Director de televisión, teatro, cine y ópera. Ingresa a la carrera de Administración de Empresas y después a Psicología, las cuales hace a un lado para estudiar Comunicación en la Universidad Iberoamericana, donde las áreas que más le atraen son la televisión y el cine, aunque el teatro es su favorito. El primer trabajo profesional que realiza Benjamín Cann es para el Instituto del Consumidor, en el que dirige documentales y programas como: “Una Canasta Llena de…”, dirigidos a amas de casa. En el CONACURT continúa como guionista y director de documentales culturales, entre los que destacan: Alberto Moravia, Algunas Áfricas, El primer vuelo del Concord a México producido por Canal 13; Antes más antes, muy antes… sobre un pueblo en la sierra oaxaqueña antes de la llegada de la televisión, el cual retoma diez años después cuando la televisión llega al mismo pueblo en Antes todavía, pero más después. Invitado por Carmen Millán, entonces directora de Canal 13, produce y, eventualmente, dirige los teleteatros “Los Lunes…Teatro” y “Canasta de cuentos” durante 1979 y 1980.
Armando Cuspinera le produce su primera obra de teatro, “Una vida en el teatro”, de David Mamet. La relación entre ambos continúa en la producción de programas televisivos, medio en el que realiza “Los Trabucles”, cápsulas orientadas a motivar el pensamiento en los niños. En el teatro destacan entre sus direcciones en “Una pareja abierta, muy abierta”, de Dario Fo; “Enemigo de clase”, de Nigel Williams; “Muertos de la risa soplando velas en el infierno”, de Christopher Durango y “Rita, Julia”, de su propia autoría.
La obra “Los bosques”, de Mamet, inspira el primer largometraje de Benjamín Cann, al que titula como el poema de Jaime Sabines, Yo no lo sé de cierto. Lo supongo…/1981, el cual se convierte en el espíritu del guion de su autoría. La historia, una producción independiente de la que también es editor, estelarizada por Diana Bracho y Manuel Ojeda narra el desarrollo emocional de la convivencia de una pareja, durante algunos días, en una cabaña en la sierra, totalmente solos.
En 1984 escribe, dirige y produce De muerte natural, cinta filmada en 16 mm, basada en un caso que descubre en el diario “Excélsior” sobre un panadero asesinado por cuatro mujeres. Trama en la que a raíz de un reclamo que hacen varias mujeres, entre ellas Jovita (Ana Ofelia Murguía) al encargado de una panadería por el reciente aumento del pan, surge una trifulca en la que una de ellas (Adriana Roel) lo mata a golpes con una botella. Esconden el cadáver, cierran el local y comen durante un par de horas toda variedad de biscochos y pasteles. De aquí se derivan intercalados una serie de flash backs, que retratan la situación de algunos de los habitantes que viven en la céntrica vecindad de Jovita. El filme nunca se transfiere a 35 mm por falta de recursos económicos y es distribuido en video con el título de Las asesinas del panadero. En 1995 se exhibe en la Cineteca Nacional durante once días, exactamente once años después de su producción. Figuran en el extenso reparto: Angélica Aragón, María Rojo, Salvador Sánchez, Diana Bracho, Mario Casillas, Roberto Sosa y Alejandro Bracho, entre otros.
Entre los trabajos que dirige Benjamín Cann en televisión destacan las telenovelas: “El pecado de Oyuki”, “Morir para vivir”, “Pueblo chico, infierno grande” y “Dkda”. Escribe el guion de la película La primera noche/Alejandro Gamboa 1997. En el género ópera dirige: “Don Giovanni”, “Madama Butterfly”, “Las bodas de Fígaro”, “Cosí fan tutte” y “Wozzeck”. También colabora con Arturo Ripstein en la puesta en escena de la ópera “Salomé”.
Regresa al cine 15 años después con Crónica de un desayuno/2000, primer acto de una obra de teatro de Jesús González Dávila. La trama aborda un núcleo familiar, en que el padre (José Alonso) los abandona para buscar suerte en el norte, y fortuitamente después de ocho años de silencio y ausencia, una noche regresa al departamento que habitan, y a la mañana siguiente se encuentra con una familia llena de miedos, desorientación, problemas y penurias, en la que que cada individuo tiene sus propias ideas, y su propia atmósfera rodeada de fetichismos que llenan la soledad y falta de comunicación.
Benjamín Cann utiliza todas las herramientas a su disposición para crear interesantes estados de ánimo y contrastes visuales sin llegar a romper ese cerrado ambiente creado, que le da la escencia a cada uno de los personajes. La película que cuenta con la fotografía de Serguei Saldívar Tanaka, aborda historias paralelas que envuelven a todo el vecindario. Encabezan el reparto: José Alonso, María Rojo, Bruno Bichir (también productor) y Fabiana Perzabal.
El filme se estrena en la XV Muestra de Cine de Guadalajara 2000, donde gana el premio a la Mejor Dirección, es nominado en nueve categorías en la XLIII entrega del Ariel 2001, en la que obtiene los premios por Mejor Coactuación Masculina (José Alonso) y Guion Adaptado (Sergio Schmucler). En el marco de la Berlinale 2001 participa en el Foro Internacional del Nuevo Cine, en el que recibe el Caligari Film Award a la Mejor Dirección, mismo año en que es galardonada en el Chamizal Independent Film Festival como la Mejor Película.
Dedica las dos décadas siguientes a proyectos televisivos, combinando la dirección de telenovelas, series y programas especiales. También mantiene su actividad teatral, siendo sus trabajos más recientes las obras “Barataria: Estado de México”, farsa que retoma la imaginaria provincia gobernada por Sancho Panza en “El Quijote de la Mancha”; y “El autor”, obra del dramaturgo inglés Tim Crouch adaptada al fenómeno del narcotráfico en México.
Benjamín Cann prepara en 2020 su regreso al cine con dos proyectos, un guion muy personal y otro que coescribe con Alfonso Cárcamo.
En relación a tu trabajo, el cual abarca cine, teatro y tv, ¿cómo te ubicas, cuál es tu oficio?
BC.- Mi oficio es la dirección de actores, lo que yo creo que es mi oficio, ésa es la parte que a mí me apasiona, inventar vidas ajenas con actores, eso intento hacer en el cine, en el teatro, en la televisión, en la ópera y hasta en cabaret, donde sea, ése es mi oficio.
Después de De muerte natural, ¿por qué te toma 15 años regresar al cine?
BC.- Primero el tener una película en mi ropero, las latas y el negativo y la copia compuesta y la idea de que era un esfuerzo inútil. En ese transcurso escribí 21 guiones que están en el cajón. Siempre con la idea de que se volvía fascinante escribirlos, contarlos y luego saber que era imposible filmarlos. Este guion de Crónica de un desayuno me animé a hacerlo porque originalmente quería hacer una obra de teatro con María Rojo, que era de Jesús González Dávila, no la pudimos levantar, y María me dio a leer un texto, también de Jesús, y un día después, Bruno Bichir llegó a mi casa y me dijo: “mira lo que me encontré, es un texto padrísimo”, y era el mismo. Entonces les dije a ambos: “me gusta esto porque me hace sentir que con este texto podemos contar una historia que tiene que ver más que con esos personajes, con nosotros mismos”. Empecé a trabajar un guion, tuve un primer guion muy pronto y como siempre, como los otros 20, ahí lo guardé. Luego apareció esta campaña de apoyo a los guiones de foprocine. Bruno lo metió, no me consultó, y un día abro el “Reforma” y veo que teníamos un premio de 60 mil pesos. Todavía nos tomó dos años más levantar el proyecto. Algo me dijo que el guion tenía posibilidades, tenía muchas ganas de contarlo, y de alguna manera, ese primer apoyo me hizo pensar que sí era factible levantarlo.
(Diccionario de Directores del Cine Mexicano, Perla Ciuk, 14/03/2000)
Sobrino-nieto de un actor patiño de “Resortes”, a los nueve años asiste al Teatro Blanquita con su tío-abuelo a ver el show del cómico, experiencia que lo fascina; allí también conoce a María Victoria y a José Alfredo Jiménez, entre otros. Estudia primaria, secundaria y preparatoria en el Colegio Israelita de México. En 1968, por lioso, es expulsado de la preparatoria, año en que termina en la Prepa 4, donde participa en obras teatrales. Su inclinación por entender vidas ajenas lo lleva a estudiar psicología durante cinco semestres, ya que en ese entonces desconocía la existencia del CUT.
De muerte natural/Las asesinas del panadero 1984, su ópera prima, basada originalmente en entrevistas que realiza con la posibilidad de un documental, se transfoma en ficción bajo un guion propio, proyecto al que es negado el financiamiento oficial. Es así que vende su automovil, invierte sus ahorros y con el apoyo de amigos, de la Universidad Iberoamericana y de los actores y equipo técnico con los que crea una cooperativa se produce la película.
Crónica de un desayuno le lleva 15 tratamientos y llega al definitivo dos días antes de filmar. Como director escénico, sus etapas de ensayo son largas. Le atrae la posibilidad de adentrarse en la vida de los personajes, no de los hechos épicos, por lo tanto, prefiere el cine de corte íntimo. Utiliza la cámara al hombro ya que así proyecta “la sensación de fisgón”; el teatro agrega herramientas a su trabajo cinematográfico, como la luz arbitraria y el color que crea atmósferas.
Considera a Tarkovsky como el gran poeta del cine, admira y analiza con detalle el trabajo de Bergman, Fellini y Kieslowski. Felipe Cazals le parece un gran director en cuanto a lo formal, los temas de Arturo Ripstein le son sumamente atractivos; y de Jorge Fons admira su inteligencia al dirigir sin ninguna otra pretensión más que la de narrar.
La cercanía profesional con Julio Castillo y Alejandro Luna en el teatro, lo lleva a la reflexión sobre el mismo problema para encontrar la salida que más le gusta, no la más rápida.
¡Benjamín Cann es un mexicano chingón y forjador de grandes actores! (Sale el Sol)
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Benjamín Cann: “Las telenovelas tienen que cambiar con la realidad del país” (Las Estrellas)
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Adiós a los mártires del cine (La Jornada)
Por Luis Tovar
https://www.jornada.com.mx/2001/02/11/sem-cann.html
Es momento de reinventar la telenovela. Hay que reinventarla sin miedo, con creatividad (Revista Pantalla)
Por José Antonio Fernández Fernández
http://www.revistapantalla.com/telemundo/entrevistas/?id_nota=18270
Making of de “Crónica de un desayuno”
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