AUPART CISNEROS, MARCELINO

Editor, director y guionista. Asiduo visitante de los Laboratorios Cinematográficos México, donde trabajaban unos familiares, Marcelino Aupart ingresa a la sección técnica. Estudia cine en el CUEC. En 1973 dirige el cortometraje La canica, en el que deja ver a través del personaje principal, su posición ante los obstáculos y retos en la vida, en busca del logro de las metas. La trama trata sobre un niño, que a pesar de su apego, tiene que cambiar su canica preferida por un perico, para dejarlo libre, sufrir la pérdida y después pensar cómo solucionar ese vacío al ayudar a una mujer a atrapar su gallo, para después, con el dinero que le ofrece, comprarse una mejor canica y entrar de nuevo en el juego. Durante el rodaje del cortometraje sufre un accidente, por lo que le toma dos años finalizarlo. Con este trabajo gana en 1976 el concurso de cine experimental, Plataforma de Nuevos Valores, que convocan el Banco Nacional Cinematográfico, PECIME y el STPC, corto nominado al premio Ariel en 1977. En 2013 La canica se exhibe en el Festival de Cine de Huesca, España, en el marco del reconocimiento al CUEC-ENAC, como la escuela de cine más antigua de Latinoamérica.

Como ayudante de edición al lado de su hermano Ramón Aupart, colabora con Eduardo López y Alfredo Joskowicz en la filmación de la película Meridiano 100/Joskowicz 1974. Es editor de varios cortometrajes y largometrajes, entre los que destacan: La libertad es un hombre chiquito con ganas de darle en la madre a todo el mundo, la soledad es el mismo hombre un poco menos politizado/Rafael Montero 1972, De todos modos Juan te llamas/Marcela Fernández Violante 1974, nominado al Ariel en la categoría de Mejor Edición 1976, Descenso al país de la noche/Alfredo Gurrola 1974, Recodo de purgatorio/José Estrada 1975, el mediometraje Cosas de mujeres/Rosa Martha Fernández, producido por el Colectivo Cine Mujer. En el CUEC, coopera como técnico académico e imparte la cátedra sobre edición y corte en negativo (1973-1977). Con los cortos Quintín/1976 y La ofrenda/1977, obtiene diversos premios.

Los tres largometrajes que dirige Marcelino Aupart son producciones independientes de la empresa familiar, Cine Film, cuyos guiones escribe con diversos colaboradores. En los repartos siempre participa en mayor o menor importancia la actriz Rosita Bouchot. Sus hermanos Juan Ramón y Saúl se integran en todas sus realizaciones como editores.

Marcelino Aupart dirige en 1985 su ópera prima El padre Juan, bajo un guion de Martín Aupart, sobre una idea original de José Martín Besga (protagonista de la cinta, acreditado como José Martí), drama sobre un sacerdote atormentado por sus deseos sexuales, incitados debido a imágenes de mujeres sexys, tan incontrolables que le impiden oficiar misa y lo llevan a situaciones en las que descarga su ira con los feligreses y compañeros. La situación llega a tal extremo que es internado en un hospital siquiátrico, y finalmente ya de regreso en la parroquia da fin a su existencia colgado de una viga, en liguero y pantaletas. Acompañan al protagonista: Víctor Junco, Gilberto Román, Jorge Victoria, María Luisa Coronel y Rosita Bouchot. Filme que participa en el III Concurso Experimental en 1986, convocado por el IMCINE y el STPC.

Su segundo largometraje Ardor de juventud/Antonio ante el espejo rompido/1987, es un thriller con tintes “hitchcocknianos” que no termina de consolidarse como tal. En flash back Marcelino Aupart sigue las peripecias del adolescente Antonio (Franco Rapuano), durante un paseo en automóvil con Luz María (Lucero del Alba) compañera de la escuela; después de terminarse una botella de brandy entre los dos, ella se desmaya de forma abrupta ya que padece catalepsia -situación que él ignora-, y es así que coloca a la chica en la cajuela del automóvil creyendo que es un cadáver. Debido a diversas circunstancias, el auto cambia de conductor y dos días transcurren en la vida del, un tanto, indiferente adolescente, cuando sorpresivamente ella aparece acompañada de su madre y tío, reclamando a Antonio, por qué la abandonó en un hotel. Elípticamente años después vemos a la pareja prepararse para su boda. Se aúnan al reparto: Rosita Bouchot, José Martí, Thelma Dorantes, Abel Casillas, Ana María Jacobo y Ernesto Schwartz, entre otros. La cinta se filma en la colonia Aviación Civil de la Ciudad de México, vecinos e indigentes participan como extras.

Su tercer y último filme es Chantaje al desnudo/Doble jaque a la dama/1989, sobre Berta, la mujer de un político (Rosita Bouchot), que es chantajeada por un desconocido, a raíz de una relación extramarital; ella sabe que la primera esposa de su marido fue asesinada por éste, debido a sus infidelidades. Participan en la cinta: Ana Luisa Peluffo, Bruno Rey, Jorge Victoria, Anaís de Melo, Ernesto Schwartz y José Martí, entre otros.

Marcelino Aupart adapta al cine la novela “La cabeza de serpiente”, de Xavier Mexía, guion que recibe en 1977, una Mención Honorífica de la SOGEM, que gira en torno a la corrupción en toda la pirámide social mexicana. En 1978 en Santiago Tlacotepec, Estado de México, da inicio el rodaje del que sería su cuarto filme, con título homónimo de la novela de Mexía. Debido a un problema de circulación, su pierna derecha es amputada y la filmación queda inconclusa. Hasta 1999 es editor principalmente en diversos proyectos documentales.

¿Cómo definiría su cine?

MA.- Un poco de denuncia, técnico y artesanal. Tirándole a que la gente que confía su dinero en ti obtenga una recuperación, a la vez de que la gente salga pensativa, y se pregunte ¿cómo hicieron ese tipo de cine o cómo no lo hicieron?

¿Cómo ha visto su evolución como director de cine?

MA.- A pesar de todo, no me siento frustrado, porque he logrado las metas que se me ofrecían dentro de la industria cinematográfica, en primera como un buen director de cortometrajes, en el cual todos han sido premiados. Después la oportunidad de incursionar en lo que se me enseñó en el CUEC, lo cual agradezco, ya que en la sección de autores del Sindicato de Producción Cinematográfica soy miembro activo, en la sección de directores del Sindicato de Producción Cinematográfica también, y pertenezco como miembro activo de la Sociedad General de Escritores Mexicanos. O sea que la carrera que tomé no fue mala, lástima que la industria, desde Margarita López Portillo, dejó de desarrollar el cine familiar.

(Diccionario de Directores del Cine Mexicano, Octavio Maya, 12/08/1999)