OROL, JUAN (nombre verdadero, Juan Rogelio García García)

Actor, director, productor, guionista, editor, bailarín de tango. A los doce años, en 1905, debido a conflictos familiares, es enviado solo a Cuba a casa de unos parientes, a los que no contacta y decide embarcarse a Veracruz donde permanece seis años. En 1913 llega a la Ciudad de México, pero ante la escasez de trabajo, regresa a Cuba y comienza a desarrollar su gusto por el cine norteamericano que se acentúa cuando hace un viaje a Hollywood.

Su filmografía que incluye 46 películas, se torna autobiográfica a través de toda su obra, historias que se repiten en diversos personajes, combinación de realidad y fantasía. Actor estelar en las primeras décadas de su actividad como director, ya sea pistolero, gánster, boxeador, el hombre en busca de venganza, espía o el charro de arrabal, nada puede contra él, generalmente invencible, aunque no siempre, su único punto débil es la amante que lo traiciona, la bella y voluptuosa rumbera, papel que estelarizan sus musas.

A principios de los años treinta, cuando regresa a México, funda la empresa Aspa Films, productora de sus primeras películas. Produce y actúa en la cinta Sagrario/Ramón Peón 1933. Su debut en la realización en codirección con Ramón Peón: Mujeres sin alma/Venganza suprema/1934, largometraje del cual también es adaptador, productor y actor principal, es un tanto involuntario. Filmado en los estudios México Films, de acuerdo con Juan Orol, le va muy mal a la película y pierde todo el dinero invertido. Ante el fracaso en taquilla, reestructura el filme apoyado por el equipo técnico y bajo el mismo título la estrena en otro cine, con gran éxito. Drama en que un chofer es encarcelado, acusado injustamente de un robo por el patrón, amante de su esposa. Escapa de la cárcel y se venga de ellos. Protagonizada por Consuelo Moreno, acompañada de Alberto Martí, el mismo Juan Orol, Adela Sequeyro, Francisco Jambrina, Mercedes Moreno, Chel López y Eloísa Tubet entre otros. Con la fotografía de Alex Phillips.

Consuelo Moreno se convierte en la primera musa y esposa de Juan Orol, con el drama materno: Madre querida/1935, basada en la historia “Huérfanos del destino” de Julián Cisneros Tamayo, adaptación de Juan Orol y Guillermo Baqueriza, quien también se encarga de la fotografía. Historia de un niño pobre que vive con su madre, que enferma y muere al saber que su hijo es enviado al reformatorio por un incendio que no cometió; al salir, el niño conoce a su padre con quien empieza una nueva vida. Filmada a toda prisa para estrenarse el Día de las Madres, obtiene muy buena respuesta en taquilla y es objeto de una segunda versión en 1950. Aparecen como extras los niños Mario y Fernando Almada, así como José López Portillo, futuro presidente de México, filmada también en los estudios México Films.

Entre 1938 y 1945, trabaja el género del cabaret y gansteril, y luce a su segunda musa y también esposa María Antonieta Pons, a quien trae de La Habana y convierte en estrella fílmica, debutando en la producción cubana Siboney/1938, con Juan Orol, Luisa María Morales, Óscar Lombardo y Consuelo Sáinz. Un hacendado cubano libera a una joven esclava y la convierte en artista, poco después descubre que en realidad es hija de un marqués y se enamoran; él muere en una batalla por la independencia cubana. Filmada a principios de 1938 en varios lugares de Cuba, se estrena en México el 7 de agosto de 1942 en el cine Politeama.

Entre 1946 y1955 sus películas muestran la presencia ingenua y maliciosa de Rosa Carmina, tercera esposa del realizador, también cubana. En los Estudios Azteca y Cuba dirige El amor de mi bohío/1946, una coproducción México-Cuba, drama en el que Luis mata en un duelo a machetazos al pretendiente de su prima Rosa Inés, de quien está enamorado. Huye, mientras ella triunfa como vedette para después reencontrarse. Con las actuaciones de Yadira Jiménez, José Pulido, Carlos Badías, Juan Orol y Juan Pulido. En esta cinta, Juan Orol sustituye a Rosa Carmina por la costarricense Yadira Jiménez, también rumbera.

Su filme Gángsters contra charros/1947, (primera cinta de Rosa Carmina) se considera la película más representativa de su filmografía. Como alter ego, en los filmes de gánsteres, interpreta a Johnny Carmenta, personaje de traje siempre planchado -y blanco de preferencia-, bueno con los puños y generoso con las mujeres.

En La Habana, continúa con la dirección de Sandra/La mujer de fuego/1952, coproducción con Cuba, drama en el que una bailarina contrae matrimonio con un millonario, el cual tiene problemas de virilidad y ella despierta pasiones entre los trabajadores de su marido y se enamora de uno de ellos; con Rosa Carmina, Arturo Martínez, César del Campo y Manuel Arvide, entre otros, con la fotografía a cargo de Rosalío Solano. Continúa en la isla con La mesera del Café del Puerto/1954, filme en el que un compositor y cantante en ruinas es ayudado a triunfar por una mesera coja, ella se somete a una cirugía y él cree que ha muerto. Protagonizado por Elena Araujo y Julio Capote.

En 1950 realiza la serie “Percal” conformada por tres cintas: El infierno de los pobres, Perdición de mujeres y Hombres sin alma. En España dirige Secretaria peligrosa/1955 en la que la cantante Irma y el gánster Valentín y sus secuaces cometen un robo contra el patrón de ella, que es frustrado por un detective privado; con Rosa Carmina, Gustavo Rojo, Juan Orol y María Rivas, entre otros.

La etapa de la cubana Mary Esquivel, su cuarta esposa, se da entre 1955 y 1963. La primera película que hace para ella es El farol de la ventana/1955, coproducción México-Cuba, filmada en la isla, melodrama en el que Antonio, un joven forastero, se enamora de Marena, la hija de una mujer que cree que él es el hijo que le arrebató el mar; ante la llegada del verdadero hijo, Antonio y Marena podrán casarse. Dirige Thaimí, la hija del pescador/1958, última película filmada por Juan Orol en la isla, un drama en el que una joven mujer se convierte en una célebre cantante de la que dos hombres se disputan su amor. Con Mary Esquivel, Armando Calvo, Rubén Rojo, Fela Jar y Pedro Álvarez. Filmada a partir de abril de 1958 en Cuba, se estrena en México el 20 de abril de 1960 en los cines Nacional y Tlacopan. En Puerto Rico y Estados Unidos dirige El crimen de la hacienda/1963.

Entre 1964 y 1978 retoma sus personajes gansteriles en serie y da su peculiar versión del movimiento hippie y del chiliwestern. En esta etapa lo acompaña su nuevo amor, Dinorah Judith, con quien realiza sus últimas películas como director, ocho cintas entre 1964 y 1970, entre estas, Pasiones infernales/La hija del Sol/1966 una coproducción con Puerto Rico donde se lleva a cabo el rodaje, trama en que Cándido y Blanca, pareja de recién casados, llegan a la isla de Seuz a las fiestas del amor, entre prostitutas y pescadores de perlas. Marcia, una de las prostitutas, se interesa por Cándido, con quien terminará casándose. Con las actuaciones de Dinorah Judith, David Ortiz, Víctor Junco, Velda González, Víctor Santini y José de San Antón, entre otros. Se estrena el 16 de enero de 1969 en el Cine Orfeón, donde permanece tres semanas.

Dirige Contrabandistas del Caribe/1966 filmada en los Empire Studios de Miami, Estados Unidos. Historia de Joe Lucania (Juan Orol), un respetado y humanitario contrabandista que intercepta y roba cargamentos de drogas a una organización rival; en el casino donde le gusta jugar se reencuentra con la vedette Olga (Dinorah Judith) a quien salva años atrás cuando era niña; se registran varios muertos en una pugna entre Joe y sus rivales, por lo que Joe es encarcelado y Olga le promete que lo esperará. Y Antesala de la silla eléctrica, también filmada en Miami. Historia de Mario (Frank Moro) joven que se salva a último momento de morir en la silla eléctrica, cuando el teniente Tony Clarck (Juan Orol) descubre al verdadero asesino de Paul Diamond, productor de cine. Mario jura al teniente que es inocente y le pide visitar a Alicia (Dinorah Judith) quien se recupera en una clínica; flashback, Mario le cuenta que Diamond hizo actriz de cine y drogadicta a Alicia.

Termina su carrera como productor con la dirección de El fantástico mundo de los hippies/1970. El agente Frank (Eric del Castillo) se infiltra en el mundo de los hippies, bandas de las drogas, guiado por Eva (Dinorah Judith) para investigar la desaparición de la joven Sandy, quien es hallada muerta. Se filma en Miami y Nueva York en noviembre de 1970 y se estrena en México con clasificación C el 22 de junio de 1972 en 13 cines, entre ellos el Alameda, Colonial, Popotla, Corregidora, Santos Degollado, Fausto Vega y Emiliano Zapata, donde permanece tres semanas.

A los 86 años Juan Orol filma su última película como director: El tren de la muerte/1979, un western donde el pistolero Álvaro Cortés (Julio Alemán) llega a un pueblo dominado por tres bandidos a los que busca para vengar el asesinato de su familia, enfrentándose a cada uno de ellos. Complementan el reparto Arturo Martínez, Dinorah Judith, Jesús Gómez, Claudio Sorel, Víctor Manuel Mendoza y Patricia Rivera, entre otros.

Cierra su ciclo como actor en la pantalla grande en Ni modo… así somos/Arturo Martínez 1981, en la que hace un cameo de sí mismo, en una breve escena de menos de un minuto. Conocido como el rey del cine negro mexicano, Juan Orol muere víctima de diabetes en la pobreza, pensando que se había perdido toda su filmografía en el incendio de la Cineteca, en 1982.

La vida del director es llevada al cine por Sebastián del Amo, quien dirige el largometraje El fantástico mundo de Juan Orol/2012, interpretado por Roberto Sosa. Para la realización de esta cinta, Del Amo recopila información de Emilio García Riera, Jorge Alberto Lozoya, Carlos Monsiváis y del historiador Eduardo de la Vega, y hace entrevistas a gente que lo conoció.

“Siempre me ha gustado saber un poquito de todo. Si tenemos un buen director y un mal fotógrafo, éste arruina el trabajo de aquél y viceversa. Entre director y fotógrafo debe haber una relación estrecha, pues del acuerdo mutuo nace una buena película.

Esa necesidad mía de hacerla de actor, director y productor de cine, no puedo explicarla. Es algo así como la vocación natural de querer estar en todas partes. Tal vez haya estado equivocado, pero confiaba mucho en mí mismo, todo tenía que revisarlo personalmente, para que saliera mejor. ¿Pretensión mía? Quizá, pero sincera.”

(Cuadernos de la Cineteca Nacional, No. 2, pp. 27-39)