Actor, director y productor de cine y teatro. Aficionado al cine desde niño, estudia hasta la preparatoria en su ciudad natal donde tiene sus primeras experiencias como actor y director de teatro. En 1963 se traslada a la Ciudad de México e ingresa a la Escuela de Arte Teatral del Instituto Nacional de Bellas Artes, a los cursos de José Solé y Seki Sano. Debuta en el cine como actor en Santo en el tesoro de Drácula/René Cardona 1968, a la que siguen entre películas y videhomes, 81 participaciones como histrión hasta el año 2015.
Alberto Rojas “El caballo”, cuyo mote surge a raíz de unos juegos de futbol entre amigos actores (Alfonso Zayas, Rafael Inclán y el Flaco Guzmán), quienes lo apodan así porque es veloz como caballo, tiene dientes de caballo y huele a: caballo; es el empresario Salvador Valera quien utiliza este apodo, para presentar a Alberto Rojas como artista.
Se inicia como director en 1988 con El Garañón II, secuela de El Garañón/Alfredo B. Crevenna de ese mismo año. En 1989 dirige cuatro películas de la serie Un macho en…, conjunto de siete sexycomedias muy taquilleras que se inicia en 1987 con Un macho en la cárcel de mujeres y Un macho en el salón de belleza, ambas dirigidas por Víctor Manuel “Güero” Castro, cintas en las que Rojas da vida a camaleónicos personajes involucrados en insólitas aventuras que consolidan su popularidad como actor. Continúa con Papito querido/1990, cinta basada en la obra teatral homónima, protagonizada por él y escrita por Rodolfo Rodríguez. Su último trabajo como actor en 35 mm es Mi novia ya no es Virginia/Víctor Manuel “Güero” Castro 1993, ya que concentra sus actividades en la industria del videohome y el teatro, donde se desempeña como actor, productor y director.
Como actor destacan las películas de la picardía mexicana: Bang bang… al hoyo/René Cardona, Jr. 1970; Las golfas del talón/Jaime Fernández, Muñecas de medianoche/Rafael Portillo y ¡Oye Salomé!/Miguel M. Delgado, de 1978; Burlesque/René Cardona y El sátiro/Raúl Zenteno, de 1980; Las siete Cucas/Felipe Cazals, Abierto día y noche/Fernando Anaya, La pulquería II/Víctor Manuel “Güero” Castro y El Milusos/Roberto G. Rivera, en 1981; El ratero de la vecindad 2/Gilberto Martínez Solares 1984 y Piernas cruzadas/Rafael Villaseñor Kuri, de 1982; Macho que ladra no muerde, Perico el de Los Palotes/Víctor Manuel “Güero” Castro y Ratas de la ciudad/Valentín Trujillo, en 1984, y Tres mexicanos ardientes/Gilberto Martínez Solares 1986.
AR.- El cine de “caridad” que hacen ahora, porque yo así le llamo, de “caridad”, porque lo hacen con nuestros impuestos, y sobre todo me molesta mucho que se califique desde antes de que salga un producto y ya le digan que es un producto de calidad si el público no lo ha calificado. Me molesta el peyorativismo con que se manejó y se trató a nuestro cine, o sea nuestra etapa en el cine, que insisto, fue la etapa en la que más dinero ganaron los productores, fue la etapa en la que más se estrenaban películas… hablo de todo, pero sobre todo, era iniciativa privada, no era el gobierno el que hacía el cine. Hubo un decreto que quién sabe quien lanzó de pronto y que nos alejan del cine de la comedia… a los comediantes, a la gente que hacíamos cine cómico, y de pronto están apareciendo una serie de películas, ahora, léperas, majaderas y con una intención demasiado gruesa como para hablar de un “nuevo cine”, yo nunca he entendido por qué se le llama “nuevo cine” si el que hacíamos nosotros lo hacíamos igual, con una cámara, con dollys, con lentes, con elementos de tramoya y todo esto, o sea no veo dónde está nuevo, el cine, o sea cuál es el nuevo cine, el cine que no ve nadie y que premian entre ellos mismos y que son cinco producciones al año, es lamentable. Y lo que dice el “Güero” Castro tiene razón, al final de cuentas nosotros marcamos una época. Pésele a quien le pese.
(Diccionario de Directores del Cine Mexicano, Marco Antonio Salgado, 27/05/2000)
Es la mamá de Alberto Rojas “El caballo” quien lo lleva a un teatro de revista a los 14 años de edad; queda fascinado y busca formar parte de este mundo en Monterrey, primero como “mandadero” de artistas invitados que llegan de la Ciudad de México. El actor Carlos Marco Aguilar “Polín” quien solicita actores, le da su primera oportunidad al integrarlo en varios sketches. Al enterarse su mamá, le llama la atención ya que es menor de edad para trabajar, pero es ella quien al notar su vocación lo lleva con Rubén González Garza, quien se convierte en su maestro de actuación y lo acerca al teatro experimental.
En teatro participa en “Nueve para Hamlet”/Shakespeare, “¿Lo hacemos con las tres?”/Stallen, “El sexo y su uso”/Tejedor y Alfayete, “El decorador” y “Papito querido”/Rodolfo Rodríguez, entre otras piezas. Se desempeña también como columnista de teatro en el periódico “Esto” (2006).
En los años ochenta es de los actores más taquilleros debido a la galería de personajes que interpreta en una gran cantidad de películas del subgénero de la sexycomedia, en el cual también se dan a conocer Carmen Salinas, Angélica Chaín, Maribel Fernández “La Pelangocha”, Lina Santos, Lorena Herrera, Alfonso Zayas, Rafael Inclán, Luis de Alba y Manuel “Flaco” Ibáñez. Sus últimos trabajos son en teatro, en las comedias: “Dos locas sueltas” y “La Semesienta”, de esta última suspende la gira por problemas con el cáncer de vejiga que padecía; meses después fallece.
Inmemoriam. Alberto Rojas “El caballo”, director de exitosas “sexicomedias” en el cine mexicano.
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Sobre sus inicios en el teatro
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Sobre las sexycomedias
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Sobre su desnudo masculino y personajes femeninos
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