Actor, compositor, adaptador, argumentista y director. De ascendencia española, su padre, el actor y barítono Joaquín Pardavé, y su madre, la tiple cómica Delfina Arce, lo introducen a los cuatro años al mundo teatral cuando participa en la zarzuela “En la casa de Dios”. Parte de su niñez transcurre en su estado natal hasta que, amenazados por la revolución, su familia decide mudarse a la capital del país. Joaquín Pardavé estudia hasta la secundaria en la Escuela Vasco de Quiroga; posteriormente su gusto por las bellas artes lo lleva a estudiar Pintura en la Academia de San Carlos.
A los 16 años muere su madre y decide cambiar su residencia a Monterrey, Nuevo León, donde consigue un empleo de telegrafista y da a conocer su primera composición musical, “Carmen”. Tres años después fallece su padre, motivo por el que regresa a la Ciudad de México e inicia su trayectoria artística en teatro debutando en la obra “Los sobrinos del capitán Grant”/1919.
Después de una sólida carrera en los escenarios y sin intención de formar parte de la industria cinematográfica, a Joaquín Pardavé se le presenta la oportunidad de actuar en la cinta silente Viaje redondo/José Manuel Ramos 1919; tras una ausencia de diez años, regresa a la pantalla grande en El águila y el nopal/Miguel Contreras Torres 1929; después de participar en algunas cintas más, entre ellas Águilas frente al sol/Antonio Moreno 1932 y La Calandria/Fernando de Fuentes 1933 -en la que compone la música-, es con Bajo el cielo de México/Fernando de Fuentes, Mi candidato/Chano Urueta y La Zandunga/Fernando de Fuentes, todas de finales de 1937, cuando desempeña sus primeros coestelares. Ese mismo año, se introduce en el ámbito radiofónico al conducir al lado de Pedro de Lille el programa “La hora azul” de la XEW.
A partir de 1938, con La tía de las muchachas, inicia una relevante relación de trabajo con el director Juan Bustillo Oro, colaboración que lo confirma como una de las figuras más populares de la cinematografía nacional gracias a sus actuaciones en cintas como En tiempos de don Porfirio/1939, Ahí está el detalle/1940, Cuando los hijos se van/1941 y México de mis recuerdos/1943, además de su participación en la también exitosa ¡Ay, qué tiempos, señor don Simón!/Julio Bracho 1941.
Sin abandonar la actuación, debuta como director con El baisano Jalil/1942, primera de las 22 cintas que dirige, en las que además de actor, es autor de los argumentos y guiones de la mayoría de éstas. En estos títulos, es notable la solvencia de Joaquín Pardavé para abordar por igual demoledores melodramas, que hilarantes comedias urbanas o rancheras. La comedia El baisano Jalil, con guion de Adolfo Fernández Bustamante y adaptación de Joaquín Pardavé, se siguen los problemas de la familia aristócrata de Guillermo Veradada, quienes se niegan por todos los medios a reconocer que ha venido a menos, por culpa de su inveterada incapacidad para trabajar. Por ello, sostienen las apariencias y su estilo de vida recurriendo frecuentemente a préstamos monetarios solicitados a Jalil, un comerciante libanés próspero precisamente gracias a su laboriosidad. Confiado en sus propios merecimientos y los de su familia, pide para su hijo Selim la mano de Marta, hija de Guillermo, pero tanto el padre como un hermano de la pretendida se burlan de las intenciones de los libaneses. Guillermo consigue vender una mina propiedad de la familia y con ello cubre sus fuertes deudas con Jalil. Para sorpresa general, Marta y Selim confiesan estar enamorados a sus respectivos clanes familiares. Complacido, Jalil se da el gusto de echar a un muy petulante pretendiente de Marta. En secreto para no herir la susceptibilidad de su futuro consuegro, Jalil confiesa haber sido él mismo quien compró la mina. Joaquín Pardavé actúa al lado de Sara García, Emilio Tuero, Manolita Saval, Mimí Derba, Dolores Camarillo “Fraustita”, José Morcillo, Isabelita Blanch, Roberto Meyer, Víctor Velázquez, Josefina Romagnoli y Max Langer. Producción de Filmex, Gregorio Walerstein; productor ejecutivo Alfredo Ripstein Jr. Con fotografía de Víctor Herrera, edición Charles L. Kimball, sonido Howard Randall y Jesús González Gancy, música Mario Ruiz Armengol, escenografía Luis Moya Sarmiento, maquillaje Dolores Camarillo “Fraustita”. Se filma en los estudios CLASA y permanece dos semanas en el cine Palacio a partir del 3 de diciembre de 1942.
También destacan Adiós juventud/1943, melodrama que gira en torno a un estudiante de medicina que engaña a su novia -quien lo ayuda a estudiar para sus exámenes- con una vedette de teatro; al terminar el affair y tratar de volver con la joven, ella muere a raíz de una pulmonía, resultado de caminar bajo la lluvia. Con Luis Aldás, Manolita Saval, Joaquín Pardavé, Aurora Segura, Alfredo Varela Jr., María Luisa Serrano y Lauro Benítez, entre otros. Una producción de Gregorio Walerstein, filmada en los estudios Azteca y estrenada el 4 de diciembre de 1943 en el cine Metropólitan donde permanece tres semanas.
Los hijos de don Venancio/1944, comedia sentimental en la que el español Venancio, casado con mexicana y dedicado a los abarrotes, queda viudo con cinco hijos a su cargo; con algunos de ellos entra en conflicto, al desaprobar sus decisiones, gustos y planes a futuro. Entre todo, vence su aversión al futbol y acude al estadio donde ve triunfar a uno de sus hijos, integrante del Atlante, equipo que vence al Asturias. Protagonizada por Joaquín Pardavé, Marina Herrera, Alfredo Varela Jr., Rafael Banquells, el futbolista Horacio Casarín, Alicia Ravel y Roberto Cañedo, la película se estrena el día de la Raza (12 de octubre, fecha del descubrimiento de América) y permanece cinco semanas en cartelera. Dato curioso, después de su actuación en la película, cuando Horacio Casarín jugador del Atlante fallaba alguna jugada, los fans le gritaban: “¡hijo de don Venancio!”.
El barchante Neguib/1945, comedia melodramática en la que repite el papel de extranjero agradecido con México, pero en esta ocasión llega de la provincia a establecerse con su familia en la capital del país donde vive su hijo, quien se avergüenza de ellos, además de comportarse indebidamente y evadir su responsabilidad con la chica que ha dejado embarazada. Finalmente el joven citadino entra en razón. En la tragicomedia Dos pesos dejada/1949, Joaquín Pardavé es un vago recién salido de la cárcel, que ayuda a consolidar el matrimonio y la paternidad de un ruletero, que se niega a casarse y responsabilizarse del hijo que tuvo con una joven, a su vez hija de una madre soltera. Se filma en los estudios Tepeyac con un costo aproximado de 300 mil pesos. Permanece en cartelera cuatro semanas en el cine Teresa a partir del 7 de septiembre de 1949.
Continúa con los melodramas Arrabalera/1950 y Pasionaria/1951 donde predominan las intrigas, pero al final triunfa la verdad y el amor. Y la comedia musical El casto Susano/1952, con Joaquín Pardavé, Silvia Pinal, Fernando Fernández, Tony o Antonio Aguilar, Perla Aguiar, Fanny Schiller y Agustín Isunza. Filmada en los estudios San Ángel, se estrena el 20 de mayo de 1954 en el cine Ópera, donde permanece una semana.
También escribe y/o adapta historias para otros cineastas, como Ojos de juventud/Emilio Gómez Muriel 1948, Una gallega en México/Julián Soler 1949, y continúa con su faceta histriónica en, entre otras, El gran Makakikus/Humberto Gómez Landero 1944, Azahares para tu boda/Julián Soler 1950, Del can can al mambo/Chano Urueta 1951, El mil amores/Rogelio A. González 1954 y La virtud desnuda/José Díaz Morales 1955, película en la que casi al final del rodaje, tras una ardua jornada de trabajo, muere a causa de una embolia.
“A Pardavé lo conocí en 1948 cuando hicimos juntos ¡Arriba el norte!, más tarde me dirigió en Arrabalera (1950) y volvimos a compartir créditos en Azahares para tu boda (1950) y en Mi adorada Clementina (1953). Como director era un hombre rígido y hasta un poco regañón con los actores. A pesar de que en sus películas siempre hacía personajes cómicos, en su vida privada era serio y disciplinado. Fue una maravilla de actor tragicómico y hasta la fecha nadie lo ha podido superar, lo digo con pleno conocimiento porque he visto todas sus películas y realmente es admirable. Uno lamenta que en estos momentos no exista un artista como él, pero ojalá pronto aparezca alguien que nos haga reír y llorar tal como lo conseguía Pardavé.”
(Somos Uno, número especial a Joaquín Pardavé, testimonio de Marga López, Año 10, No. 192, p. 81)
JP.- “He intervenido en la filmación de 104 películas, de las cuales he dirigido 22. Sin duda, mi favorita es México de mis recuerdos, en la que alterné con Mapy Cortés.”
(Somos Uno, número especial a Joaquín Pardavé, “Un actor de dinastía”, Año 10, No. 192, p. 22)
Joaquín Pardavé es conocido como “el hombre de las mil caras”, “don Susanito Peñafiel y Somellera”, “el casto Susano”, “don Margarito Pimentel de la Cueva y Arias”, “don Venancio y el Marchante Neguib”. Es miembro fundador del STPC. Juan Bustillo Oro lo instruye en el cine. En 1925 contrae nupcias con la bailarina y coreógrafa Soledad “Cholita” Rebollo, su compañera hasta los últimos momentos de su vida.
Entre sus composiciones musicales se encuentran: “Varita de nardo”, “Ventanita morada”, “Negra consentida”, “No hagas llorar a esa mujer”, “Bésame en la boca” y “Muñequita”. Es aficionado a los deportes, juega frontón, futbol y boliche -del que se convierte en campeón- y le gusta la fiesta taurina. Trabaja en la compañía teatral de Fernando Soler, prueba suerte como empresario al asociarse con la familia Arozamena (la señora Clemenza Sánchez Arozamena y sus hijos Eduardo, Carlos y Amparito).
Joaquín Pardavé se hace merecedor a un reconocimiento como mejor coactor en Cada loco con su tema/1938, de su amigo, el director Juan Bustillo Oro. En 1950 es declarado “Hijo predilecto de Pénjamo, Guanajuato”; el mismo año recibe el premio Leopoldo Beristain, al primer lugar de popularidad radiofónica en el campo de la comicidad y lleva al teatro “El baisano Jalil”. Es incluido en el Salón de la Fama 40 años después de su muerte. El rumor de que fue enterrado vivo es desmentido por su sobrino Gustavo González Duhart.
En el teatro de revista es uno de los grandes ases junto con Roberto “El Panzón” Soto, padre de Fernando Soto “Mantequilla”. Triunfa en el teatro Esperanza Iris y en el Palacio de Bellas Artes, donde figura en el reparto de la gran revista “Rayando el Sol”.
Joaquín Pardavé. Crónicas de Paco Macías
“Dos pesos dejada”. Película completa
Escena de “El casto Susano”
https://www.facebook.com/watch/?v=113286027253521
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