MORAYTA MARTÍNEZ, MIGUEL

Director, productor, guionista, militar. Miguel Morayta estudiante precoz, ingresa en Ciudad Real a la Academia Militar y a los 13 años de edad termina el bachillerato. Es Oficial a los 14 y en la Academia de Artillería en Segovia termina la carrera de Militar Artillero a los 17 años y la de Ingeniero Industrial a los 19. Es nombrado Primer Teniente del Regimiento Pesado de Artillería, ahí se subleva contra el Directorio Militar del general Primo de Rivera, por lo que es disuelto el Cuerpo de Artillería y pierde la carrera. Más adelante, es reintegrado a éste y destinado a Ceuta, Marruecos, en África, de donde es regresado debido a un lío de faldas. En Ciudad Real, funda con unos amigos en 1934, una compañía constructora de caminos y carreteras. Interesado y apasionado siempre del proceso cinematográfico, en esta etapa viaja con cierta frecuencia a Alemania para aprender cómo se realiza una película.

Al proclamarse la República vuelve a ocupar diversos cargos militares, hasta ser elegido agregado militar y Adjunto Español de la Oficina Mixta de Información Hispano francesa en Tánger, Marruecos. Con el estallido de la Guerra Civil Española, regresa a España y es nombrado Comandante General de Artillería del Ejército del Este, Cataluña, y posteriormente, Jefe de Artillería sobre vía férrea del lado de la República. Recibe la orden de pasar a Francia y en el trayecto es bombardeado; ya en Francia es remitido a un campo de concentración en Le Boulvo y de ahí a otro en Saint Cyprien, donde es liberado gracias a las gestiones de su padre.

Establecido con su esposa e hijo de 5 años, en Hendaye, Bajos Pirineos, al estallar la Segunda Guerra Mundial es detenido y enviado al campo de concentración de Gourus, del que logra salir. Gracias al tratado que establece el entonces presidente de México Lázaro Cárdenas con el General Francés Philippe Pétain, se declara a todos los españoles republicanos ubicados en la parte sur de Francia: mexicanos con todos los derechos nacionales.

Miguel Morayta llega al puerto de Veracruz el 19 de noviembre de 1941, a bordo de un barco trasatlántico portugués, con una pequeña maleta y setenta dólares. Se instala en la Ciudad de México en la casa de un tío y mientras que busca trabajo en la industria fílmica, se mantiene vendiendo pinturas al óleo de su autoría. El productor Felipe Mier le da su primer trabajo en el cine como gerente de CISA, compañía de la que sale al mes de estar ahí, invitado por el también productor Gonzalo Elvira, para supervisar la producción de Dulce madre mía/Alfonso Patiño 1942. Debuta como director con Caminito alegre/1943, una producción de Elvira -quien se convierte en productor de un gran número de sus películas, basada en una pieza teatral argentina escrita por Arnaldo Malfatti y Nicolás de las Llanderas, trata de los ancianos Antonia Goyena (Sara García) y su esposo (Manolo Noriega), que esperan noticias de su hijo. Una novicia (Carmen Montejo) escribe cartas apócrifas del hijo para alegrar la vida del matrimonio.

Continúa con Recuerdos de mi valle/1944, adaptación propia, basada en la novela “Desamor” de Francisco Fernández Villegas. Firma un contrato de exclusividad por tres años con la productora Clasa, para dirigir una película por año. Al terminar El amor de una vida/Primero la cosecha/1945, surgen ciertos problemas y se rompe el contrato. En 1946 filma simultáneamente Los siete niños de Écija y su continuación El secreto de Juan Palomo, trama situada en Andalucía, España, a comienzos del siglo XIX, que sigue las aventuras de siete ex guerrilleros de la independencia convertidos en bandidos generosos y después en héroes. Protagonizan la cinta: Julián Soler, Rosario Granados, Pepita Meliá, Florencia Castelló, Luis Beristain, Rafael Banquells, Mercedes Soler, Anita Muriel y Alejandro Cobo, entre otros. Ambas cintas están basadas en las novelas de Manuel Fernández y González, sobre hechos reales, con los diálogos a cargo de Rafael M. Saavedra y arreglo de diálogos Faustino Nadal. Películas que destacan en su filmografía y juegan un papel relevante dentro de la historia del cine español. En 1948 la primera cinta obtiene el premio Ariel por Música de fondo (Luis Hernández Bretón) y la nominación por Escenografía (Javier Torres Torija), y la segunda las nominaciones al Mejor Actor (Julián Soler) y Actriz de cuadro (Anita Muriel).

Entre sus filmes más destacados se cuentan: Hipócrita/1949, una producción de Oscar Brooks, quien le pide a Luis Spota un argumento a partir de la letra de la canción que lleva el mismo nombre, para lanzar al estrellato a una joven, bella actriz y bailarina tabasqueña, a quien rebautizaron como Leticia Palma. Trama en donde Leonor (Leticia Palma) una joven mujer, presencia el asesinato de su padre -contrabandista- y en defensa hiere de muerte al agresor con un cortapapeles, quien antes de ser rematado con un tiro por su traidor cómplice Pepe “El Suave” (Antonio Badú), le desfigura el rostro a ella con una botella. Tiempo después conoce al pianista-compositor Gerardo (Luis Beristain) quien le da apoyo sin pedir nada cambio e incluso la ayuda para que el mejor cirujano de México reconstruya su rostro. Leonor cambia de nombre a Leticia, tiene gran éxito como cantante hasta que llega el malvado Pepe “El Suave” (Antonio Badú), quien amenaza con perjudicar a Gerardo si ella se niega a estar con él. El desarrollo de la historia tiene un final trágico: Leticia mata a Pepe y termina en las Islas Marías. La película está inspirada en Un rostro de mujer/A Woman’s Face/George Cukor 1941; en la memoria colectiva queda la canción “Hipócrita” compuesta por Luis Hernández Bretón e interpretada por Pepe “El Suave” al bailar con la cabaretera Leticia.

Dancing/Salón de baile/1951, melodrama arrabalero escrito por José G. Cruz, entre hampones, robos, agentes policiacos y bellas mujeres que bailan en un cabaret al ritmo del mambo, historia protagonizada por Manolo Fábregas y Meche Barba en los personajes de Raúl “El Liebre” y la bailarina Elvia, personaje que termina su vida violentamente, como la mayoría de las cabareteras del cine mexicano. La orquesta de Dámaso Pérez Prado, Rey del Mambo, y los bailes de los asistentes al cabaret, quedan como un documento histórico del éxito que tuvo este género musical en su época. Sobre el argumento de Gonzalo Elvira y Sánchez, adapta para cine El mártir del Calvario/1952, trama que inicia con Jesucristo rodeado de sus discípulos, la realización de los milagros que se le atribuyen hasta su crucifixión y muerte. Protagonizada por el madrileño recién llegado a México: Enrique Rambal, a quien se le permitió cecear en sus recitados diálogos, Consuelo Frank, Manolo Fábregas y Miguel Ángel Ferriz, entre otros. Producción de Orofilms y Gonzalo Elvira; se filma el 4 de febrero de 1952 y se estrena el mismo año el 2 de abril en el cine Arcadia, se mantiene en cartelera cuatro semanas. La cinta se convierte en un filme clásico de Semana Santa en la programación de la televisión mexicana.

Miguel Morayta es uno de los primeros realizadores que concreta coproducciones con otros países, como España en: ¡Ay, pena, penita, pena!/Pena, penita/1953, donde destaca la cantante Lola Flores, hasta entonces desconocida en el cine, comedia musical que sigue a dos hermanos (Antonio Badú y Luis Aguilar) varados sin dinero en Madrid, ahí se enamoran de la misma mujer (Lola Flores); el destino los lleva de regreso a México en compañía de ella, donde siguen sus peripecias. La cinta es nominada al premio Ariel por Mejor Actor de Cuadro (Rafael Llamas) y Sonido (Javier Mateos) en 1954. En 1957 dirige tres cintas en coproducción con Argentina, Socios para la aventura y Amor se dice cantando, en las que impulsa la carrera de actuación de los cantantes Cuco Sánchez y Miguel Aceves Mejía, respectivamente; además de una segunda versión de La venenosa, cuyo primer filme dirige en 1949.

Con 73 cintas y gran eficiencia técnica, la filmografía de Miguel Morayta se caracteriza por su corte comercial, en la que abarca todos los géneros. Entre sus películas de terror sobresalen: La invasión de los vampiros/1961 y El conde Frankenhausen/El vampiro sangriento/1962, filmadas casi de forma simultánea, trama sobre la historia y derrota del conde Frankenhausen (Carlos Agosti), quien en realidad es un vampiro; y la comedia blanca Capulina contra los monstruos/1973, estelarizada por el comediante Gaspar Henaine “Capulina”. Su última participación como director es con Los amantes fríos/1977, que consta de tres episodios, El difunto al pozo y la viuda al gozo/Julio Bracho, El soplador de vidrio/Julián Soler y Los amantes fríos a su cargo protagonizado por: Jorge Martínez de Hoyos, Lilia Michel, Luis Gimeno y Carmelita González. Las tres historias de humor negro son escritas por Hugo Argüelles.

En la década de los ochenta, tras su retiro, contribuye a la fundación de la Ciudad Cinematográfica de México -actualmente Estudios Churubusco- y del Sindicato de Directores y Escritores de Cine. Así mismo, dirige el Departamento de Terminación de CONACITE I y es titular en CONACITE II.

En 1993 recibe la Medalla de Oro al Mérito del Director por 50 años de trabajo en el cine nacional, que otorga la Sociedad Mexicana de Directores, Realizadores de Cine, Radio, Televisión y Videogramas.

Funge como subdirector de CONACINE. Es consejero de cine en el Banco Comercial de la Propiedad, S.A., de México y de CLASA Films. Ejerce como gerente de SONO Films, Películas Paricutín y Films de América. Dirige la productora Iracheta y Elvira S.A., Cinematográfica Internacional de México S.A., y Producciones Mier y Brooks. Es director de la distribuidora americana Columbia Pictures y asesor de RTC durante el periodo de Margarita López Portillo. Para Televisa ocupa el cargo de director del Departamento de Audiovisión del programa “Video Cosmos”. El último cargo que desempeña es como delegado general en América Latina y España para la distribución de películas de Hispano Mexicana Films, Peninsular Films y CYRE Films.

¿Cómo considera su trayectoria?

MM.- Desde niño mi entusiasmo por el cine fue permanente y activo, cuando la vida me concedió la gran oportunidad de dedicarme ya de lleno a esta actividad, que fue con mi llegada a México, no dudé un momento en incorporarme al movimiento cinematográfico que entonces se empezaba y hacer las películas que hice.

¿Usted hacía cine por puro gusto?

MM.- “Lo hacía por gusto pero también por necesidad. Rechacé varias ofertas para trabajar como ingeniero pero mi entusiasmo era tan grande que no acepté más que la línea cinematográfica.”

(Diccionario de Directores del Cine Mexicano, Camelia Luna Flores 15/08/2000)