VÉJAR CERVANTES, CARLOS

Director, guionista y dibujante. Carlos Véjar es designado en febrero de 1923 oficial primero en funciones de secretario de la delegación de su Estado. A los 19 años viaja a Estados Unidos para establecerse en San Francisco, California, donde trabaja para empresas litográficas, primero como aprendiz y posteriormente como dibujante. Sigue este mismo oficio dentro de la compañía cinematográfica de Walt Disney. Alterna sus estancias en nuestro país y varios lugares de Estados Unidos.

Radicado definitivamente en México, en 1933 actúa como extra en Almas encontradas/Raphael J. Sevilla. Dos años después, en 1935, dibuja en caricatura las portadas a color de la revista “Real México”. A lo largo de la década de los treinta Carlos Véjar es rotulista y titulador. Realiza filmaciones cortas y documentales sobre lugares de interés como Taxco, La catedral de México, Coyoacán y Cholula, todos anteriores a la dirección de sus largometrajes. En 1937 edita Alma jarocha/Antonio Helú.

Al año siguiente, debuta como director y guionista con Rosa de Xochimilco/1938, protagonizada por María Luisa Zea y Víctor Manuel Mendoza; un melodrama amoroso filmado en Xochimilco, con la fotografía a cargo de Ross Fisher. Con guion y argumento propios, produce y dirige en 1939 Aventurero del mar, historia de amores y desamores entre marineros y las mujeres del puerto, rodada totalmente en Manzanillo, Colima. Cinta que protagoniza de nuevo María Luisa Zea, al lado de Jorge Vélez, Armando Soto la Marina “El Chicote”, Tony Díaz, Bárbara Rico y Roberto de Alva.

En 1942 Carlos Véjar realiza la segunda película a color en México, la cinta infantil Las aventuras de Cucuruchito y Pinocho. Su quinto largometraje es la comedia Dos tenorios de barrio/1948, sobre Lencho y Nicanor, un par de amigos que se jactan de ser conquistadores y acuden a la fiesta de San Juan, en donde son tratados como reyes al ser confundidos por el presidente municipal como agentes del gobernador. Integran el reparto: Armando Soto La Marina, Agustín Isunza, Leopoldo Ortín, Delia Magaña, Marina Herrera y Aurora Campuzano, entre otros.

A lo largo de su carrera fílmica que consta de catorce películas, codirige en dos ocasiones: la coproducción México-Estados Unidos, Furia roja/Stronghold/1950, con Steve Sekely realizador húngaro radicado en ese país y Víctor Urruchúa. Se filma en dos versiones, siendo los actores de la cinta en español: Arturo de Córdoba, la española Sara Montiel, Emilia Guiú, Carlos López Moctezuma y Gustavo Rojo, entre otros. Y de la película en inglés: Veronica Lake, Rita Macedo, Zachary Scott y Frederick Mack; en ambas películas trabajaron: Arturo de Córdoba, Alfonso Bedolla, Fanny Schiller, Gilberto González y Gustavo Rojo. Drama de aventuras, primer filme hecho en América Latina con cinta magnética, cuya trama se ubica en tiempos del emperador Maximiliano. La historia narra cómo una mujer mexicana, casada con un norteamericano, al enviudar regresa con su hija a México escapando de la Guerra Civil en Estados Unidos, para toparse con la batalla entre Benito Juárez y los invasores franceses. Ambas se verán afectadas por la situación política del país, a través de los personajes con los que se relacionan y las diversas subtramas de la historia. Filmada en los estudios Churubusco, locaciones en Taxco y Acapulco, la cinta tuvo un costo de tres millones de pesos. Y la coproducción México-Guatemala filmada en el país vecino, El Cristo Negro/1953 que codirige con José Baviera, quien también estelariza la cinta. Historia religiosa que se estrena en México en la semana de cuaresma, en donde se incluyen las fiestas “pagano-religiosas” llevadas a cabo en la región de Esquipulas, en el santuario donde se venera al Cristo Negro, en la frontera de Guatemala con Nicaragua. Protagonizada por Rosa Carmina, Raúl Martínez, Lorena Goubeau y Carlos Agosti. Se estrena el 31 de marzo de 1955 en los cines Ópera, Colonial, Popotla y Tacubaya. Ésta es su última incursión en la dirección cinematográfica, a partir de aquí Carlos Véjar se desliga del cine totalmente, con excepción de algunos trabajos esporádicos como rotulista en películas mexicanas.

“Desde niño, cuando el cine aún era mudo, ya me fascinaba y era mi pasatiempo favorito. Mi afición por el cine se acrecentó cuando éste se hizo sonoro, ya que así se complementaba de lo que le hacía falta. Pero luego llegó la magia del color que vino a borrar los tonos grises que le daban un aspecto fantasmal. Ahora a mis 82 años de edad, el cine sigue siendo mi espectáculo favorito, razón por la que nunca dejo de ver las películas más recomendables en exhibición. Pues bien, como pueden ver, aquí estoy todavía gozando de cabal salud, feliz, satisfecho y muy contento, sentado tranquilo en una butaca de primera fila, esperando mi postrero viaje a las estrellas.”

Carlos Véjar.

(Rinde honor, a quien honor merece. Medalla al mérito del director, Sociedad Mexicana de Directores y Realizadores de Cine, México, 1988)