Pionero del cine en nuestro país, Gabriel Veyre llega a tierra mexicana el 14 de julio de 1896, al lado del concesionario Claude Ferdinand Bon Bernard. La primera función cinematográfica se ofrece al presidente Porfirio Díaz en el Castillo de Chapultepec el 6 de agosto del mismo año. Ocho días después, se exhiben a la prensa y a los “grupos científicos” las vistas Llegada del tren, Jugadores de Ecarté, El regador, Muchacho y el Disgusto de niños. El 15 de agosto, primera exhibición de paga, el público general puede apreciar el espectáculo que ofrece el cinematógrafo.

El cine silente en México abarca un poco más de tres décadas (1986-1930), en las que predomina el documental que registra la Revolución Mexicana, la vida diaria en diversas regiones del país, cortometrajes llamados vistas y alrededor de 30 películas de ficción, esfuerzos particulares, hasta la exhibición de Santa de Antonio Moreno, primera película con sonido. En 1931 es contratado por la Compañía Nacional Productora de Películas, con otros técnicos y actores del cine hispano para la dirección de Santa, primera película con sonido óptico del cine mexicano, con gran éxito, producto de un despliegue extraordinario de recursos gracias al entusiasmo de audaces empresarios mexicanos como Juan de la Cruz Alarcón, Gustavo Sáenz de Sicilia, Carlos Noriega Hope, Rafael Ángel Frías y Eduardo de la Barra.

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