Actriz, directora, guionista, productora y periodista. A raíz de la Revolución Mexicana (1910-1917) que devastó económicamente a la familia de Adela Sequeyro “Perlita”, se traslada en su niñez de Veracruz a Cuatitlán, una población a la orilla de la Ciudad de México. Desde muy pequeña es gran aficionada a la actuación y entusiasta del cine. De carácter decidido, se inicia en 1921 en el periodismo y como actriz teatral, experiencia que continúa en la película silente El hijo de la loca/José S. Ortiz 1922. Participa en Atavismo/Gustavo Sáenz de Sicilia 1923, No matarás/José S. Ortiz 1924, Un drama en la aristocracia/Gustavo Sáenz de Sicilia 1924 y El sendero gris/Jesús Cárdenas 1927, también películas silentes y cuyos temas melodramáticos influyen en los argumentos que filma más tarde.
Pionera del cine sonoro, actúa al lado de Charles Amador, también director, y del debutante Emilio Tuero en El inocente, corto seguramente sincronizado con discos. En los años treinta, protagoniza El prisionero trece/Fernando de Fuentes 1933 y Mujeres sin alma/Ramón Peón/Juan Orol 1934. Con la intención de dirigir funda en 1935 la cooperativa Éxito, con Ramón Peón, Alex Phillips, el sonidista José B. Carles y el actor Mario Tenorio, entre otros, logrando producir Más allá de la muerte, cinta que escribe y protagoniza, además de ayudar en la dirección a Ramón Peón.
Adela Sequeyro “Perlita” abandona la cooperativa después de conflictos con los miembros y funda con capital propio y su esposo, el actor Mario Tenorio, Producciones Carola, con la que produce, escribe y dirige: La mujer de nadie/1937, su ópera prima, trabajo que la convierte en la primera mujer en dirigir una película sonora en nuestro país y en la que lleva el papel protagónico, acompañada de: Mario Tenorio, José Eduardo Pérez, Eduardo González Pliego, Joaquín Coss y David Valle González. La trama: Al huir de los maltratos y latigazos de su padrastro, Ana María se desmaya bajo la lluvia y tres bohemios la llevan a su casa; con su presencia inspira al poeta Leonardo, al músico Rodolfo que le compone una canción, y al pintor Marcelo que la retrata. Amada y respetada por los tres, Ana María prefiere partir antes que tener que escoger entre alguno de ellos y crear un conflicto. El rodaje comienza en mayo de 1937 en los Estudios México Films y cuenta con la fotografía de Alex Phillips. Se estrena el 27 de octubre del mismo año en el cine Balmori.
Después del melodrama romántico, filma Diablillos de arrabal/1938, una producción de Carola, bajo un argumento y adaptación de Adela Sequeyro “Perlita”. Sincera y sentida aproximación solidaria a la infancia de los barrios marginales, en la que dos pandillas rivales de niños se unen para acabar con un grupo de bandidos adultos, logrando así su reconciliación. Con la actuación de: Jorge Vidal, Saúl Zamora, Alberto Islas, Jesús de la Mora, Gerardo López del Castillo, Max Langler, Enrique Olivar, Parkey Hussain, Antonio Mendoza, José Emilio Pineda y Antonio Romo, entre otros. Se filma en diciembre de 1938 en los Estudios García Moreno (AZTECA), y se estrena el 31 de mayo de 1940 en los cines Imperial, Alhambra, Lux, Royal y Universal.
A pesar de mostrar solvencia técnica, los fracasos económicos de sus largometrajes la obligan a retirarse del medio cinematográfico para dedicarse al periodismo en diversas vertientes, incluyendo el taurino. La única oportunidad que se le ofrecía era convertirse en asistente de dirección, la cual rechaza. Todavía en 1945 actúa en la cinta Los misterios del hampa/Juan Orol y cinco años después en La posesión/Julio Bracho 1950.
A partir de aquí, su vida tanscurre en el total olvido, hasta que Marcela Fernández Violante la localiza y entrevista para su proyecto de mujeres mexicanas pioneras en el cine. Vive sus últimos años en modestas condiciones, al cuidado de su única hija, y muere en la Ciudad de México a los 91 años.
Se conservan las dos películas dirigidas por Adela Sequeyro “Perlita”; La mujer de nadie es rescatada y restaurada por Rogelio Agrasánchez Linage, y Diablillos de arrabal es encontrada (con algunos rollos faltantes) y restaurada por la Filmoteca de la UNAM.
¿Cómo ve usted las posibilidades de trabajo para la realizadora de cine actual, en comparación con las de su época?
AS.- “…Cuando empecé con la idea de hacer una película por mi cuenta, dirigiéndola y todo, topé entonces con muchas dificultades… muchas. Porque yo dinero no tenía, bueno, tenía un poco, insuficiente para poderme lanzar a una empresa que cuesta tantos miles de pesos. De manera que tenía que hacer lo que todos hacían, vender por adelantado los derechos de exhibición para los Estados Unidos, Cuba, Centro y Sudamérica. …Pero, de pronto, tranquilamente me salieron con que siempre no. Yo protesté: ‘Pero usted me aseguró que no se necesitaba su firma, que usted era muy solvente, serio en sus tratos, ¿qué pasó?’; me contestó: ‘¡Ay, Perlita, el mejor cinematografista no es aquel que no se raja.’ ‘Bueno -le dije-, lamento mucho que esa experiencia no la haya tenido antes, si no, yo no me hubiera fiado de usted’.”
¿Cómo resolvió entonces el financiamiento?
AS.- “Hice una cooperativa con el Banco de Crédito Popular. Se llamaba Éxito, invité a diez personas para formarla. Trabajé lo que usted no imagina haciendo un guion con Jorge Cardeña, pero los consejeros del Banco nos tiraron el asunto, y en la noche, jalada de los cabellos, lo reescribí en máquina. Pasó una larga y espantosa temporada en que parecía que lo aceptaban y, luego, lo volvían a rechazar. …Por fin accedieron a que se hiciera. Fue entonces cuando formamos la cooperativa y se hizo Más allá de la muerte (1935) que dirigió Ramón Peón y que yo le ayudé a dirigir.”
(Mi encuentro con Adela Sequeyro “Perlita”, pionera del cine sonoro mexicano, “Texto de la entrevista realizada a la señora Adela Sequeyro el 26 de julio de 1986”, Marcela Fernández Violante, en Adela Sequeyro, Eduardo de la Vega Alfaro y Patricia Torres San Martín, pp. 71-72)
Hija de Federico Sequeyro Arreola y Virginia Haro y Gutiérrez Zamora, estudia en una escuela franco-inglesa en la capital. Afirma que es el cineasta José S. Ortiz quien la descubre y la lleva a la gran pantalla. Adela Sequeyro “Perlita” participa en 1923 en un concurso patrocinado por el diario “El Demócrata”, el Cine Olimpia y la distribuidora Paramount para seleccionar a la primera estrella mexicana que filmaría en Hollywood. Aunque no triunfa, la popularidad obtenida seguramente le ayuda a relacionarse con todos aquellos que, como ella, aman al cine. Rubia, delicada y enérgica, recuerda por su físico a la hollywoodense Carole Lombard. Adela Sequeyro “Perlita” gusta del melodrama, influencia de las películas de los años veinte en las que colabora.
La mujer de nadie/1937 primera cinta sonora mexicana realizada por una mujer, prueba que, en efecto, Chano Urueta le roba el argumento para Una mujer en venta/1941, filmada tres años después. Curiosamente ambos filmes comparten al villano interpretado por el actor: David Valle González.
Para el estreno de La mujer de nadie, le alquilan a Adela Sequeyro el cine Balmori en mil pesos, el doble que a otros productores. El propietario del cine Encanto, rechaza proyectar la cinta al considerar que está hecha para el público europeo; otro empresario afirma que la cinta no es para los mexicanos, porque no tiene charros. Adela Sequeyro “Perlita” solo fue elogiada por otra mujer: María Celia del Villar, quien escribe en “El Universal Gráfico” y la exhorta a seguir con su labor, porque es digna de admirarse.
De su primer matrimonio con Fernando Rodríguez Prado, compañero de trabajo en el Departamento de Agua Potable donde laboraba, tiene a Sandra, su única hija; en los años treinta, en segundas nupcias, se casa con el actor Mario Tenorio. Paralelamente a sus actividades fílmicas, con el seudónimo de “Perlita” se dedica a la crítica taurina en “El Universal Taurino” y a la crítica cinematográfica en “El Universal Gráfico”, también colabora en “El Demócrata” y “Revista de Revistas”, medios que le sirven de plataforma para hablar del trabajo de las mujeres actrices en el cine mexicano. Escribe poesía con una propuesta vanguardista en la que habla de la sexualidad.
Patricia Torres y Eduardo de la Vega son autores del libro “Adela Sequeyro”, de la colección “Mujeres del cine mexicano”; para el cual entrevistaron a “Perlita” en varias ocasiones, en donde integran una recopilación de sus escritos periodísticos y poemas, y reproducen la entrevista que le hace la también directora Marcela Fernández Violante. El libro recorre los escenarios de su carrera como actriz, guionista, productora y directora de cine. Publicado por Archivo Fílmico Agrasánchez y la Universidad de Guadalajara en 1997, tiene una segunda edición en 2000.
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