DAVISON, TITO (nombre verdadero, Óscar Herman Davison)

Director, guionista, asistente de dirección y periodista. Durante los años veinte colabora en diversas publicaciones argentinas y chilenas. En 1927 viaja junto con su paisano Carlos Borcosque a los Estados Unidos, donde se incorpora al cine como actor secundario en algunas cintas hispanas, como técnico segundo y continúa su carrera periodística. En 1933 emigra a Argentina, donde colabora como guionista y asistente de dirección e inicia su carrera como director con Murió el sargento Laprida/1937, a la que le siguen Las de Barranco/1938 y, en codirección con Enrique Amorim, Casi un sueño/1943. Tras una segunda y breve estancia en Estados Unidos, donde se desempeña como asesor de asuntos latinoamericanos para la Fox, en 1944 arriba a México contratado por el productor Alfonso Sánchez Tello para que adapte el argumento de La barraca/Roberto Gavaldón, faceta en la que continúa durante tres años más.

En 1947 retoma su carrera de realizador con La sin ventura, trayectoria en la que se acredita como uno de los mejores realizadores de melodramas, como lo demuestran Que Dios me perdone/1947, Medianoche/1948, Doña Diabla/1949, Cuando me vaya/1953, María/1971. Filmó dos películas para niños producidas por Carlos Amador: La edad de la inocencia/1962 en la que debuta la niña Lupita Vidal “Pelusa”, Marga López (Lisa) y la compañía italiana de títeres Piccoli de Podrecca; Cri Cri el grillito cantor/1963 protagonizada por Ignacio López Tarso (Francisco Gabilondo Soler), Marga López (Margarita), Lupita Vidal “Pelusa” (Chacha) sobre la biografía del compositor de canciones infantiles Cri Cri.

Lleva a la pantalla cinematográfica exitosas telenovelas El derecho de nacer/1966, adaptación de Edmundo Báez y Tito Davison sobre la novela homónima de Félix B. Caignet. La trama: María Elena es seducida por Alfredo de quien tiene un hijo, el padre de ésta no tolera la deshonra y quiere deshacerse del niño, pero es Mamá Dolores nana de María Elena quien se hace cargo de éste hasta que logra ser un médico, será el destino quien lo reúna tanto con su padre como el abuelo que lo despreció. Actúan: Julio Alemán, Eusebia Cosme, Aura Bautista, Fernando Soler, Maricruz Olivier, entre otros. Se filma en los estudios Churubusco, con locaciones en Veracruz y Cuautla. Se estrena el 8 de diciembre de 1966 en el cine Roble, se mantiene 22 semanas en cartelera. Le sigue Corazón Salvaje/1967, la telenovela peruana Natacha/1971, El amor tiene cara de mujer/1973, títulos en los que casi siempre cuenta con la colaboración de Edmundo Báez, Julio Alejandro y Jesús Cárdenas para la escritura del guion o del argumento. También incursiona en la comedia con buenos resultados: El baño de Afrodita/1949, Las tres alegres comadres/1952, La dulce enemiga/1956, Quiero ser artista/El cartero del barrio/1957 y La guerra es un buen negocio/Azogue/1982, su última película. Además de sus largometrajes, realiza el cortometraje Guelaguetza/1961, y filma cuatro cintas en su natal Chile: El burócrata y Más allá de Pipilco, en 1964, y El candidato González y Si yo fuera intendente, en 1965, además de las cuatro estelarizadas por el cómico Manolo González. Recibe los Arieles, en 1948, por Mejor Adaptación por Bel Ami/El buen mozo/Historia de un canalla/Antonio Momplet 1946, y en 1958 por Mejor Dirección de La dulce enemiga/1956. Su filmografía en México incluye 53 películas.

¿Cuáles serían los elementos que hacen que el melodrama sea un género de tanto éxito popular e internacional?

TD.- “En realidad son cosas pasionales, básicamente problemas de incomprensión. Los elementos que ocurren en la vida, odios…, en fin. Son tantos elementos, claro, jugaban en forma tal los personajes que graviten sobre ellos.”

¿La filosofía de usted es la de hacer películas bien hechas, entretenidas, que gusten y recuperen?

TD.- “Sí, la gente que va al cine busca una entretención [sic], que a veces es un sufrimiento cuando se trata de melodrama, pero no quiere ver la vida diaria, es penoso indudablemente, yo pienso en el gran estrato social con dificultades económicas, con problemas y una serie de circunstancias. Van al cine a ver lo mismo y aquí lo que interesa es que una persona que sale del cine le diga al otro: vi una película y está muy buena ¿por qué no la ves? Ésa es la mejor propaganda. Pero si uno ve el tipo de películas donde sufren mucho y se muestran cosas muy feas, no da gusto el ir a verla.”

(Los que hicieron nuestro cine, serie en video, entrevista por Alejandro Pelayo, UTEC)