Guionista, director y actor. Concluye la preparatoria en su provincia natal, en 1940. Ingresa a la Universidad de Salamanca en España para estudiar Medicina, sin embargo, abandona el país por su vinculación con actividades antifranquistas. Antonio Orellana huye a Portugal donde es apresado durante un año en el fuerte militar de Caxías. Gracias a la intervención de los gobiernos mexicano y estadounidense, es liberado y viaja con un grupo de exiliados españoles a la ciudad de Filadelfia y posteriormente a México.
Ya en México, se emplea en la Compañía Nestlé como supervisor de publicidad durante tres años. Posteriormente se relaciona con gente de cine y poco a poco comienza a escribir sus primeras historias, aunque sigue sin ingresar al STPC y al STIC, sindicatos que en el equivocado afán de proteger las plazas de sus miembros, negaban la entrada a jóvenes cineastas. Su primer trabajo en la industria fílmica es como asistente de dirección en Caribeña/José Baviera 1952, para después participar en el cortometraje La nacencia/1953 en Guatemala y en 23 programas del noticiero “Cine Revista Salvadoreña” en El Salvador. Reanuda en México su labor como asistente de dirección y también funge como productor, argumentista y guionista de Cinco vidas y un destino/José Baviera 1956.
Adapta más de cien películas entre las que se encuentran El Zorro Escarlata/Rafael Baledón 1958, El Cristo Negro/Carlos Véjar y José Baviera 1953, Santo contra los zombies/Benito Alazraki 1961, Santo vs. las mujeres vampiro/Alfonso Corona Blake 1962 y algunas aventuras más del “Enmascarado de Plata”, y Blue Demon contra los cerebros infernales/Chano Urueta 1966.
En Centroamérica realiza varias películas, siempre llevándose a técnicos y actores mexicanos. Antonio Orellana filma, en Nicaragua, su ópera prima La llamada de la muerte/1959. Regresa a México y sigue escribiendo varias películas. Sin embargo, quiere dirigir y no lo dejan, por lo que continúa su labor como realizador en Brasil con El fugitivo de la noche/1962 con Lorena Velázquez y Tito Junco y fotografía de José Ortiz Ramos, uno de los grandes fotógrafos de México, La muerte por quinientos millones/1963 y Américas Unidas/1963, documental sobre los Cuartos Juegos Panamericanos, por la que recibe el premio: Governador do Estado en 1964. En Brasil permanece cuatro años, donde también dirige alrededor de 100 documentales.
Antonio Orellana regresa a México en 1966, donde dirige su única película en nuestro país La celda del alacrán/1986, una producción de Grosa Films y Gerardo Reyes. En una cárcel de Durango, entre 1900 y 1907, cada prisionero que es enviado ahí amanece muerto al día siguiente. Un recluso pasa la noche en vela y descubre la causa de las muertes: un alacrán de 20 centímetros, que se exhibe ahora en un museo del estado. Con Gerardo Reyes, Julio Aldama, Gregorio Casals, Rosita Bouchot, Hugo Stieglitz, Martín Urieta y Queta Lavat, entre otros. Se filma en junio de 1986 en los Estudios América y en la delegación Milpa Alta, en la Ciudad de México. Al parecer, La celda del alacrán/1986 no llega a estrenarse en la Ciudad de México, lo que deja dos posibilidades: el filme pasa directamente al mercado de video o se estrena sólo en el norte de México o el sur de Estados Unidos, como sucede con algunas películas de esa década.
Como actor interviene en algunas películas, como: La llamada de la muerte/1959, que también dirige; La hora 24/Fernando Durán 1987, y en las cintas de Fernando Pérez Gavilán Violencia a domicilio/1990 y Un ángel para los diablillos/1993.
En 1992, Antonio Orellana realiza tres videohomes: Tambo, Atraco internacional y Los compadres del diablo. Escribe, de octubre de 1997 a agosto de 1998, textos para la revista “Saber Ver”, sobre Proust, Monet, Giorgio de Chirico, además de los guiones para alrededor de mil quinientos programas de introducción a la Universidad con temas de física, química, y matemáticas, ambos trabajos vinculados con la Fundación Cultural Televisa. En 1997 escribe el argumento de la cinta Los jóvenes amantes/Fernando Pérez Gavilán, que se estrena en las ciudades del norte del país, aún sin exhibirse en el Distrito Federal. Entre sus trabajos se encuentran las series para televisión “De México para el mundo” y “Presidentes de México”. Escribe para Galáctica Films el argumento de la película Bienvenido Paisano/Rafael Villaseñor Kuri 2006, historia en la que se tratan los problemas a los que se enfrenta una familia radicada en Estados Unidos, que regresa a México.
¿Existen temas de censura en el cine mexicano?
AO.- Muchos, muchos. Primero nosotros nos autocensuramos, ya escribiendo nos autocensuramos. Últimamente dicen que ya la censura está abierta. No. En La ley de Herodes/1998, usted sabe todo lo que sufrió este muchachito Luis Estrada, hasta que por fin salieron a exhibición, porque hay temas que no se pueden tocar. Primero el religioso la Virgen de Guadalupe es intocable, son intocables el Ejército y el Himno Nacional, la Bandera y sobre todo los políticos actuales, porque a los pasados, pues todos los hacemos. Pero eso, es la autocensura que nosotros tenemos y la censura que nos han impuesto. Aunque dicen que no hay censura sí la hay.
(Diccionario de Directores del Cine Mexicano, María de Lourdes Ramírez Ugalde, 15/04/00)
Después de experiencias argumentales como La Sombra Vengadora/Rafael Baledón 1954 y El Zorro Escarlata/Rafael Baledón 1958, Antonio Orellana convence a Fernando Osés -luchador, director y guionista-, de hacer películas sobre el ídolo de la lucha libre en aquella época: Santo el Enmascarado de Plata, quien les firma un contrato de exclusividad para sus cintas. Es Antonio Orellana, aunque sin crédito, uno de los escritores de los primeros filmes de la estrella del cuadrilátero, Santo el Enmascarado de Plata, en Santo contra el Cerebro del Mal y Santo contra hombres infernales, ambas de Joselito Rodríguez en 1958.
El interés de Antonio Orellana por escribir argumentos para luchadores en nuestro país surge de la relación que llega a tener con la Pareja Atómica, nombre con el que se les conocía a los luchadores “Gori” Guerrero y El Santo. En 1978 contrae matrimonio, con una mexicana, por lo que obtiene la nacionalidad de nuestro país.
Es uno de los fundadores de la Sociedad General de Escritores de México. En 2012 obtiene el Reconocimiento a Escritores Cinematográficos, galardón avalado por diez instituciones, entre ellas el IMCINE, el CCC, el CUEC (hoy ENAC), la AMFI, la AMPI y la Filmoteca de la UNAM.
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