JAIME ALARID, FRANCISCO GUILLERMO

Productor, director, guionista y actor. Hijo menor de una familia de cinco hermanos, durante su niñez es el responsable de filmar, editar y titular los eventos familiares con una cámara Súper 8mm. Estudia Derecho en la UNAM y se especializa en Derecho Civil. Ocupa la dirección jurídica de Películas Mexicanas, responsabilizándose de los trámites legales internacionales. Tras el cierre de la empresa es invitado a participar en la producción ejecutiva de distintas películas. Estudia un diplomado en dirección y guionismo en la Universidad de San Diego.

Al terminar el curso, Guillermo Jaime Alarid vuelve a México y filma El Amarrador/1988 (16mm) con mucho éxito en el norte de la República Mexicana y el sur de Estados Unidos, con el que se convierte en uno de los pioneros del llamado videohome, en cuyo formato ha realizado más de 130 títulos, de los que destacan los realizados en colaboración con Mario y Fernando Almada, Julián Pastor y Antonio Raxel.

En 1995 realiza su primer largometraje en 35mm, Pasiones de fuego, y posteriormente se reintegra a la industria del videohome. Sin embargo, sus videos más exitosos los transfiere a 35mm para su exhibición en salas cinematográficas, regularmente, del norte de México, el sur de Estados Unidos y algunos países de Centro y Sudamérica. Este proceso lo inicia a partir de El Amarrador 3/1996 y lo repite en nueve ocasiones más.

En 1997 dirige la telenovela “Salud, dinero y amor” una producción de Televisa.

Guillermo Jaime Alarid escribe y dirige Orquídea sangrienta/2001, protagonizada por Lorena Herrera y Harry Geithner, con la actuación especial de José Antonio Ríos Granados, edil de Tultitlán, Estado de México. Historia en la que una banda de criminales, dirigida por una bella mujer, secuestra al hijo de un alcalde municipal.

Es productor de 40 cintas, entre ellas Seducción sangrienta/Aldo Monti 1990 y La furia de un gallero/Roberto Castillo 1992, que también escribe.

GJA.- Yo hice el primer filme en 1988, con un presupuesto muy bajo, consiguiendo todo, consiguiendo cosas de Estados Unidos, consiguiendo material de allá y a mí me tocó estar en una fiesta de Los Ángeles, en una feria americana… Homestead, ví cómo se filmaba, cómo se hacía y a mí me encantó la idea. He sido director, pero de empresa, contrato gente que me resuelve el problema, no quiero resolverlo yo. Soy el director de la película, pero contrato un asistente que me resuelva la película; contrato un fotógrafo que me resuelva la fotografía; un sonidista.

La dirección técnica la manejo, manejamos los ejes, la posición de cámara, pero a mí me gusta más bien la dirección de actores; es lo que creo que falla mucho en el cine mexicano. Yo quería ser actor y soy malísimo. Entonces sé lo que es un actor malo y, bueno, es más o menos lo que me gusta, manejar actores, es la idea. Siempre es así. Por lo regular hacemos el tema que queremos, que nos gusta. Rara vez hacemos algo que sea muy forzado.

(Diccionario de Directores del Cine Mexicano, Omar Hebert, 21/09/1999)