Publicado en el: Diccionario del Cine Español e Iberomaericano. España, Portugal y América. (2012)

(Coordinación México, Perla Ciuk)

Sinopsis: En un monasterio, Juan sufre de tal manera que parece poseído por el demonio. Tras un aparente exorcismo, el prior pide al hermano Servando asista a los otros hermanos en la recuperación de Juan. Éste, en cuanto ve a Servando, descubre que es su odiado ex amigo Javier. Así que lo rechaza y lo persigue por el monasterio hasta golpearlo con un crucifijo. Juan de nuevo es llevado a su celda. El prior lo confiesa. Juan revela que fue en otra vida un músico enfermo, tísico, dedicado a componer melancólicas canciones, con las que había llamado la atención de su joven vecina, Anita, que desde la ventana frente a su hogar escuchaba atenta. Un día, sin embargo, Juan atestigua que la pareja de ancianos con los que vive Anita, la echan de la casa porque rehúsa irse con un hombre que la pretendía. Anita es recogida espontáneamente por Juan y su madre, Gertrudis. Juan siente renacer la vida en compañía de Anita y mejora visiblemente. Enamorado le compone una Romanza. La pareja se compromete en matrimonio. Pero Javier regresa de un largo viaje. La inmediata convivencia entre los tres se hace natural. Un día le sobreviene una crisis a Juan, creyéndose al borde de la muerte. Se recupera, para antes de casarse, enterarse que Javier se va de nuevo a un largo viaje. Javier le encarga hablar con su abogado. Juan asiste a la reunión en compañía de su madre. Fatigado regresa antes de tiempo para descubrir que algo pasa entre Javier y Anita. Enfrenta a Javier. Éste saca de entre sus ropas un revólver con el que sin querer mata a Anita. Juan termina su confesión. El prior se va. Asegura que regresará una vez escuche la versión de Javier. Éste confirma lo dicho por su amigo aunque cuenta detalles que Juan desconoce, como que Anita y él estaban comprometidos desde antes y que ella amaba a Juan como hermano pero no como a Javier. Revela que ambos habían callado su relación con la esperanza de que Juan muriera. Pensamiento ante el que se arrepienten y por el que se separan. La noche de la despedida es la que resultó fatal. Juan escapa de nuevo de su celda. En el órgano del monasterio interpreta la Romanza. Al finalizar, se desmaya por la fiebre que lo aqueja. Ante toda la congregación, tras escuchar que Javier le pide perdón, muere.

Fue ésta la primer cinta que dirigiera el prolífico Juan Bustillo Oro, director que prácticamente fundó varios géneros en el cine mexicano. Esta cinta resultó llamativa en su momento ya que aplica ciertas enseñanzas del cine expresionista alemán, como el manejo de una escenografía por completo artificial y de contornos deformados. Por ejemplo, los departamentos de Juan y Anita tienen enormes ventanales de hierro forjado que semejan los barrotes de una prisión. El monasterio, a su vez, está visto como un laberinto de paredes con velas que arrojan siniestras sombras. Al final, el delirio febril de Juan lo obliga a ver a todos los monjes como máscaras endemoniadas que lo acechan. La sala del órgano misma parece confirmar el delirio febril de Juan, en especial las estridencias y las atonalidades con las que interpreta la Romanza. Tuvo, asimismo, la audacia de editar ciertas escenas con estilo deliberadamente anacrónico. Cuando Juan intenta asesinar a Javier con la cruz, primero aparece la cruz y luego el golpe ya dado, sin nunca verse la acción, el movimiento del golpe, acentuando así lo artificial de la historia.

A pesar del tinte melodramático que impregna a todo el filme, sorprende aún por lo gélidas que son algunas acciones. En cada secuencia se percibe un gusto por dirigir a los actores desde una distancia, que impide que la trama derive hacia el patetismo. También este efecto de distanciamiento se percibe en la atemporalidad en que suceden los hechos. Por el vestuario y la temática, podría suponerse que sucede en el siglo XIX. Pero la escenografía, que es muy audaz como ejemplo de estilo colonial mexicano, crea un rompimiento. Asimismo, la habilidad para darle un bicromatismo a cada personaje, o blanco o negro según cuenta su parte de la historia, confirma la personalidad experimental de Bustillo Oro, quien obtuvo un filme de avanzada al interior de una industria que estaba dando sus primeros pasos. El trazo firme de la dirección, a pesar de ciertos titubeos en el montaje, se nota de principio a fin, tanto en originales planos que atraviesan las rejas entre uno y otro departamento, como en el manejo de la dramaturgia, mesurada y simétrica, contando desde dos perspectivas la misma historia. Históricamente fue un camino que no transitó el cine mexicano. Con el paso del tiempo los aciertos de este filme se acentúan. Al igual que sus errores, por supuesto, pero esta contradicción es la que confirma su estatus de filme clásico.

Ficha artística: Víctor Urruchúa (Juan); Carlos Villatoro (Javier); Magda Haller (Anita); M. Beltrán de Heredia (Prior); Emma Roldán (Gertrudis), Alberto Miguel (monje), Manuel Noriega (monje 2), Manuel Bernaldez (monje 3), José Cortéz (médico).

Ficha técnica: Productora: Producciones Proa, S. A., México; Productor: Manuel San Vicente; Gerente de producción: José Manuel Cordero; Guion y adaptación: Juan Bustillo Oro, basado en la obra original de José Manuel Cordero; Fotografía: Agustín Jiménez (en blanco y negro); Edición: aparentemente Juan Bustillo Oro (sin crédito en pantalla); Música: Max Urban, con un tema, Romanza, de Raúl Lavista; Escenografía: Carlos Toussaint.

Estudios y laboratorios: Estudios México Films, de Jorge Stahl; Duración: 79 minutos; Estreno: Teatro Iris, Ciudad de México, 28 de noviembre de 1934.