Publicado en el: Diccionario del Cine Español e Iberomaericano. España, Portugal y América. (2012)

(Coordinación México, Perla Ciuk)

Sinopsis: El argumento, escrito por el director Miguel Zacarías, cuenta en retrospectiva la historia de un amor sublime, al margen del tiempo y de la muerte, entre un gallardo y osado caudillo del ejército juarista que combate al imperio de Maximiliano (Jorge Negrete) y Marta (Gloria Marín), bella y orgullosa joven de sociedad que decide acceder a las propuestas de matrimonio del cínico y muy maduro coronel del ejército imperial Gonfalon (Andrés Soler) para salvar de la ruina a su hermano (Alejandro Ciangherotti) y a su madre (Mimí Derba). El caudillo, incapaz de evitar que Marta se envenene para frustrar los planes matrimoniales del coronel, solo desea seguir los pasos de su amada hasta el más allá. Después de leer la carta de despedida que Marta le ha dejado a su amado y que da pie al flashback, el coronel Maurice Renoir, indulta al caudillo condenado a la pena de muerte: lo salva un amor tan excelso y la justicia de la causa republicana.

En el melodrama romántico Una carta de amor, ubicado en una ciudad provinciana durante la intervención francesa en México (1863-1867), el director Miguel Zacarías conjuga una serie de factores que la convierten en un típico producto de éxito de la llamada época de oro del cine mexicano. Combina adecuadamente los tópicos de la comedia ranchera, de la cinta de propaganda bélica y nacionalista y del melodrama romántico en una suntuosa producción cuyo reparto está encabezado por los famosos Jorge Negrete y Gloria Marín, pareja en la vida real. A los lujosos decorados, a las locaciones, a los alardes formales para el registro de los bailables de cuadrillas y mazurcas deben sumarse las canciones de Manuel Esperón y Ernesto Cortázar en las voces de su protagonista y del Trío Calaveras.

Durante los años de la guerra la producción fílmica del país se formaliza y se industrializa de manera plena; como nunca, se cuenta con más y mejores recursos financieros, técnicos y humanos; incluso, muchos productores se atreven a rodar cintas de época y a producir películas ambientadas en sitios exóticos y poco habituales como España o Francia. Por ejemplo, en 1943, año del rodaje de Una carta de amor, casi la mitad de la producción es de época y una cuarta parte del total se sitúa en el extranjero. Con la nueva generación de directores (Emilio Fernández, Julio Bracho, Roberto Gavaldón y el muy joven Ismael Rodríguez) se consolidan otros, como el veterano Miguel Zacarías, solventes realizadores de productos muy taquilleros.

Sin duda, el mejor exponente del melodrama ranchero, es el barítono Jorge Negrete, que se convierte en el prototipo del charro cantor mexicano, gallardo, enamorado y pendenciero. Con Gloria Marín forja una de las parejas emblemáticas del cine mexicano con cintas como: ¡Ay, Jalisco, no te rajes!/Joselito Rodríguez 1941, Historia de un gran amor/Julio Bracho 1942 o Hasta que perdió Jalisco/Fernando de Fuentes 1945, además de Una carta de amor.

El ambiente bélico del momento es propicio para hacer un guiño de simpatía a la Francia ocupada y se alude a la caballerosidad y galantería prototípicas de los franceses: Después de la lectura de la famosa carta y de indultar al caudillo, el coronel Renoir sólo espera que si algún día la Francia es invadida por un extranjero, su pueblo luche con el mismo denodado heroísmo de los mexicanos. Pero también, la prodigiosa epístola tiene la virtud de alentar al caudillo para que se sobreponga al dolor de la pérdida de la amada, pues le arenga a no buscar la muerte y continuar vivo para luchar por el ideal libertario de la República. Por otra parte, el patriotismo y el orgullo nacional se promueven con temas a modo como la muy marcial “Dulce patria”.

En el contexto de la Segunda Guerra Mundial, Una carta de amor parece indicar que para la exaltación nacionalista resultan tan adecuado adobar románticamente los asuntos inspirados en la historia patria, como el desmedido elogio de la mexicanidad de las comedias rancheras. Lo anterior es mucho mejor y está por encima de las poco interesantes producciones de propaganda bélica y de aquellas que alientan el espíritu panamericano.

Ficha artística: Jorge Negrete (caudillo liberal); Gloria Marín (Marta); Andrés Soler (coronel Arturo Gonfalon); Emma Roldán (nana Lupe); Mimí Derba (doña Rosa); Alejandro Ciangherotti (teniente José Mireles); Antonio R. Frausto (Gumersindo); Julio Ahuet (Melquíades); Salvador Quiroz (doctor Torres); Fernando Curiel (teniente Delmar); Rafael Icardo (capitán Bermúdez); Rafael Dondé (soldado imperial).

Ficha técnica: Productora: Producciones Grovas, S. A.; Presenta: Jesús Grovas; Productor: Miguel Zacarías; Gerente de producción: Eloy Poiré H.; Jefe de producción: Ricardo Beltri; Argumento y diálogo: Miguel Zacarías; Dirección de Fotografía en blanco y negro: Alex Phillips; Operadores de Cámara: Rosalío Serrano, Jesús Hernández, Luis Herrera, Luis Santaella; Edición: José Bustos; Sonido (RCA Alta Fidelidad): Howard Randall y Rafael Ruiz Esparza; Música descriptiva: Manuel Esperón; canciones: melodías de Manuel Esperón y letras de Ernesto Cortázar (“Una carta de amor”, “Dulce patria”, “Cada estrella”, “Cuadrilla de los compadres”); Interpretaciones musicales: Trío Calaveras; Grupos de bailes: Lettie H. Carroll; Escenografía: Jorge Fernández y Vicente Petit; Vestuario: Armando Valdés Peza; Maquillaje: Margarita Ortega; Asistente de dirección: Jorge López Portillo.

Estudios de rodaje y Laboratorios: C.L.A.S.A; Duración: 112 minutos; Estreno: 20 de noviembre de 1943, cine Palacio Chino, México, D. F.

BIBLIOGRAFÍA: Datos tomados de pantalla; M. L. Amador, J. Ayala Blanco: Cartelera cinematográfica 1940-1949, UNAM / CUEC, México, D. F., 1982.