GALINDO AGUILAR, RUBÉN

Director, productor, argumentista y actor. Al mismo tiempo que estudia la primaria, Rubén Galindo debuta como actor en En la hacienda de la Flor/El hijo de Juan Charrasqueado/Ernesto Cortázar 1948, faceta en la que también interviene en El derecho de nacer/Zacarías Gómez Urquiza 1951 y Una noche bajo la tormenta/José Elías Moreno 1966. Ingresa en 1953 a Producciones Galindo Hermanos, empresa de su familia en la que se desempeña como bodeguero, encargado de compras, supervisor de construcción de sets, cajero, auxiliar de contador, contador, gerente administrativo y, desde La Sombra en defensa de la juventud/Jaime Salvador 1959, cinta en la que también actúa, se inicia en la producción ejecutiva, labor que continúa en Barridos y regados/Jaime Salvador 1961 y El rey del tomate/Miguel M. Delgado 1962, entre otras.

A partir de El Halcón Solitario/Zacarías Gómez Urquiza 1963, Rubén Galindo se inicia como argumentista, actividad que prolonga con la escritura de una treintena de historias más para filmes como Los tres salvajes/Gilberto Martínez Solares 1965, Los amores de Juan Charrasqueado/Miguel M. Delgado 1967 y Ya somos hombres/Gilberto Gazcón 1970. En 1967, dirige el corto documental El albañil, que pretende ofrecer a la SEP para iniciar una campaña de alfabetización, proyecto que no se concreta.

Rubén Galindo dirige su ópera prima Un amante anda suelto/1969, comedia de enredos amorosos en la que Tony (Alberto Vázquez) es sospechoso de robar un banco al no tener una coartada, ya que al momento del atraco, tiene un encuentro sexual con una mujer casada cerca del lugar. Con locaciones en Puerto Rico, se aúnan al reparto: Zulma Faiad, Fernando Luján, Alejandro Suárez y Héctor Lechuga, entre otros. Continúa con El rey de la selva/1969, relato fantástico del que no se tiene mayor información salvo que sólo participan animales.

Su siguiente película es Águilas de acero/1969, recibe el apoyo de la SEDENA y pilotos del escuadrón 202. Trama que sigue los enfrentamientos debido a rivalidades afectivas entre el capitán de la Fuerza Aérea Mexicana Raúl Andrade (Rodolfo de Anda) y el mecánico aspirante a piloto Luis Galván (Alberto Vázquez); a pesar de sus diferencias personales, ambos cumplirán con su deber aún a riesgo de sus vidas. La cinta se filma del 22 de septiembre al 22 de octubre de 1969 en los Estudios América y locaciones en la Ciudad de México, se estrena el 25 de febrero de 1971 en más de diez salas cinematográficas y se mantiene siete semanas en cartelera. Alberto Vázquez y Rodolfo de Anda vuelven a interpretar los mismos personajes en la cinta Pilotos de combate/1970, con un poco más de comedia y sin perder las escenas de acción; se les une en el protagónico Fernando Luján. La cinta se mantiene en cartelera cuatro semanas en su estreno el 21 de junio de 1973.

Con 46 títulos en su filmografía, Rubén Galindo incursiona en casi todos los géneros, destacan: los westerns Nido de fieras/1970, Los desalmados/1970, Pistoleros bajo el sol/1972, Tráiganlos vivos o muertos/1972 y Debieron ahorcarlos antes/1973, cintas protagonizadas por Fernando Almada y en ocasiones Mario Almada; los melodramas Un sueño de amor/1971 y Lágrimas de mi barrio/1972, que protagonizan los cantantes José José y Cornelio Reyna, respectivamente, La amargura de mi raza/1972, Los desarraigados/1975, una nueva versión de la cinta homónima realizada por Gilberto Gazcón en 1958, y La niña de la mochila azul/1979; las dos que hizo con “Santo, el Enmascarado de Plata”: Santo contra los asesinos de otros mundos/1971 y Santo vs. las lobas/1972, que codirige con Jaime Jiménez Pons; las películas sobre temas fronterizos como La banda del carro rojo/1976, La muerte del soplón/1977, 357 Magnum/1980, Narcoterror/Calibre 45/1985; y las sexycomedias Cuentos colorados/1980 y El pájaro sin suelas/1988.

A partir de la década de los ochenta, Rubén Galindo cumple con varios periodos como presidente de la Asociación de Productores y Distribuidores de Películas Mexicanas, concluyendo en 1999. En 1994 recibe la medalla por sus 25 años de director cinematográfico, otorgada por la Sociedad de Directores y Realizadores de Cine. Continúa como productor, y en 2019 de la misma institución recibe la medalla por 50 años de trayectoria cinematográfica.

RG.- “Llegué a la dirección cinematográfica por pertenecer a la dinastía Galindo, como es obvio. Pero también hay motivos personales. Yo siento ser artista de nacimiento: toqué piano, guitarra, escribí poesía y descubrí que el medio en el que podía expresarme con más fuerza era el cine. Soy una persona cien por ciento egocentrista y quisiera tener muchas satisfacciones personales, tales como premios en reconocimiento a mi trabajo.”

¿Cuál es su opinión de la industria cinematográfica mexicana, cómo espera figurar en ella?

RG.- “La industria, económicamente, es raquítica porque contamos con el malinchismo. El público prefiere ver películas extranjeras que cine mexicano, al que se le ha creado un mal ambiente diciendo que en México no puede hacerse cine de gran altura. Sí se puede, pero no por falta de público y de actores, directores y escritores de talla internacional. En cuestión técnica, estamos a la altura de cualquier industria del mundo (nos falta equipo). Para poder competir con la industria cinematográfica internacional necesitamos formar o tener actores y directores reconocidos mundialmente, hacer cine de vanguardia; que nos permitan tocar temas más fuertes y hasta audaces. Pienso figurar dentro de la industria siendo uno de los directores más destacados y tratando de llevar mi cine al extranjero. Para lograrlo, tengo que empezar dirigiendo fuera de mi país. Trataré de cambiar las características del cine en lo que se refiera a la producción, de crear una escuela, para impulsar la internacionalización de la industria, descubriendo nuevos valores y dando un lugar digno al cine mexicano. Me apegaré a las circunstancias hasta donde me sea posible.”

(El Heraldo, “Nuevos directores del cine mexicano: cuestionario. (VII) Rubén Galindo”, 18/11/1970, en Archivo de Esperanza Vázquez Bernal y Federico Dávalos Orozco)