Director, guionista, operador de sonido, asistente de dirección. En 1955, comienza a trabajar en la industria del cine como “jalacables” y un año después, participa en el rodaje de El jinete sin cabeza/Chano Urueta, cinta que produce Luis Manrique y que estelarizan Luis Aguilar y Flor Silvestre. Posteriormente continúa como extra, ayudante de producción y pizarrista hasta que, tras concluir sus estudios de Ingeniero de Sonido -que hace por correspondencia en el IRMEX-, a partir de 1963 se desempeña en esa especialidad por más de diez años, la mayor de las veces como parte de un destacado equipo de trabajo al lado de Heinrich Henkel, Ricardo Saldívar y Enrique L. Rendón, con los que participa en cintas como Crisol/Alberto Mariscal 1965, Chico Ramos/José Delfoss 1970 y Chicano/Jaime Casillas 1975. Francisco Guerrero escribe con Rafael Villaseñor Kuri el guion de Mil caminos tiene la muerte/1976, ópera prima de Villaseñor Kuri; y en 1977 se le presenta la oportunidad de trabajar como asistente de dirección en Los japoneses no esperan/Rogelio A. González, faceta en la que se desempeña en más de 40 filmes, entre ellos, El lugar sin límites/Arturo Ripstein 1977 y El año de la peste/Felipe Cazals 1978.
En 1979 obtiene el primer lugar en un concurso de cine organizado por el BNC, lo que le facilita su debut como director con Valentín Lazaña, el ratero de los pobres, una parodia del cine de bandoleros populares en la que actúan Héctor Suárez, Bruno Rey y Blanca Guerra. A principios de los ochenta, dada su reconocida capacidad y experiencia en cine, lo contratan para dirigir la serie televisiva documental “Caminos y brechas”, que consta de 20 programas. Su segundo largometraje, El guerrillero del norte/Guerrillero del norte/1982, basado en la Revolución Mexicana, representa a México en el Festival de Moscú donde obtiene comentarios muy positivos que provocan su compra para su exhibición comercial en 14 países europeos. Bancazo en Los Mochis/1989, escrita y adaptada por él, se pasa en televisión debido a que la distribuidora, Películas Nacionales, se encuentra casi en quiebra y no le conviene estrenarla en salas cinematográficas. Su posterior filmografía se distingue por mantener una marcada línea comercial de buena factura, incluso la que desarrolla en sus videohomes, industria en la que concentra su actividad de realizador desde inicios de los noventa.
¿Cómo elige la temática de sus películas?
FGR.- Mire, yo nunca he hecho lo que a mí me gusta, El guerrillero del norte fue la que más me gustó, porque me gusta como escribe Xavier Robles, y esa historia es de Xavier Robles. Valentín Lazaña me la dio Jorge Patiño de muy buena gana, y por eso la metí, porque además me gustó mucho, a mí la comedia me fascina y ésa era una farsa muy padre. De ahí en fuera creo que he trabajado porque tengo que trabajar, pero a mí me gusta decir algo en mis películas. El cine a mí me ha dado todo.
¿A pesar de no haber dirigido lo que le gusta?
FGR.- A pesar. Pero me gusta mucho. Aunque sea estas películas que he hecho, las he hecho con todo mi cariño, por eso creo que no son tan malas, porque yo siempre soy profesional y si me pagan por hacer algo, lo voy a hacer lo más dignamente posible, sea el tema que sea.
(Diccionario de Directores del Cine Mexicano, Mónica García Ramírez, 28/01/2000)
Francisco Guerrero estudia la primaria en la escuela Luis G. León, de Peralvillo, y la secundaria por correspondencia. Su padre es sastre y desea que su hijo siga su oficio, pero a él no le interesa; cuando lo lleva como ayudante de vestuario, se mantiene cerca de los técnicos y así comienza su carrera en el cine. Chano Urueta fue el primero en asignarle un sueldo de 10 pesos, a lo que Luis Manrique añade otros 10 por su disposición laboral. Durante el desempeño de sus oficios previos a la de realizador, mantiene un estrecho contacto con los directores Joselito Rodríguez, Fernando Fernández, Rafael Baledón, Alejandro Galindo, Alberto Mariscal, Alberto Bojórquez y Sergio Olhovich.
Surge en él la inquietud de dirigir y comenta a Francisco del Villar su deseo de asistirlo en la dirección de sus películas, éste le pide paciencia y finalmente aprende con él y con Fernando Durán la técnica del break down, consistente en romper los ejes visuales, aunque no en forma arbitraria. Francisco Guerrero tiene gran admiración por Tulio Demicheli desde que ve la película Más fuerte que el amor/1953, estelarizada por Miroslava y Jorge Mistral; finalmente, es asistente de dirección de Demicheli en 1980 en las cintas Con el cuerpo prestado y Los ojos de un niño. Admira el trabajo actoral de Noé Murayama, “El Chicote” y Ernesto Gómez Cruz.
“Dos gallos Alborotados”. Película completa
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