Director de cine, escritor. Estudia la primaria en el Colegio Marista Franco Inglés. A los 12 años sus padres lo envían a Inglaterra, e ingresa como alumno interno en el Oratory School, donde permanece hasta los 20 años. Durante un juego de polo, tiene un accidente y se lastima la columna vertebral, la recuperación lo mantiene hospitalizado en París durante un año. Regresa a México a mediados de los treinta y se dedica a la administración de los ranchos de algodón de su familia en La Laguna, Torreón, Coahuila.
Conoce al productor Francisco de Paula Cabrera, quien lo inicia en el cine como su asistente en la cinta Refugiados en Madrid/Alejandro Galindo 1938. En La noche de los mayas/Chano Urueta 1939, se encarga de la supervisión artística. El presidente Lázaro Cárdenas expropia los plantíos familiares, lo que lo aleja de la industria cinematográfica durante varios años.
Estudia arte dramático con el maestro Seki Sano y dirige la obra teatral “La paloma”, del dramaturgo francés Jean Anouilh (1953). Se dedica a la literatura escribiendo una novela corta titulada “Fin…” (1954), que él mismo define “como una forma de soltar la mano y recobrar el idioma”; escribe un libro sobre sus vivencias, “En presencia de nadie” (1964); el libro de relatos “El cuerpo y el delito” (1966), “La imagen oculta” (1987) y “Botafumeiro” (1994), obra de ensayos y recuerdos.
Se reincorpora a la actividad fílmica con el cortometraje Perfecto Luna/1959, filmada en color para ser enviada al Festival Internacional de Cine de Cannes. Desafortunadamente, un malogrado proceso de laboratorio produce una copia defectuosa y, más tarde, se pierde en el incendio de la Cineteca Nacional. Realizado sobre un relato de Elena Garro y con la participación de indígenas del estado de Morelos, Archibaldo Burns intenta una aproximación “poética” para descubrir en qué consiste la falsificación “indiofernandezca”; es decir, la percepción folclórica, mistificadora y estetizante sobre el mundo indígena en el cine de Emilio Fernández y en la fotografía de Gabriel Figueroa, fenómeno que considera se ha multiplicado a lo largo de los años. Su plan era filmar otros dos cortos para completar un largometraje. Además de la producción, Antonio Reynoso se hace cargo de la fotografía con la ayuda de Rafael Corkidi.
En 1967 filma en formato de 16 mm Un agujero en la niebla/A Hole in the Fog, corto experimental de un minuto y treinta segundos que recibe el premio al Mejor Cortometraje otorgado por el Instituto Goethe en México y el premio al mejor corto en el Festival de Oberhausen, Alemania. Cuenta con la fotografía de Rafael Corkidi y narra la historia de un par de personas de traje y corbata que caminan por una carretera, mientras llantas de automóvil ruedan a su lado; en determinado momento, cada uno sigue un camino diferente.
Debuta como director en el largometraje independiente Juego de mentiras/La venganza de la criada, basada en el cuento “El árbol”, de Elena Garro, guion y adaptación de Archibaldo Burns. La trama: Marta (Natalia Kiki Herrera Calles), mujer de clase acomodada, recibe la visita de Luisa (Irene Martínez Cadena), una antigua sirvienta suya, quien llega con señales de haber sido golpeada. Luisa le confiesa a Marta que es maltratada por su marido y en una larga confidencia, le cuenta la desgraciada historia de su vida. Marta, apiadándose de ella, le da cobijo, no sin antes hacerle ver su superioridad mediante la humillación. Sin embargo, Luisa esconde otra intención, lo que provoca un cambio gradual en las relaciones entre las dos protagonistas, pasando de la sumisión al poder en el transcurso de una venganza. La indiferencia y soberbia de Marta se tornarán en su contra, ante el embate de un plan creado por el rencor reprimido de un ser subvalorado y discriminado. Cinta con una atmósfera de temor y de asedio, aborda la permanente, cotidiana y beligerante colisión entre las contrastantes cosmovisiones del mundo moderno y del mundo de los marginados, así como los conflictos de clase, de raza y de poder que se presentan entre una patrona opulenta y condescendiente y su antigua empleada doméstica, de origen indo-mestizo, con enconos atávicos, recién salida de la prisión y que manifiesta de manera catártica e ilusoria los anhelos de una reprimida rebeldía. Completan el reparto: Michel Clemente Jacques, Magdalena Gallardo, Cipriano Jiménez, Juan Carvajal, José Luis González de León y Rafael Alcérreca.
Producción de Cinematográfica Astro, productor ejecutivo Archibaldo Burns. Con fotografía de Milosz Trnka (blanco y negro), edición Ramón Aupart, sonido José Luis Urquieta, música Manuel Enríquez. Se filma en los estudios América, con locaciones en el Distrito Federal y Estado de México. Ganadora del tercer lugar en el II Concurso de Cine Experimental (1967) en México. La cinta, injustamente relegada, se estrena con el título La venganza de la criada en cines de barrio (Colonial, Popotla, Bahía, Titán y Soledad) hasta el año de 1972.
También, de manera independiente realiza su segunda película, Juan Pérez Jolote/1973, basada en la obra del antropólogo Ricardo Pozas (1948), que relata la vida de un tzotzil de la región chamula del estado de Chiapas. Interpretada por el profesor del Instituto Nacional Indigenista Claudio Coheto y hablada en tzotzil, con subtítulos en español. La película, filmada en 16 mm y ampliada a 35 mm, ganó el premio del Instituto de Cultura Hispánica, del Festival Internacional de Cine de San Sebastián, España, en 1975, y además, fue postulada para el premio Globo de Oro que concede la Asociación de la Prensa Extranjera de Hollywood.
Sus siguientes dos y últimas películas, filmadas de manera regular dentro de la industria, son también las menos logradas, aunque ambas responden a sus muy personales inquietudes. El reventón/1975, su primer largometraje industrial, basado en la noveleta de Jesús Camacho Morelos “Cuando los perros viajan a Cuernavaca” (1967), con la fotografía de Antonio Ruiz y música de Gato Barbieri, interpretada por Ana Luisa Peluffo, Juan David [Burns] y Fernando Balzaretti, es un melodrama moralista en el que Archibaldo Burns, preocupado por la juventud del momento, relata de manera fallida y confusa el mundo destrampado de jóvenes ricos, maleducados, ociosos, degenerados e inmorales, cuya vida parasitaria, plena de mota, alcohol y sexo, incluye jornadas orgiásticas en el hotel Casino de la Selva de Cuernavaca y un autosecuestro para expoliar el dinero, de sus padres, etc. Plena de situaciones fuertes y de desnudos femeninos, se estrena con buen éxito de público en 1977, a pesar de que sufrió diversas mutilaciones.
Con Oficio de tinieblas/1978, Archibaldo Burns traslada algunos hechos y situaciones de siglos anteriores, que forman parte de la novela homónima de Rosario Castellanos, al sexenio cardenista (1934-1940), en la entonces llamada Ciudad Real (San Cristóbal de las Las Casas, Chiapas) para dar cuenta del racismo y de los conflictos de todo tipo entre los “coletos” (blancos y mestizos locales) y los “extranjeros” (blancos o mestizos de fuera), y de éstos con los indígenas tzotziles y chamulas, víctimas de la explotación, todo en el marco de la reforma agraria decretada por el gobierno del general Lázaro Cárdenas, que afecta a los ricos terratenientes. Protagonizan la historia, abundante en personajes y situaciones, Enrique Lizalde, Julissa y Manuel Ojeda, entre otros muchos.
Tras su muerte, el 24 de enero de 2011, a los 96 años de edad, a causa del cáncer, varios cineastas y amigos expresan su interés por mantener su memoria viva con su obra restaurada y una versión no censurada de El reventón.
AB.- Oficio de tinieblas, la tuve que hacer en planos secuencias para que no me la mutilaran, incluso a mitad de la filmación en Chiapas, me mandaron llamar para que explicara por qué estaba filmando así. Sin embargo, cinematográficamente no me funcionó el plano secuencia como yo quería… El reventón dejó una millonada, fue tomada como una película frívola, yo no creo que sea frívola, es más bien una crítica a la juventud desencantada.
(Diccionario de Directores del Cine Mexicano, Perla Ciuk, 24/11/1999)
Hijo de Archibaldo Burns Moreno y de Carmen Luján Zuloaga, próspera y acaudalada familia porfiriana ligada a la política, el comercio y la explotación de tierras algodoneras en la Comarca Lagunera, de los estados de Coahuila y Durango, en el norte de México. El matrimonio se disuelve en 1933.
Archibaldo Burns pasó su infancia en la casa que sus padres edifican en 1915, en el Paseo de la Reforma 133, esquina con la calle de Río Mississipi. La mansión, de estilo afrancesado, se construyó bajo la dirección del ingeniero Manuel Luis Stampa y tiene una relación significativa con la cinematografía mexicana. La residencia se convierte en la locación de Refugiados en Madrid/Alejandro Galindo 1938. Después del rodaje, ahí se alojó la embajada de Japón hasta 1942 y, después, hacia 1947, fue adquirida por la familia de Rogelio Domenge. La edificación sería derruida en 1959 y el predio ocupado desde 1962 por el Cine Diana, ahora Cinépolis Diana. En su adolescencia asiste al teatro en Londres donde ve a John Gielgud en escena, experiencia que le despierta el gusto por las artes.
En 1948 se casa en primeras nupcias con la pintora Lucinda Urrusti, entonces joven refugiada española que arriba a México en 1939. Fruto de seis años de matrimonio fueron dos hijos: Juan David, el mayor, productor de telenovelas y Joaquín, quien murió. De su segundo matrimonio, son Edwina y el fotógrafo y director de cine Adrián. Tuvo un breve romance con la actriz Dolores del Río, después de su ruptura con el realizador estadounidense Orson Welles. Archibaldo Burns calificó esa relación de dos años como “un amor artificial”, que terminó abruptamente cuando la actriz se molesta con el futuro realizador que le solicita actuar de manera menos enfática para un proyecto fílmico que no se concretó. También mantuvo una prolongada relación con la escritora Elena Garro. Sus restos fueron velados en el Panteón Francés de San Joaquín.
Elena Poniatowska escribe “Paseo de la Reforma” (2009) inspirada en la relación que mantuvieron Elena Garro y Archibaldo Burns. La noche de las flores/Adrián Burns 2009 es un homenaje del realizador a su padre, Archibaldo, quien la había planeado en los años sesenta para que la interpretara Dolores del Río. Finalmente ella no se atrevió y el guion estuvo guardado casi medio siglo. Presentada en el 27 Festival Internacional de Cine de Guadalajara, de 2012, la historia hace referencia a las complicaciones que surgen en una familia de valores tradicionales cuando una joven (Jimena Guerra) se enamora de su madrastra (Diana Bracho).
Es admirador de Ingmar Bergman, Michelangelo Antonioni, Federico Fellini y de la gran libertad poética que Pier Paolo Pasolini despliega en su trabajo. Considera que la etapa más honesta del cine mexicano es aquella en la que el ministro de Hacienda Alberto J. Pani financia los Estudios CLASA. Fernando de Fuentes le parece auténtico en su estilo en el que sobresale Vámonos con Pancho Villa/1935.
Su novela “Botafumeiro”, que sintetiza sus historias y obsesiones, dedica uno de sus capítulos a hacer la crónica de la accidentada y peligrosa filmación de Juan Pérez Jolote. Escribe el ensayo “Pedro Páramo o la unción y la gallina” que forma parte de la recopilación crítica de Leonardo Carrizales, “Juan Rulfo, los caminos de la fama pública. Juan Rulfo ante la crítica literario-periodística de México. Una antología”, editada por el Fondo de Cultura Económica, en 1998.
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