VEYRE, GABRIEL ANTOINE

Pionero del cine en nuestro país. Su infancia y adolescencia transcurren en la villa de L’Isère, cerca de Lyon. Gabriel Veyre termina en la Universidad de Lyon, la carrera Farmacéutica en 1895. Debido a la muerte de su padre en 1893, tiene que abandonar sus planes profesionales y trabajar para mantener a su familia. Conoce a los hermanos Lumière, inventores del cinematógrafo, quienes lo invitan a trabajar como operador para exportar el invento a distintas partes del mundo.

En 1896 realiza su primera misión para los Lumière en Bélgica, y medio año después filma las vistas de La coronación del Zar para el diario “Le Figaro”. Lo nombran director técnico encargado de llevar el cinematógrafo a América. Llega a tierra mexicana el 14 de julio de 1896, al lado del concesionario Claude Ferdinand Bon Bernard. La primera función cinematográfica se ofrece al presidente Porfirio Díaz en el Castillo de Chapultepec el 6 de agosto del mismo año. Ocho días después, se exhiben a la prensa y a los “grupos científicos” las vistas Llegada del tren, Jugadores de Ecarté, El regador, Muchacho y el Disgusto de niños.

El 16 de agosto, el público general puede apreciar el espectáculo que ofrece el cinematógrafo. Instalado en la capital, viaja a Guadalajara para filmar algunas vistas en la hacienda de Atequiza. Filma en México un total de 35 vistas y cortometrajes. Posteriormente Gabriel Veyre va a Veracruz y a principios de 1897 llega a Cuba.

Decide disolver la sociedad con Bon Bernard, quien continúa explotando el invento en nuestro país y que posteriormente vende a Ignacio Aguirre, para regresar a su natal Argentina. Veyre continúa su recorrido por América Latina hasta llegar a Venezuela y Colombia. Durante su estancia en Bogotá, y debido al poco éxito que tiene el cinematógrafo, vende sus aparatos para regresar a Francia. Llega a su tierra natal en diciembre de 1897 con la intención de ejercer su profesión y olvidarse del cine; en septiembre de 1898 se embarca hacia Canadá para filmar aspectos de Quebec y Vancouver.

Posteriormente viaja rumbo a Japón y la Indochina francesa, donde lo contratan para tomar 500 vistas que se exhiben en el pabellón de la Gran Exposición de fin de siglo celebrada en París. En 1900 Gabriel Veyre regresa a su ciudad natal, donde permanece poco tiempo, para trasladarse nuevamente a París y terminar el trabajo encargado por Indochina. Posteriormente se muda a Marruecos con el propósito de enseñar fotografía al sultán Abd-El-Aziz, país en el que transcurre la última parte de su vida, y en donde también funge como corresponsal para el periódico “L’Illustration”. Publica en 1905 el libro “Dans l’intimité du Sultan”. Parte de su obra es preservada en la Cinemateca francesa.

“…Desde ayer 15 de agosto trabajamos. Antier hemos dado nuestra primera función. Para esa tarde, dedicada a la prensa, invitamos a más de 1,500 personas; luego no sabíamos dónde ponerlas. Sus aplausos y bravos nos han hecho preveer un gran suceso. Cada uno gritaba ‘muy bonito’, las mujeres sobre todo aplaudían a ultranza. En suma, tarde de inauguración espléndida…”

(Gabriel Veyre representante de Lumière, cartas a su madre, “Carta de Gabriel Veyre a su madre, México, agosto 16 de 1896”, México, IMCINE, Comité para la Conmemoración de los Cien Años del Cine Mexicano, 1996, p. 42)