WESTPHAL, LEONARDO

Escenógrafo, director. Debuta en la industria cinematográfica nacional como escenógrafo en el largometraje Sobre las olas/Miguel Zacarías 1932. Es llamado por la casa productora Mex-Film para que se integre al equipo de trabajo de la película Corazón bandolero/Raphael J. Sevilla 1934, donde participa en la elaboración del guion, la producción y la dirección de arte.

Realiza su único trabajo como director con la cinta de aventuras decimonónicas Los bandidos de Río Frío, sobre la novela homónima de Manuel Payno, con Victoria Blanco, Víctor Manuel Mendoza y Alberto Martí. De la extensa novela de Payno la historia de la película gira en torno a Juan Robreño (Víctor Manuel Mendoza), hijo del administrador de la hacienda del conde de Sauz, graduado capitán de caballería y las circunstancias que lo convierten en bandido; además de la historia de amor frustrado entre éste y Mariana (Victoria Blanco) hija del conde que se opone a la unión de ambos.

Cinta producida por Grandes Films Mundiales, Pedro Cesirola y José J. Reynoso, se filma en los estudios CLASA y tiene locaciones en Xochimilco. Se estrena el 9 de agosto de 1938 en el cine Regis. Enfrentado Leonardo Westphal a las responsabilidades de la dirección fílmica, el novel realizador muestra un total desconcierto apoyado por la incongruente adaptación preparada por Alfonso Patiño Gómez. Después de esta experiencia tan definitiva, el escenógrafo abandona toda actividad relacionada con la industria cinematográfica.

“La mediocridad de los filmes extranjeros, exhibidos en México durante las últimas semanas, se ha acusado definitivamente en esta última. Se diría que este hecho ofrece a la producción nacional una oportunidad impagable de convertirse en una atracción mayor para los públicos. Pero tampoco ha sido así. Los bandidos de Río Frío que, en manos de un adaptador hábil, pudo convertirse en un medio adecuado para atraer y cautivar a un público numeroso, fue una decepción para quienes esperábamos una síntesis cinematográfica de los novelescos episodios de la obra de Manuel Payno. Subrayar la mediocridad y la frecuente falta de sentido del desarrollo; la impericia de la dirección y el consecuente mediano juego de los actores se hace necesario, para bien de la cinematografía mexicana, que debe evitar el hecho de estar naciendo todos los días. A la vista de Los bandidos de Río Frío se piensa que los realizadores mexicanos no han sacado partido de anteriores experiencias. Por el contrario, el filme basado en la novela de Payno, parece ser una de las primeras muestras titubeantes de la cinematografía nacional.

¿El director de este film (Leonardo Westphal) hace sus primeras armas en el difícil arte de conducir y objetivar la acción? Lo cierto es que su labor está muy lejos de venir a enriquecer la cinematografía nacional…”

(Hoy, “Los bandidos de Río Frío”, Xavier Villaurrutia, No. 78, 20/08/1938, pp. 61, en Crítica cinematográfica, Xavier Villaurrutia, pp. 261)