O'QUIGLEY, ROBERTO

Director, escritor, argumentista. Roberto O’Quigley se inicia como argumentista en Hollywood con el nombre de Bob o Bobby Quigley en cintas como The Land of the Missing Men/1930 y otras. Ya en México, desde 1934, con el nombre de Roberto O’Quigley, primero adapta el argumento de Janitzio/Carlos Navarro 1934 y luego trabaja como guionista y director. Para el mismo productor de esta cinta, José Luis Bueno, adapta la historia de Mater nostra/Gabriel Soria 1936 y, en el mismo año, debuta formalmente como director del melodrama costumbrista de ambiente revolucionario Cielito lindo, con el torero jalisciense Pepe Ortiz, Lupita Gallardo y Arturo de Córdova.

Su segunda cinta, Ave sin rumbo/1937, parte de una interesante idea sobre un par de enamorados, Andrea Palma y Arturo de Córdova, marcados por la fatalidad. Para la célebre actriz de la escena dramática, Esperanza Iris, escribe en colaboración con Íñigo de Martino el argumento de Noches de gloria/Rolando Aguilar 1937, y para María Conesa, la famosa “Gatita blanca” del teatro de revista, realiza en 1939 Madre a la fuerza. Con el comediante Leopoldo Ortín dirige Padre de más de cuatro/1938, cinta de un humor vulgar, y Luces de barriada/1939, comedia sentimental, ambas escritas junto con Íñigo de Martino.

Roberto O’Quigley concluye su carrera como director en México con la comedia ranchera Sota, caballo y rey/1943, cinta que marca el lanzamiento estelar de Luis Aguilar, descubrimiento del productor y director Raúl de Anda, para quien escribe y/o adapta las cintas de propaganda bélica: Soy puro mexicano/Emilio Fernández y Espionaje en el Golfo/Rolando Aguilar, ambas de 1942.

También es autor del melodrama ranchero Cuando habla el corazón/El norteño/Juan José Segura 1943, La sombra de Chucho el Roto/Alejandro Galindo 1944, El muchacho alegre/Alejandro Galindo 1947, El cuarto mandamiento/Rolando Aguilar 1948, Ángeles del arrabal/Raúl de Anda 1949 y Rosauro Castro/Roberto Gavaldón 1950, argumento por el que es nominado al Ariel en 1951.

Rolando AguilarDespués de un paréntesis de diez años, con el argumento de Las memorias de mi general/Mauricio de la Serna 1960, se registra su última colaboración para el cine mexicano.

“Tuvo, Andrea Palma, en Ave sin rumbo, una nueva oportunidad de acusar su capacidad y sus posibilidades aún no agotadas por los directores de cine. Su papel es el núcleo de la película y la verdad es que, si se tiene en cuenta que el director Robert [sic] O’Quigley no demuestra tener un gran temperamento, hace un trabajo que la distingue de nuestras prematuras estrellas. Su interesante figura y, sobre todo, su personalidad –que por momentos la obliga a salirse del papel– se imponen. Para realizarse por entero en el cine, Andrea Palma necesita mayor flexibilidad y un abandono de lleno en el personaje que representa. Mientras no exista un director que la obligue a esta difícil prueba, es Andrea Palma quien ha de realizar el esfuerzo.”

(Hoy, “Ave sin rumbo”, Xavier Villaurrutia, en Crítica cinematográfica, 1937, p. 237)