ARAU INCHÁUSTEGUI, ALFONSO

Director, guionista, productor, actor, bailarín clásico y mimo. Aconsejado por sus familiares estudia Medicina, carrera que abandona para estudiar drama con Seki Sano, y posteriormente ballet clásico en el Ballet Chapultepec, cuyo coreógrafo es Sergio Corona, con quien en 1950 forma un dúo de bailarines cómicos y son conocidos como “Corona y Arau”. Trabajan en el teatro de carpa “El Follies Bergere” en Garibaldi, en el que coinciden con los actores Germán Valdés “Tin Tan” y Jesús Martínez “Palillo”, entre otros. Ambos debutan como actores de cine en la cinta: El casto Susano/Joaquín Pardavé 1952. En 1958 se separan.

Ese año Alfonso Arau firma un contrato con la televisión cubana para el programa “El Show de Arau”. Permanece en Cuba cinco años, en los que es testigo de la Revolución Cubana y en donde filma en 1960 el cortometraje Alfredo va a la playa, que dirige y protagoniza. Se traslada a París, donde estudia pantomima con Ettiene Dacroux y Jacques Lecoq. De nuevo en México monta en teatro el espectáculo “Locuras felices”, dirigido por Alejandro Jodorowsky.

De formación autodidacta revisa la cinemateca de Televicentro con la ayuda de Julio Pliego, quien trabaja ahí como editor, en donde durante dos años de lunes a viernes de 8.00 a 9.00 de la mañana, ve películas y las fichas técnicas de éstas, para familiarizarse con el manejo del lenguaje cinematográfico, que es de donde extrae sus referencias para el manejo de la comedia, influida por el cine clásico americano e inglés.

En 1969 se inicia como realizador con El Águila Descalza, cinta que protagoniza, sátira de los estereotipos mexicanos sobre el obrero Poncho (Alfonso Arau), quien por las noches se convierte en el justiciero enmascarado El Águila Descalza para salvar a su patrón don Carlos (José Gálvez) y a su hija Sirene (Christa Linder), del malvado gangster Jonathan (Alfonso Arau) que quiere adueñarse de su fábrica. Una película cómica con intenciones de crítica izquierdista. La cinta recibe en 1972 los Arieles por: Mejor Película, Mejor Actor (Alfonso Arau); Argumento Original (Alfonso Arau y Héctor Ortega), y Guion (Pancho Córdova y Héctor Ortega); mismo año en que se le otorgan las Diosas de Plata por: Ópera Prima, Actriz de cuadro (Virma González), Actor cómico (Alfonso Arau), Guion (Alfonso Arau, Emilio Carballido, Héctor Ortega y Pancho Córdova).

Su siguiente filme es la farsa política Calzonzin inspector/1973, una superproducción apoyada por Rodolfo Echeverría, entonces director del Banco Nacional Cinematográfico, con un argumento y adaptación de Alfonso Arau, Juan de la Cabada, el caricaturista Eduardo del Río “Rius” y Héctor Ortega, basados en la novela de crítica política “El inspector” del escritor ruso Nicolás Gogol y en los personajes de la historieta gráfica “Los supermachos” de “Rius”. La trama trata sobre un indígena (Alfonso Arau en el papel estelar) que es confundido con un inspector del gobierno y recibe homenajes por parte del alcalde corrupto y lambiscón. Esta cinta gusta al público y coloca a la crítica cinematográfica en su favor. El filme se lleva en 1974 los Arieles por Mejor Fotografía para Jorge Stahl Jr. y Escenografía para José Luis González.

A petición del entonces presidente de México, Luis Echeverría Álvarez realiza en Cuba el documental Caribe, estrella y águila/1976, una serie de entrevistas que marcan la diferencia entre la sociedad mexicana y la cubana.

En Estados Unidos dirige Mojado Power/1979, comedia de enredos en torno a la cultura chicana y los “mojados”. Tras rodar Chido Guan/El Tacos de Oro/1985, película en la que procura rescatar los valores del cine clásico de los años cincuenta, continúa como actor.

Alfonso Arau regresa a la dirección con Como agua para chocolate/1991, adaptación de la mundialmente exitosa novela del mismo título, escrita por su entonces esposa Laura Esquivel. La historia se desarrolla a fines del siglo XIX y durante la Revolución Mexicana, en el norte del país. Trama en que la hija menor Tita (Lumi Cavazos), por tradición familiar tiene que quedarse al cuidado de su estricta madre, Elena (Regina Torné) hasta el fin de sus días. Tita tiene el extraño don de transmitir a través de sus guisos los sentimientos que la embargan; lo mismo la tristeza, que la amargura o sensaciones afrodisíacas, imágenes del realismo mágico literario bien llevado a la pantalla.

La cinta participa en un gran número de festivales en los que se lleva diversos premios y es nominada en Los Globos de Oro, Los Goya y los premios Bafta en la categoría de Mejor Película Extranjera. Recibe en 1992 diez Arieles por: Mejor Película, Director, Actriz (Regina Torné), Actor (Mario Iván Martínez), Coactuación Femenina (Claudette Maille), Actriz de cuadro (Margarita Isabel), Guion (Laura Esquivel), Fotografía (Emmanuel Lubezki); Ambientación (Marco Antonio Arteaga, Carlos Brown, Mauricio de Aguinaco y Denise Pizzini) y por último Escenografía (Gonzalo Ceja, Emilio Mendoza y Ricardo Mendoza).

Cambia su residencia a Estados Unidos, donde realiza A Walk in The Clouds/Un paseo por las nubes/1995 en la que dirige a Keanu Reeves, Anthony Queen, Aitana Sánchez-Gijón, y Angélica Aragón entre otros, y continúa con Picking Up the Pieces/1999, con Woody Allen y Sharon Stone en los papeles estelares. Dirige en 2001 para el canal de televisión Arts&Entertainment la segunda versión de The Magnificent Ambersons/Orson Welles 1942, cinta con una duración de tres horas.

Vuelve a México como realizador con la cinta biográfica del caudillo revolucionario, Zapata, el sueño del héroe/2004, bajo un guion propio, proyecto en el que hacen su debut en el cine el cantante Alejandro Fernández y el actor Jaime Camil, al lado de la también cantante y actriz Lucero; una súper producción con un costo de 7 millones de dólares, bajo el lente del fotógrafo italiano: Vittorio Storaro.

Continúa con L’imbroglio nel lenzuolo/2010, una cinta de época, ubicada a principios del siglo XX, cuando el cinematógrafo llega al sur de Italia; la cinta se filma en Sicilia, Nápoles y Roma. En el 2016 recibe la Medalla Salvador Toscano al Mérito Cinematográfico, ese mismo año presenta “Así es la vida (Vals para piano)”, un libro autobiográfico que abarca momentos de su vida personal y profesional. En 2019 la Sociedad Mexicana de Directores-Realizadores de Obras Audiovisuales le otorga la Medalla al Mérito del Director, por sus 50 años en el cine.

¿Cuál es su opinión con respecto al pasado sexenio en materia de cinematografía?

AA.- “Principal problema en México es que la industria se da en periodos sexenales, por lo que hablar de una madurez o de un crecimiento es casi imposible. En lo que respecta al pasado periodo creo que se hizo una buena labor, puesto que se produjo gran diversidad de filmes y se obtuvieron bastantes premios. En cuanto a la internacionalización, creo que es una cuestión personal, puesto que somos los propios realizadores quienes promovemos nuestras cintas. Ahí tienes el caso de Cuarón o de Guillermo del Toro, quienes viven en Los Ángeles y se han involucrado poco a poco en la industria sajona. Respecto al apoyo gubernamental, se da como todo, por medio del compadrazgo. Sin embargo, no te debes desanimar; pienso regresar a México a hacer cine, le pese a quien le pese, e independientemente de quién se encuentre a cargo del organismo para apoyar al cine mexicano.”

(Cine Premiere, “Arau y las nubes del éxito”, Óscar Uriel, 03/1995, p. 54)