Publicado en el: Diccionario del Cine Español e Iberomaericano. España, Portugal y América. (2012)

(Coordinación México, Perla Ciuk)

Sinopsis: En una posada camino de alguna capital provinciana del centro de México, un flashback narra los antecedentes del inesperado regreso de Manuel Venegas. El odio, la mezquindad y la envidia que alimentan las rivalidades entre familias, se subliman en el amor ilimitado que surge entre Soledad, la hija del usurero don Elías y Manuel, el huérfano empobrecido de Rodrigo Venegas. Al crecer esa pasión reprimida se vuelve en ambos un orgullo, rebeldía y altivez poco dispuestos a resignarse a la voluntad paterna, ella; y al designio fatal de la pobreza, él. Así, Manuel parte en busca de fortuna; Soledad, sin noticias del amado, acepta un matrimonio que alivie el acoso de los enamorados y del padre. Ahora, Manuel regresa para, con su riqueza recién adquirida, comprar el derecho de bailar con Soledad en las tradicionales fiestas del lugar. Al concluir un apasionado son, Soledad, aun en los brazos de Manuel, es asesinada por el certero puñal que le lanza Vitriolo, un antiguo pretendiente resentido.

El contexto de la Segunda Guerra Mundial, escenario privilegiado para el florecimiento de la cinematografía mexicana, permite el surgimiento de una segunda generación de directores que renuevan los cuadros de realizadores pioneros de la década anterior. Julio Bracho y Emilio Fernández forman la cúspide de esa nueva fuerza de creadores, a la que se suman Roberto Gavaldón y el muy joven Ismael Rodríguez.

Julio Bracho, hombre de aspiraciones intelectuales, conservador, refinado y educado, debuta exitosamente en 1941 con la divertida comedia musical de tema porfiriano ¡Ay, qué tiempos, señor don Simón!. Con la confianza de los productores y el aval de la crítica enfrenta en 1942 con éxito las costosas producciones Historia de un gran amor y La virgen que forjó una patria. Las anteriores y otras importantes obras posteriores, hacen de Julio Bracho el director mejor pagado de la década.

Los actores Jorge Negrete y Gloria Marín, pareja en la vida real, ya consagrados por el éxito de la comedia ranchera ¡Ay, Jalisco, no te rajes!/Joselito Rodríguez 1941, se ajustan a la perfección a sus papeles. Él con el pelo ensortijado y con su atavío de chinaco decimonónico; ella con sus garbosos trajes satinados, peinetas y mantillas propios de la aristocracia criolla recrean en vistosos decorados su pasión amorosa tras la aparente frialdad de sus personajes, al margen del mundo y de la realidad que los circunda. En el exaltado melodrama romántico que adapta al siglo XIX mexicano “El niño de la bola”, de Pedro Antonio de Alarcón, la fría pasión de los amantes es la misma que Bracho imprime en su obra, una lejanía que parece compensarse con un amoroso regodeo en virtuosos y ostentosos alardes narrativos, como el travelling circular que precede al flashback que narra los antecedentes del inesperado regreso de Manuel. Una trama que por momentos bordea el ridículo del folletín, se salva por la gallardía y corrección de sus actores y por la convicción con que Bracho cuenta su historia. Tras la artificiosidad, se esconde el fuego de la pasión sensual que consume a los enamorados, como cuando Soledad, conmovida por la actitud viril de un pretendiente (Miguel Ángel Ferriz), acepta un matrimonio que alivie, así sea vicariamente, el ardor del deseo que la consume. Es una pasión que se sublima ante la imposibilidad de su realización. Esto es lo que parece darle sentido a toda la obra. A final de cuentas todo es una florescencia de fuegos de artificio, que perdura más allá de la muerte del objeto de la pasión: brilla y calienta, pero sólo de manera momentánea. Han bailado un son jarocho guardando apenas las apariencias pero, al concluir, se han abrazado y besado largamente con furia, pero ese pecado original de la carne no puede ser. Una vez que Soledad muere a manos de Vitriolo, Manuel carga con resignación amorosa al objeto de su pasión.

Ficha artística: Jorge Negrete (Manuel Venegas / Rodrigo Venegas); Domingo Soler (fray Trinidad); Gloria Marín (Soledad); Sara García (doña Josefa); Julio Villarreal (don Elías); Narciso Busquets (Manuel Venegas, niño); Miguel Ángel Ferriz (Antonio Arreguí); Andrés Soler (Vitriolo); Eugenia Galindo (Polonia); Lupita Torrentera (Soledad, niña); José Baviera (doctor Trajano); Ernesto Alonso (sacristán).

Ficha técnica: Productora: Films Mundiales, S. A.; Productor: Agustín J. Fink; Jefe de producción: Armando Espinosa; Gerente de producción: Felipe Subervielle; Argumento: sobre la novela “El Niño de la Bola” de Pedro Antonio de Alarcón; Obra cinematográfica: Julio Bracho; Dirección de Fotografía en blanco y negro: Gabriel Figueroa; Edición: Emilio Gómez Muriel; Sonido (RCA Alta Fidelidad): Howard Randall y José B. Carles; Música y Canciones: Manuel Esperón, Raúl Lavista y Miguel Bernal Jiménez; Dirección del Coro de Niños Titular de la Catedral de Morelia: Miguel Bernal Jiménez, Escenografía: Jorge Fernández; Dirección de decorado: Felipe Subervielle; Vestuario: Royer y Agustín Lazo Adalid; Maquillaje: Anita Guerrero; Asistente de dirección: Felipe Palomino.

Estudios de rodaje y Laboratorios: C.L.A.S.A.; Duración: 148 minutos; Estreno: 15 de septiembre de 1942 (première), 19 de septiembre de 1942 (estreno normal), cine Palacio Chino, México, D. F.

Premios: Trofeo Presidencial a la Mejor Película mexicana del año.

Bibliografía:

1. Datos tomados de pantalla

2. M. L. Amador, J. Ayala Blanco: Cartelera cinematográfica 1940-1949, UNAM / CUEC, 1982. Entre corchetes interpolaciones del autor.

3. C.M. [Carlos Monsiváis]: “Historia de un gran amor”, Anuario 1965, UNAM / Dpto. Actividades Cinematográficas, 1965

4. E. García Riera: Julio Bracho, 1909-1978, Universidad de Guadalajara / Centro de Investigación y Enseñanza Cinematográfica, Guadalajara, Jalisco, 1987

5. X. Villaurrutia: “Historia de un gran amor”, Así, México, D. F., 19 de septiembre, 1942.