuel Torrea. Entre otras personalidades acuden el actor Ángel Garaza y el cinefotógrafo Gabriel Figueroa.

Así, la recién fundada Academia Mexicana de Ciencias y Artes Cinematográficas instaura el Premio Ariel, en reconocimiento a lo sobresaliente en la producción de cada año bajo sus diversas manifestaciones, el cual se otorga a partir de 1947 de manera consecutiva, pero se suspende en 1958 debido a conflictos internos para reanudarse hasta 1972, a instancias del presidente Luis Echeverría, quien interesado en reactivar la industria del cine asigna a su hermano Rodolfo como Director de Cinematografía.

Previo a la fundación de la Academia, algunos intelectuales especializados en cine como: Francisco Pina, Emilio García Riera y José de la Colina recién exiliados en México, integran la Asociación Nuevo Cine, motivando a que otro grupo de críticos mexicanos formen la AMPEC (Asociación Mexicana de Periodistas y Escritores Cinematográficos) quienes entregan las siguientes presas; la Orquídea del Cine Nacional (a las actrices) y el Cuauhtémoc del Cine (para los actores), durante la ceremonia en el centro social El Patio, tan de moda en esos años, evento que promueven el profesor Alfredo Ruiz del Río y Ángel Alcántara.

Después el periodista don Fernando Morales Ortiz, director de la revista especializada México Cinema, con su editor Benjamín Ortega y Edmundo Valadés, conforman las bases de PECIME (Periodistas Cinematográficos Mexicanos) cuya primera entrega de premios en 1963 se realiza en el restaurante Cirios, en las calles de Puebla, propiedad de Ernesto Alonso, resultando Tlayucan (1961) el mejor filme, de Luis Alcoriza, al concederle el Xochipili, presea que luego se modifica por la Diosa de Plata, creación del escultor Federico Caneci quien la diseña en 1957, año en que empezaron a conformar a esta organización.

Trofeo símbolo de fecundidad y creatividad en el arte, que hasta la fecha se sigue otorgando. En un principio esta asociación -PECIME- tiene su sede en la calle de Bruselas No. 13 y desde 1976 en Avenida Universidad, en el Distrito Federal, dentro de un consorcio que incluye un par de salas de cine (actualmente en desuso). Entre algunos presidentes que figuran en su historial están el propio Fernando Morales Ortiz, Enrique Rosado, Guillermo Vázquez Villalobos, Mauricio Peña y ahora Alejandro Vázquez.

En homenaje a esta asociación, en 1953 se filma la película Reportaje con varios directores, entre ellos, Emilio Fernández, rodada en el periódico Excélsior, bajo la producción del propio PECIME en colaboración con la ANDA (Asociación Nacional de Actores) y Miguel Alemán Velasco, cinta en la que participaron famosas estrellas de esa época, cinta que además se convierte en un clásico de fin de año dado a la temática que trata.

 

Estatutos

 No existe un jurado, los miembros de la Academia son los que votan -como sucede en Hollywood y en España-. A partir de 1998 a instancias de CONACULTA e IMCINE, la Academia Mexicana instituye sus bases y su cede en el tercer piso del edificio de Productores en División del Norte 2462, delegación Benito Juárez en la capital mexicana, con Jorge Fons como su primer Presidente y Pedro Armendáriz Secretario, quien continúa en ese cargo hasta el año 2007, en que toma la estafeta la actriz Diana Bracho, como Presidente de la Academia. En los últimos años la Academia se integra por 26 miembros activos, entre actores, directores y creativos del cine, menos productores (quienes emiten su voto), y 43 honorarios. No se consideran a los productores por intereses a sus propias películas.

Entre los miembros activos se encuentran: Felipe Cazals, Jorge Fons, Juan Antonio de la Riva (directores), Ana Ofelia Murguía, Blanca Guerra, María Rojo, Patricia Reyes Spíndola (actrices), Ernesto Gómez Cruz (único actor), Arturo de la Rosa, Guillermo Granillo (fotógrafos), Brigitte Broch (diseñadora de arte), Mariestela Fernández (diseñadora de vestuario), Lucía Álvarez (compositora), Nerio Barberis (sonidista), Óscar Figueroa (editor) y Tomás (investigador y escritor).

Los integrantes honorarios son: Columba Domínguez, Carmen Montejo, María Elena Márquez y Silvia Pinal (actrices), Ernesto Alonso e Ignacio López Tarso (actores),  Demetrio Bilbatúa (documentalista), Rosalío Solano (fotógrafo) Jesús Zarzosa (músico), Emilio Carballido (escritor). Manuel González Casanova (fundador de la Filmoteca de la UNAM y el CUEC) y Fernando Morales Ortiz (periodista y fundador de la Academia, entre otros.

A partir de 1998, la votación para determinar a los ganadores en diversos apartados se realiza a lo largo de una semana ante un notario, con la presencia de los miembros activos, más ganadores del premio Ariel en los tres años anteriores (excepto si algún miembro activo o ganador anterior en su categoría, tenga un filme participante en ese momento) resultados que posteriormente se dan a conocer a la comunidad cinematográfica, prensa acreditada y público invitado.

CONACULTA, IMCINE y la Secretaría de Educación Publica son los que financian a la Academia Mexicana, además de integrar un patronato que será precedido por el Rector de la Universidad Nacional Autónoma de México en turno.

Antes de esta renovación, llegó a depender de la Secretaría de Educación Publica, de la Secretaría de Gobernación o del Instituto Politécnico Nacional, e incluso de algunos Sindicatos a instancias del gobierno de Luis Echevarría (1970-1976) donde la Academia adquiere aspectos políticos, y únicamente podían intervenir cineastas ganadores de premios Ariel. Los puestos para integrar la Academia eran disputados por el STPC (Sindicato de Técnicos de la Producción Cinematográfica) en sus secciones: directores, autores, actores, técnicos y manuales, filarmónicos y compositores.

Ahora el sistema de votación inicia a través de una convocatoria por medio de la cual, en determinada fecha -durante tres semanas- todos los productores que así lo desean inscriben sus películas dejando su ficha técnica y una copia, mismas que se van proyectando de manera privada ante los miembros de la Academia, participando en diversas categorías como son: largometrajes, cortometrajes y documentales.

Generalmente la ceremonia de premiación es en marzo, a fin de que las películas se estrenen a lo largo del año anterior o al menos tenga una exhibición comercial, excluyendo de esta regla a los cortometrajes dado lo difícil de su exhibición y distribución.

Respecto a la inscripción en el apartado de Mejor Película Extranjera para los premios Oscar, al Goya de la Academia Española y a los premios Globo de Oro de los Corresponsales Extranjeros en Hollywood, ahora se exige a la Academia Mexicana enviar una realización cuyo director guionista, así como aspectos técnicos y creativos sean mexicanos, aunque incluyan reparto extranjero. Siendo la Secretaría de Gobernación a través de Cinematografía quien determina la nacionalización de nuestros filmes que repercute radicalmente en la procedencia del realizador.

A partir del 2004 en México se instituye oficialmente dentro de los premios el Ariel a la mejor producción iberoamericana. El Ariel de Oro, en calidad honorífica, que se entrega desde los inicios, en recientes fechas se concede en dos categorías; técnico y artístico. Otro agrado de la Academia es su página de internet (www.academiamexicana.com) creada en 1999 al servicio de la comunidad cinematográfica, complementada con una síntesis informativa diaria.

 

El trofeo Ariel 

El diseño de este trofeo es obra de Ignacio Asúnsolo, escultor que nace en Hidalgo del Parral, Chihuahua, en 1890 y muere en la Ciudad de México en 1965. Asúnsolo, originalmente se une al movimiento armado de la Revolución Mexicana, en la División del Norte que comanda Francisco Villa y más tarde lo hace con Francisco I. Madero.

Su formación escolar transcurre en la Academia de San Carlos, en la capital mexicana, al ser discípulo de Arnulfo Domínguez Bello y Enrique Guerra. Además, estudia en la Escuela de Bellas Artes de París. Pero a petición de José Vasconcelos, Secretario de Educación Publica, regresa a México para esculpir las esculturas del edifico de esa Secretaría. Su estilo combina tanto influencias prehispánicas y modernas, especialmente francesas. Entre sus obras representativas están el Monumento a los Maestros que realiza en 1933, el Monumento a la Patria, en 1937, el Monumento al Soldado, en 1937 y el Monumento ecuestre a Francisco Villa, de 1957.

El Ariel de Rodó, que es su nombre completo, se inspira en defensa de la libertad, unidad y autonomía de la cultura hispanoamericana que, a su vez, retoma la Tempestad de William Shakespeare, como genio del aire liberado de su esclavitud por Próspero. También es un canto al espíritu con afán de perfeccionismo y heroísmo en la acción al buen gusto.

En el premio Ariel se conjugan la creación de Ignacio Asúnsolo y la de José Enrique Rodó, quien propone al cine semejante a la expresión del espíritu del séptimo arte por encima de las limitaciones.

El trofeo es una figura de bronce recubierta en plata, con peso aproximado a los 4 kilogramos, mide 38 centímetros de altura de los cuales, 10 cm corresponden al basamento, en negro, de donde emerge un águila labrada desprendiéndose un hombre en posición ascendente con espíritu idealista y anhelo de superación. En el basamento se inscribe la leyenda: “Por su propio nombre y derecho”. El águila representa la identidad mexicana, símbolo del escudo nacional. También existe un monumento al Ariel, que inicialmente se coloca en una plaza del Paseo de la Reforma, donde inicia el bosque de Chapultepec, mismo que permanece hasta 1958 y ahora se localiza en el interior de los Estudios Churubusco.

 

 

BIBLIOGRAFIA: Archivo Centro de Documentación Cineteca Nacional. La industria Cinematográfica Mexicana, Federico Hever, 1964, que edita el autor. Centro de Documentación IMCINE. Entrevistas a: Fernando Morales Ortiz, el profesor Alfredo Ruiz del Río, Pedro Armendáriz Jr., Secretario de la Academia Mexicana, y Silvia Gil, Secretaria técnica de la Academia Mexicana.

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