Director, argumentista y guionista. Sus primeros trabajos registrados en la industria del cine son en las cintas de Ismael Rodríguez, en diversas áreas: como responsable de continuidad en Así era Pedro Infante/1963, asistente de dirección en El niño y el muro/1964, y en Autopsia de un fantasma/1966 colabora en el argumento y guion. Continúa como argumentista de: La noche del Halcón/Rogelio A. González 1967, que escribe con Ricardo Garibay y José Bolaños; La mujer del carnicero/Ismael Rodríguez/Chano Urueta 1968, episodio del filme La puerta y La mujer del carnicero, coescrito con Pedro de Urdimalas. Es autor del argumento y guion de Cuernos debajo de la cama/Ismael Rodríguez 1968; Emiliano Zapata/Felipe Cazals 1970, en mancuerna con Antonio Aguilar; Los marcados/Alberto Mariscal 1970 y guionista de Mi niño Tizoc/Ismael Rodríguez 1971, para quien coordina la producción de Faltas a la moral/1969.
Debuta en la dirección con La yegua colorada/1972, una comedia ranchera con tintes dramáticos que produce y protagoniza el famoso cantante Antonio Aguilar, con haciendas, carreras de caballos, peleas de gallos, sombrerudos y una larga lista de canciones, historia en que el bien derrota al mal. Filmada en la hacienda de Tayahua, Zacatecas, conforman el elenco: Flor Silvestre, Narciso Busquets, Susana Dosamantes, Eleazar García y Cornelio Reyna, entre otros.
A partir de aquí, de forma exitosa y productiva se conjunta la mancuerna profesional, en la que Mario Hernández es: director, guionista y argumentista y Antonio Aguilar: actor, productor, ocasional escritor y adaptador. Filman alrededor de 30 películas, la mayoría melodramas rurales basados en la vida de héroes revolucionarios, personajes históricos o bandoleros justicieros, entre las que destacan: Peregrina/1973, La muerte de Pancho Villa/1973, Benjamín Argumedo/1978, Los gemelos alborotados/1981, El Rey de Oros/1984, Astucia/1985.
En especial, sobresale Zapata en Chinameca/1988, escrita por Xavier Robles y Guadalupe Ortega, una adaptación libre de “La Muerte de Artemio Cruz”, de Carlos Fuentes, cinta cuyo título se refiere a la traición y asesinato del caudillo revolucionario, el General Emiliano Zapata en la hacienda de Chinameca, en los alredededores de Cuautla, Morelos, el 10 de abril de 1919; crimen orquestado cobardemente por el coronel Jesús Guajardo, bajo las órdenes del General González Garza y Venustiano Carranza. El filme tiene como punto de partida al general zapatista Urbano Martínez (Antonio Aguilar) en su lecho de muerte, quien recuerda cómo llegó a ser un hombre rico y poderoso luego de traicionar sus ideales y a Emiliano Zapata, así como los excesos que tuvieron, y cuya familia espera la repartición de los bienes. La película recibe dos nominaciones al Ariel, por Mejor Guion y Mejor Música de Fondo.
Se suman a esta lista: Triste recuerdo/1990 y La sangre de un valiente/1992, filmes que consolidan la enorme popularidad de Aguilar, en las que Mario Hernández demuestra solvencia técnica.
A principios de los años ochenta, Mario Hernández con Antonio Aguilar, sólo como productor, y con guiones de Xavier Robles, dirige tres melodramas populacheros con intenciones de crítica social que gozan de buena taquilla y aprecio de la crítica: ¡Que viva Tepito!/1980, mordaz repaso al microuniverso de las vecindades populares en torno a un velorio, ganadora de la Diosa de Plata en 1981 a Coactuación Femenina (Carmen Salinas) y las nominaciones al Ariel por Coactuación Femenina (Leonor Llausás y Rebeca Silva) y Coactuación Masculina (Manuel Ojeda); Las noches del Blanquita/1981, peculiar thriller musical con constantes remembranzas del popular teatro del título, en la que son coguionistas Hugo Argüelles y Margo Su, empresaria por mucho tiempo del teatro mencionado, y Noche de Carnaval/1981, delirante y pasional relato con el Carnaval veracruzano de fondo –tal vez su mejor película–, cinta que en 1982 obtiene el Ariel por Mejor Actriz (Ninón Sevilla) y las nominaciones a: Mejor Película, Dirección, Guion Cinematográfico, Edición y Coactuación Masculina.
Con Francisco Sánchez como guionista, continúa con: El tonto que hacía milagros/1982, una comedia romántica con referencias fílmicas, a raíz de un tímido joven proyeccionista de cine (Miguel Ángel Ferriz), que descubre que posee poderes fantásticos con los que puede ayudar a los demás, aunque no cambiar los sentimientos o preferencias de éstos, trama en la que se entrelaza una historia amorosa con buen fin. En el extenso elenco figuran: Edna Bolkan, Alma Delfina, Elsa Cárdenas, Gastón Padilla, Guillermo Orea, Pancho Muller y breves apariciones de personajes populares de la época y la televisión, como: Sasha Montenegro, Sergio Ramos “El comanche” y Eduardo Yañez, entre otros. Filmada en los estudios América, Acapulco, Guerrero; Morelia, Michoacán, y la Ciudad de México, la película recibe el Ariel a Mejor Argumento Original para Francisco Sánchez y Luis Mariano Sabines, y las nominaciones a Mejor Actor y Coactuación Masculina, son respectivamente para Miguel Ángel Ferriz y Gastón Padilla; Guillermo Orea gana la Diosa de Plata a Mejor Actor de Cuadro.
Mario Hernández codirige con Felipe Cazals, Roberto Gavaldón y René Cardona, Viva México y sus corridos/1982, una antología del corrido mexicano, a partir de películas actuadas y/o producidas por Antonio Aguilar, dirigidas por los realizadores antes mencionados. Una edición en combinación con ilustraciones de corridos o biografías de personajes revolucionarios, históricos o ficticios, que personifican: Antonio Aguilar, Ignacio López Tarso, Blanca Guerra y Flor Silvestre. Trabajo en el que se representan personajes como: Pancho Villa, Emiliano Zapata, Heraclio Bernal, Benjamín Argumedo; personajes míticos como Valentín de la Sierra, que entre otros, fueron popularmente conocidos por sus hazañas durante la Revolución Mexicana y la guerra cristera. El filme concluye con escenas del espectáculo ecuestre que Aguilar presentaba en diversas ciudades.
De las cintas que hace al margen de su estrecha colaboración con Antonio Aguilar, sobresalen: El mexicano/1976, adaptación realizada por Julio Alejandro del cuento de Jack London; La Pistolera/1979, estilizado western de venganzas que produce Televicine; Jóvenes delincuentes/1989, violento relato del inframundo delincuencial con guion de Víctor Hugo Rascón Banda y Jesús González Dávila, obtiene en 1991 el premio Ariel por Mejor Actriz de Cuadro (Mercedes Olea) y la nominación a Mejor Coactuación Masculina (Roberto “Flaco” Guzmán).
Incursiona en la industria del videohome con Entre vecinos te veas/1987 y La insaciable/1990. Después de filmar La Señorita/1993, thriller pasional con guion de Francisco Sánchez, una producción de Televicine con Jacqueline Andere, y Dos Gallos de oro/1994, otro melodrama campirano, hace algunas adaptaciones para telenovelas.
Vuelve a la pantalla grande con Cementerio de papel/2007, basada en el libro homónimo de Fritz Glöckner, bajo una adaptación de Xavier Robles, thriller sobre la guerra sucia del 68, en el que tres jóvenes descubren el asesinato de una empleada del Archivo General de la Nación, en el cual está implicado un ex jefe policiaco. La cinta participa en el XXII Festival Internacional de Cine en Guadalajara 2007, en la sección de Largometraje Mexicano Ficción y en la 50 entrega del Ariel 2008, Xavier Robles es nominado por Mejor Guion Adaptado. La cinta es una producción de Movielight y FIDECINE, y tiene un costo de 14 millones de pesos.
¿Qué nos podría decir de su filmografía?
MH.- Mira, lo más importante, yo no sé si lo será para los demás, para mí es lo más entrañable, las películas en las que creíste, las que amaste, aunque para otros sean malas. La primera que hice realmente mía fue ¡Que viva Tepito!, por la que obtuve, discúlpame la vanidad, premios en China, en Rusia, en México, todos los que se dan en México. Otras como El tonto que hacía milagros, por la que Pancho Sánchez ganó el Ariel al Mejor Guion. Mira, yo hice el guion de Emiliano Zapata [1970] que dirigió Felipe Cazals; era una película, en lo que se refiere a su forma, impecable, porque Felipe es un gran director, pero en su contenido era una película oficialista que está en contra de todo lo que yo creo, era priísta la película. Me saqué la espina haciendo lo que yo hubiera querido que fuera esa película e hice Zapata en Chinameca, en la que colaboraron conmigo los que para mí son los mejores actores de cine mexicano, ésa es otra de mis películas muy queridas. Otra fue La Señorita. Te diré, en total tengo cuarenta y tantas.
(Diccionario de Directores del Cine Mexicano, Octavio Maya Rocha, 12/07/1999)
¿Cómo fue regresar al set de filmación?
MH.- Sólo estuve alejado de la dirección, porque nunca deje de escribir guiones para el cine y para la televisión, realmente nunca me alejé del ambiente. Pero regresar a la dirección es lo que más me entusiasma, realizar lo que escribo con mis compañeros guionistas; me rodeé de un grupo de jóvenes y medianamente me actualicé.
(Diccionario de Directores del Cine Mexicano, Mónica García Ramírez, 04/04/2008)
Al terminar sus estudios primarios Mario Hernández viaja a la ciudad de Los Angeles, California, donde se emplea en un hotel mientras estudia inglés. Poco tiempo después trabaja como reportero de la revista Cinegráfica, especializada en cine.
En 2009, recibe en Piedras Negras, del presidente municipal Raúl Alejandro Vela, las llaves de la ciudad, y se reencuentra con su maestra de primaria Oralia Villarreal.
Mario Hernández se siente muy orgulloso de ser mencionado en el libro de Elena Poniatowska ‘Todo México’: “Entonces, ¡olvídate! Ya me puedo morir tranquilo”.
IN MEMORIAM: Mario Hernández, director de cine mexicano. (1936-2015)
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“La yegua colorada”. Película completa
“El tonto que hacía milagros”, Película completa
“El Rey de Oros”. Película completa
“Viva México y sus corridos”. Película completa
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