Director, documentalista, pintor, cuentista, novelista y poeta. Salomón Laiter mejor conocido como “Chalo” en el ambiente cinematográfico, egresa de la Escuela Nacional de Arquitectura de la UNAM (1955-1960), misma institución en la que cursa las licenciaturas de Artes Visuales, Arte Colonial y Literatura en la Facultad de Filosofía y Letras. Estudia Artes Escénicas con Seki Sano en el mismo grupo que Alfonso Arau, Beatriz Sheridan y Pilar Pellicer y durante cinco años se dedica a la actuación.
En 1959 colabora como editor con Carlos Velo, dirige teleteatro estudiantil, noticiarios y obras de Kafka, Ionesco y Elena Garro para la televisión universitaria. Realiza su primer cortometraje publicitario titulado: El ron/1960. Forma parte de los patrocinadores de la revista Nuevo Cine (1961), que encabeza Emilio García Riera, y realiza más de 200 notas para Tele-Revista y Cine Verdad de Manuel Barbachano Ponce.
En 1963 se traslada a Inglaterra en donde trabaja en diversos proyectos y es asistente de actrices. A su regreso, Salomón Laiter participa en el I Concurso de Cine Experimental, con En el parque hondo, episodio de Viento distante/1964, basado en un cuento de José Emilio Pacheco, sobre un niño de nueve años Arturo (Darío), al que su tía (Rosa Furman) le encarga lleve al veterinario a su amado gato enfermo, para terminar de manera definitiva con su sufrimiento. Su amiguito Rafael (Emir Ángel Dupeyrón) sugiere a Arturo que él mismo lo mate, pero el gato escapa en el parque ante la angustia del niño. Jorge Ayala Blanco comenta del episodio: “La cámara descubre lugares y objetos con la misma actitud amorosa y dolorida con que lo hacía el neorrealismo italiano”. La película queda en el cuarto lugar del Concurso y permanece 30 semanas en el cine. En 1965 se presenta ante el jurado del Festival de Locarno, Suiza, donde recibe el premio Vela de Plata. En Checoslovaquia gana el Premio a la Mejor Fotografía.
Después del primer concurso, Salomón Laiter regresa a la arquitectura y continúa escribiendo guiones que presenta a varios productores. Dirige los cortometrajes: La técnica en el asbesto/1961, Plazas coloniales/1967, Acapulco 68-Monterrey 68/1968, y La pesca/1969, que recibe la Diosa de Plata ese mismo año.
Durante tres años investiga la vida del líder de izquierda ruso León Trotsky -asesinado en México- y escribe un guion que es censurado por la Dirección de Cinematografía. En sociedad con el periodista Jacobo Zabludovsky produce 15 documentales, entre los que destaca Trabajar cansa/1963. Es corresponsal de guerra para el noticiario Telemundo en Medio Oriente (1969) y fundador de la televisión universitaria, donde produce con Juan José Arreola, cien horas de video; así como las primeras emisiones teatrales de la Universidad Nacional para un canal comercial y las series “Problemas sociales de México” y “Poesía coral”.
Su primer largometraje titulado Las puertas del paraíso/1970 está basado en un cuento de Elena Garro, guion que escribe con Eduardo Lizalde. La película es una producción de Mauricio Walerstein y Fernando Pérez Gavilán a través de Cinematográfica Marte. Trama en la que una pareja de jóvenes amantes, ella casada y él un macho maltratador, huyen a toda velocidad en un mustang último modelo, después de un incidente en el frontón. Es de noche, él maneja y en el camino atropella a una persona… no se detiene. Es así como inician un accidentado recorrido por la provincia mexicana, entre seres deformes, drogas, hippies y situaciones dramáticas. Protagonizan el filme Jorge Luke, Jacqueline Andere, acompañados de Ofelia Medina y Arsenio Campos. De acuerdo a Ofelia Medina, Salomón Laiter nunca mostró el guion a ninguno de los actores, ellos entendieron de qué trataba el filme, hasta que lo vieron en la pantalla. La película fue filmada en tres episodios del 28 de septiembre al 24 de octubre de 1970 en los estudios América y en más de 25 locaciones de la Ciudad de México y en los estados de Querétaro, Morelos y Puebla.
Las puertas del paraíso es nominada en los premios Ariel 1972 por: Mejor Película, Dirección, Guion, Actor (Jorge Luke), Música de Fondo (Rubén Fuentes) , y Escenografía (Heriberto Henters), llevándose la estatuilla en las categorías de Mejor Película y Mejor Música de Fondo. El mismo año en Las Diosas de Plata el filme gana: Mejor Película, Director y Actor de Cuadro para Arsenio Campos. Aún con los buenos comentarios de Luis Buñuel, Jorge Ibargüengoitia y el director francés Louis Malle, el filme hoy día una película de culto, es en su estreno un fracaso en taquilla.
En 1971 es invitado por el productor estadounidense Howard Minsky a dirigir la coproducción Estados Unidos-México, Jory, sobre la novela “Un niño llamado muerte” de Milton R. Bass, que adaptan Gerald Herman y Robert Irving, ambientada en el siglo XIX, un western filmado en Durango. A los diez días de filmación, Salomón Laiter renuncia a continuar con la dirección de la película, alegando “dificultades de producción” y es sustituido por Jorge Fons.
Al año siguiente dirige el documental Munich ’72/1972 una producción del Comité Olímpico Mexicano (COM), al que sigue: Picasso entre nosotros/1973, un largometraje también documental en 16 mm que realiza con el equipo de TV Producciones Excélsior, homenaje al celebre pintor creador del cubismo, Pablo Picasso, en el que participan, Raquel Tibol, José Luis Cuevas, Juan José Arreola y Juan Rejano.
Salomón Laiter adapta con José Emilio Pacheco la novela de José Donoso: “El obsceno pájaro de la noche” cinta cuya producción se suspende dos días antes de iniciar su rodaje a principios de enero de 1978, de acuerdo al crítico de cine Jorge Ayala Blanco, por órdenes expresas de Margarita López Portillo, hermana del presidente en turno José López Portillo, quien fungió durante el sexenio como directora de la Comisión de Radio, Televisión y Cinematografía (RTC).
Continúa con su carrera como pintor y escritor. Los últimos diez años de su vida, se mantiene aislado de cualquier interacción social, con excepción de las visitas de sus hijos.
¿Y el cine tiene que formar parte de ese instrumental de transformación de la sociedad?
SL.- “Lo que acabas de decir, Alejandro, es el cine; tiene que transformar la sociedad pero tiene que ser uno más de los vehículos para transformar la sociedad [sic], es uno de los mejores elementos con los cuales cuenta la humanidad para aprender y reflexionar. Ahora el cine, desgraciadamente, los dueños del cine han sido los gángsters, los estudios han estado muy cerca del gangsterismo, entonces la visión de la planificación de una industria con un sentido socialista, que en México lo propone desde los cuarenta Vicente Lombardo Toledano, es algo necesarísimo, porque no puede ser que nos estemos ahogando en mediocridad, los esfuerzos de los cineastas son tan respetables y tan loables… Hay 60, 70 cineastas trabajando en México de una manera admirable, ¿por qué si son graduados de escuelas de cine tienen que estar esperando a que les caiga en las manos un buen western para poder dirigir y decir que están haciendo una cosa importante? Es una farsa.”
(Los que hacen nuestro cine, serie en video, Alejandro Pelayo, Canal 22)
Salomón Laiter estudia la primaria en el Colegio Hebreo Tarbut. Continúa la secundaria y preparatoria en el Colegio Israelita de México. En su adolescencia suele irse de pinta al cine. La primera vez que ve Los olvidados/Luis Buñuel 1950 es tal su impresión, que durante una semana va diario a verla y es entonces cuando define su inclinación por el séptimo arte. Carlos Velo es uno de sus más preciados maestros en su carrera cinematográfica, así como el director checoeslovaco asentado en Londres, Karel Reisz, que le enseña el manejo de la moviola, a quien conoce durante su estancia en Inglaterra en la filmación de Al caer la noche/1963, donde es estudiante observador.
Como pintor, cuenta con treinta exposiciones individuales y sesenta colectivas en México y en el extranjero, la última en Nueva York, 1991. Salomón Laiter colabora con poemas, cuentos, artículos y aforismos en los suplementos: “Diorama de la Cultura” y “El Búho”, con su columna “Mester de Juglaría” (1988-1989), en el “Suplemento de Ovaciones” (1970), en el “Uno más Uno”, en las revistas “Cine Mundial” (1971-1972), “Tierra adentro” (1975), “Siempre!” y “Revista de Bellas Artes” (1969).
Escribe la novela autobiográfica “David” que narra la infancia de un niño judío, en donde reúne la crónica de la integración de los judíos que llegaron de Europa a México.
LAS PUERTAS DEL PARAÍSO, de Salomón Laiter: crítica y ruptura en el cine mexicano de los 70.
Tesis para obtener el grado de Doctor en Arte y Cultura sustenta:
Francisco Raúl Casamadrid Pérez
Ganadora del Ariel 1972, “Las puertas del Paraíso”
Ofelia Medina sobre la filmación de “Las puertas del paraíso” (1970) una película de Salomón Laiter
El DICCIONARIO DE DIRECTORES DEL CINE MEXICANO.COM es una plataforma digital no lucrativa, cuya finalidad es preservar la memoria de los que hicieron y hacen nuestro cine.
Todo apoyo contribuye a perfeccionar el trabajo de investigación y el mantenimiento y desarrollo tecnológico de esta página. ¡Gracias!