Publicado en el: Diccionario del Cine Español e Iberomaericano. España, Portugal y América. (2012)

(Coordinación México, Perla Ciuk)

Sinopsis: La década de los cuarenta, marca la época de esplendor del cine mexicano que triunfaba en el extranjero y extendía sus mercados internacionales. Es entonces cuando aparece la figura de Alejandro Galindo y conecta con un antihéroe capaz de modelar los mil rostros de esa urbe que Galindo quiere retratar. Una nueva mancuerna surgiría, como la integrada por Ismael Rodríguez y Pedro Infante y más tarde, la que formaría Germán Valdés “Tin Tan” y Gilberto Martínez Solares. En efecto, Galindo y David Silva, se unen desde un principio casi por azar y consiguen en su primera película juntos, uno de los mayores clásicos del cine nacional: Campeón sin corona.

David Silva no sólo tendría razón acerca del impacto que causó aquella historia emotiva y brutal sobre el ascenso y caída de un boxeador de barrio, derrotado no tanto en el ring sino por su misma mentalidad de perdedor, e inspirada en la triste leyenda del boxeador mexicano Rodolfo “Chango” Casanova. A su vez, el encuentro con Galindo marcaría definitivamente su carrera de actor con personalidad fuerte y contrastante. De hecho, David Silva se convertiría codo a codo con Galindo, en el héroe del pueblo a lo largo de una de las filmografías más consistentes, reflexivas e inteligentes del cine mexicano.

Originalmente el papel de Roberto Kid Terranova estaba, destinado para Abel Salazar (Los tres García, Cadetes de la naval, La miel se fue a la luna, Me ha besado un hombre), un actor cuyo fuerte era la comedia. Por fortuna, el papel terminó recayendo en David, quien conocía su potencial para explotar al máximo el papel de un hombre condenado al fracaso por su espíritu derrotista. No hacía falta que Silva se pareciera al “Chango” Casanova; lo importante, era mostrar el lado humano del campeón que pudo y no quiso triunfar debido a sus miedos.

El casting seleccionado por el propio Galindo y el productor Raúl de Anda, fue impecable: David en el papel del púgil triunfador, incapaz de asimilar el éxito debido a su condición humilde. Amanda del Llano, como su fiel novia Lupita, Carlos López Moctezuma en el rol del manager Tío Rosas. No obstante, Mantequilla se lleva la película como su chistoso Second El Chupa. En Campeón sin corona, Galindo trasladó a sus personajes a los barrios populares como La Lagunilla, con sus puestos de callejeros de comida, sus cantinas, billares, salones de baile y arenas de box como la Olímpica, en un rodaje que arrancó el 25 de octubre de 1945, cinco días después de la muerte del General Plutarco Elías Calles, cuya noticia acaparó todos los noticieros.

Los encuentros boxísticos se filmaron en la antigua Arena México, e incluso se contrató a Pancho Rosales ex boxeador y manager de varios pugilistas, para que entrenara específicamente al propio David Silva y la producción contó con la asesoría técnica de Antonio Padilla “El Picoro”, quien aparece en la película.

Campeón sin corona, es el relato de un fracaso social e histórico, en la que Galindo se adelantó a Octavio Paz y su Laberinto de la soledad para contar una historia sobre el complejo de inferioridad del mexicano, el protagonista destaca momentáneamente, pero ello, no se debe tanto a su esfuerzo o su inteligencia, sino al azar. Abundan los momentos deslumbrantes, como aquella escena, donde mira con coraje a “los rotos” que juegan billar: “¿¡Qué!, uno va a ser siempre un méndigo”. Otra más, donde ya trajeado y de sombrero -acompañado del también elegantemente naco Chupa-, llega con decenas de paquetes de regalos para su jefa (María Gentil Arcos): “Este sólo es el principio jefa. ¡El principio!” le dice y aclara, que el dinero ganado es no sólo con el sudor de la frente, sino de todo el cuerpo”. Aquel otro momento, en que ese hombre infantil e ingenuo en el fondo, se desequilibra cuando Joe Ronda -un Víctor Parra sensacional que hace en realidad el papel del pocho Joe Conde-, le habla en inglés. Y a su vez, cuando la arribista mujer de mundo que encarna notablemente Nelly Montiel, lo seduce para luego botarlo a la primera oportunidad mientras se escucha la canción “La noche es nuestra”.

Lo que hace la diferencia entre Campeón sin corona y otras películas de boxeo, algunas de ellas, también obras maestras, como: El caballero audaz, Cuerpo y alma, Réquiem por un luchador, o Toro salvaje, radica, en que no se trata de la típica historia de triunfo como sucede en Rocky, o acerca de la mafia que rodea al deporte del cuadrilátero como ocurre en El luchador -otra soberbia cinta-. Aquí, se narra una porción de vida: la de un hombre derrotado antes de salir al cuadrilátero y que regresa al mismo punto de partida donde empezó -su puesto de nieves-, antes de pasar por el alcohol, la pobreza y el abandono. David Silva había alcanzado la madurez absoluta, con tan sólo 28 años de edad.

Ficha artística: David Silva (Roberto Kid Terranova), Amanda del Llano (Lupita), Carlos López Moctezuma (Tío Rosas), Fernando Soto “Mantequilla” (El Chupa), Nelly Montiel (Susana), Víctor Parra (Joe Ronda), María Gentil Arcos (Madre del Kid).

Ficha técnica: Productora: De Anda Producciones; Productor ejecutivo: Raúl de Anda, Guillermo Alcayde; Argumento y Guion: Alejandro Galindo y Gabriel Ramírez Osante; Fotografía: Domingo Carrillo (blanco y negro); Montaje: Carlos Savage; Sonido: Francisco Alcalde y B.J. Kroger; Música: Rosalío Ramírez; Escenografía: Gunther Gerszo.

Estudios: Estudios Azteca. Duración: 100 minutos. Estreno: 5 de septiembre de 1946. Clasificación: A.

Premios: Premio Ariel a Mejor Actor, Actor Secundario, Argumento Original, Película más mexicana.

Bibliografía:

Índice General del Cine Mexicano, Moisés Viñas.

Historia Documental del Cine Mexicano, Emilio García Riera.

David Silva. Un campeón de mil rostros, Rafael Aviña.

RAFAEL AVIÑA