Después de un desafortunado debut como director del cortometraje musical La vuelta del ruiseñor/1932, el cineasta Mario de Lara trabaja durante diez años como asistente de director en una treintena de películas, siendo la primera Almas encontradas/Raphael J. Sevilla 1933. Colabora también con FFernando de Fuentes, Juan Bustillo Oro, Ramón Pereda, Arcady Boytler y Miguel Contreras Torres, entre otros.
En 1935 asesora a Carlos L. Cabello en la dirección de las escenas que deja sin filmar Guillermo Baqueriza al morir inesperadamente durante la filmación de Los desheredados. En 1938, además de asistir a Ramón Pereda en el rodaje de México lindo, comparte la responsabilidad de la edición con Juan José Marino y, en Nobleza ranchera/Alfredo del Diestro, es asistente de director y editor de la cinta, funciones que vuelve a desempeñar en El Gavilán/Ramón Pereda 1939.
Mario de Lara combina la asistencia de dirección con la adaptación o coadaptación del argumento de Ernesto Cortázar para La posada sangrienta/Fernando A. Rivero 1941 y con el realizador Mario del Río para Regalo de Reyes/1942.
Es codirector de La Adelita con Guillermo Hernández Gómez 1937 y de Mi Lupe y mi caballo con Eva Limiñana y Carlos Toussaint 1942. En la primera, con Esther Fernández, como la “Adelita”, del título, acompañada por un nutrido reparto formado entre otros por: Leopoldo Ortín, Pedro Armendáriz, Ramón Armengod y Antonio R. Frausto; drama que recrea la historia de la joven cuyo valor en combate inspira el célebre corrido de “La Adelita”, verdadero himno del villismo y, desde entonces, vigente en la memoria popular. En esta mezcla de comedia ranchera y de melodrama revolucionario, la protagonista, como muchas otras humildes jóvenes del campo, debe huir del acoso del hijo de un hacendado que intenta ultrajarla para incorporarse con las fuerzas villistas, durante la revolución mexicana.
El rodaje de Mi Lupe y mi caballo/1942 se prolongó al enfrentar diversos problemas financieros que obligaron a suspender el rodaje por dos semanas. A final de cuentas, el resultado fue una cinta de aventuras rurales al estilo western, con María Luisa Zea, Fernando Fernández y Ramón Vallarino, sobre los amores contrariados entre dos jóvenes rancheros, por la ambición del padre de ella y la lujuria de un catrín que, además, es la cabeza de una partida de bandoleros.
La última referencia sobre Mario de Lara es la asistencia al actor Francisco Reiguera, en la dirección de la primera de sus dos películas, Yo soy usted, que según las fuentes filmográficas se produjo en 1943, aunque en realidad concluyó su rodaje apenas unos cuantos días antes del trágico accidente que costó la vida al cineasta, en los primeros días de julio de 1942.
“¿Un ruiseñor montado en un caballo? He aquí una fantasía musical del señor De Lara y en la cual se baila, se toca y en la que no aparece ningún ruiseñor por ninguna parte.”
(Ilustrado, Luz Alba, 24/11/1932, en Historia documental del cine mexicano, Emilio García Riera, Vol. 1, p. 73)
Mario de Lara muere el lunes 5 de julio de 1942, a los 46 años, al ser arrastrado su automóvil por una ola de fango cuando cruza el puente del río San Buenaventura, al sur de la sierra del Ajusco, en la actual alcaldía de Tlalpan, de la Ciudad de México. Regresaba de Cuernavaca por la carretera federal, con su esposa Consuelo, de 30 años y un hermano de ésta, Miguel, de 16. Según una nota de la prensa había una tromba y un rayo destruyó el puente por donde pasaban y se los llevó la corriente. Los cuerpos se recuperaron después de tres días de búsqueda.
En La vuelta del ruiseñor/1932 actúan el mismo Mario de Lara, Adela Jaloma y Rosita Arriaga; Carlos L. Cabello es su asistente y Alfonso Sánchez Tello es el jefe de producción. Como en casi todo el cine mexicano de la época, el sonido es de Joselito Rodríguez, y Manuel Sereijo es el responsable de la música. El periodista Roberto Cantú Robert se refiere a esta cinta como una “triste experiencia”.
El caso de Mario de Lara es muy peculiar, pues su trabajo como codirector de La Adelita/1937 y de Mi Lupe y mi caballo/1942 va más allá de la mera asistencia. Es probable que se trate de una especie de dirección técnica, un enlace entre las intenciones expresivas de los directores, inexpertos en las lides de la producción cinematográfica, y las necesidades técnicas y operativas para su realización. Según Emilio García Riera, La Adelita es la más expresiva del “espíritu algo ingenuo, limpio, fresco y simpático que privó en buena parte del cine de la década” de 1930.
De Lara participa en 1934 en la formación de la UTECM y es miembro de su primera directiva como secretario de actas. Una nota del semanario “Cinema Repórter”, del 25 de julio de 1941, anuncia que Mario de Lara dirigiría un documental producido por el Departamento de Caza y Pesca, que abarcaría “desde Oaxaca hasta el río Amazonas”.
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