Siendo adolescente escribe programas publicitarios de cine en su tierra natal. Se muda con su familia a la Ciudad de México en 1913. Su primera experiencia en producción es la redacción de los títulos e intertítulos de Tepeyac/José Manuel Ramos/Carlos E. González en 1917. Un año después, funda Metrópoli Film, en sociedad con Abel Montes de Oca, donde dirige la adaptación de María, del colombiano Jorge Isaacs, cuya recuperación en taquilla es menor de lo proyectado.
Abandona la realización y orienta su interés hacia el periodismo cinematográfico, sin dejar de colaborar como guionista en otros proyectos fílmicos como El caporal/1921, que codirige con Juan Canals de Homs y Miguel Contreras Torres; El Zarco/Los Plateados/José Manuel Ramos/Miguel Contreras Torres 1920, adaptación de la novela de Ignacio Manuel Altamirano, y Chucho el Roto/Gabriel Soria 1934.
En 1924 es empresario del Cine Iris de Tacuba y, más tarde, hace trabajos de publicidad para distintas distribuidoras de material extranjero hasta su fallecimiento, como, RKO, Metro Goldwyn Mayer, Warner Bros., Universal y UFA. Sus colaboraciones para la prensa escrita se publican en “Zig-Zag”, “El Universal Ilustrado”, “La Afición” y “Diversiones”. También escribe novela corta y teatro. Muere inesperadamente de una angina de pecho cuando caminaba de madrugada con un amigo.
“No sólo contribuía la ingenuidad del espectador a hacer más efectiva la acción de las películas precursoras del cine actual, sino que, además, el indicio de que podía llegar a constituirse una industria entre nosotros, era lo que ayudaba para que el público se mostrara más indulgente y más interesado.
Los editores de películas que iniciamos la industria en México, tuvimos un sinnúmero de dificultades para poder triunfar, y si acaso llegamos a triunfar aunque eso sí, parcialmente, se debió en parte al interés que el cine mexicano despertaba entre el público, que con frecuencia reía de los errores y de las tonterías acumuladas en la pantalla, pero su risa era indulgente y pagaba con gusto el estreno de cada cinta mexicana con el ánimo resuelto a coadyuvar al triunfo de los artistas nacionales.”
(El Universal Ilustrado, “La Cinematografía Nacional”, Rafael Bermúdez Zataraín, 03/1934, pp. 21)
El mismo Rafael Bermúdez Zataraín acepta con humildad lo desacertado de su trabajo como director en María/1918; además, el rodaje sufre varios contratiempos y un accidente de Gaspar Torres Ruiz, el protagonista, que obliga a suspender el rodaje durante 50 días. Según el cronista Epifanio Soto de la revista “Cine Mundial”, en El caporal/1921 se nota la mano de Bermúdez Zataraín en el primer y larguísimo beso de la cinta.
Como cronista de espectáculos, fue un promotor incansable e incondicional del cine mexicano e impulsor del “nacionalismo” cinematográfico; por eso, Jerónimo Coignard (Francisco Zamora), lo llamó “Águila policéfala”. Poseedor de varios estilos y de numerosos seudónimos como Fray Candil, David Wark, Conde de Mérida, Fradique Mendes y Alejo D’Aunsonio; mismos con los que publica en diferentes medios para confundir a los ingenuos “cinematófilos”.
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