HARO Y VELÁZQUEZ DE LA CADENA, FELIPE DE JESÚS

Director, escritor y actor. Miembro de una aristocrática familia porfirista; a pesar de la oposición familiar, funda en 1892, con su hermano Manuel, el Club Dramático Mexicano, formado por entusiastas del arte escénico. En 1902 ambos son contratados por la compañía teatral de Virginia Fábregas. En 1904, Felipe de Jesús Haro se separa para formar su propia compañía. Hacia 1906 es empresario del Teatro-Carpa Las Mil y Una Noches. A principios de ese mismo año, como empresario del Salón La Boite, ofrece los jueves funciones combinadas de teatro de títeres y de cine para el público infantil que, más tarde, generaliza ofreciendo, además de las funciones de cinematógrafo, espectáculos de cuentos para niños a cargo de una Compañía Infantil de Cuentos Animados. De acuerdo con los empresarios del circo-teatro Orrín, por un tiempo ofrece también funciones dominicales. Después de marzo de 1907 se pierde toda información sobre La Boite.

De entonces datan las vistas documentales Pelea de gallos en Guanajuato, Paseo de León, Guanajuato y Calle de la Profesa, México, que se le atribuyen y que son exhibidas por su compañía en marzo y abril de ese mismo año de 1906.

Entre julio y agosto de 1907 dirige dos breves cintas de argumento para The American Amusement Co., Lillo, García y Cía.: Aventuras de Tip Top en Chapultepec, actuada por el cómico “Tip Top”, el mismo Felipe de Jesús Haro y Pedro Vera, y El Grito de Dolores o sea La Independencia de México, corto de siete cuadros y una longitud de 280 metros, escrito, dirigido y actuado por Felipe de Jesús Haro como el cura Hidalgo. De acuerdo con el argumento original, en los primeros 6 cuadros se recrean los principales incidentes relacionados con el Grito: el descubrimiento de la conspiración de Querétaro; el encierro de la Corregidora, Josefa Ortiz de Domínguez; el aviso del alcalde Ignacio Pérez previniendo al resto de los conspiradores: Ignacio Allende, Aldama y al padre Miguel Hidalgo; la decisión del cura de iniciar la insurrección, el Grito en la parroquia del pueblo de Dolores, Guanajuato y la marcha de los insurgentes al frente de una creciente y entusiasta multitud que enfila hacia su destino, teniendo como estandarte un pendón con la Virgen de Guadalupe.

La película culmina con una apoteosis alegórica donde once años después, el 27 de septiembre de 1821, don Miguel Hidalgo despoja a la Patria Mexicana de sus últimas cadenas y ésta se apoya en la mano del prócer para dar sus primeros pasos hacia su libertad plena. Este ejercicio de carácter histórico patriótico aparentemente fue fotografiado por los hermanos Alva. La película fue concebida con diálogos para ser recitados por actores colocados detrás de la pantalla. Queda un fragmento de dos minutos en el largometraje de montaje documental Memorias de un mexicano/Carmen Toscano 1950. En su momento, la prensa es muy severa con la cinta, a la que considera una falta de respeto a nuestros héroes y cuestiona, sobre todo, sus anacronismos y su falta de apego a la verdad histórica.

En 1916, Felipe de Jesús Haro gana un concurso de argumentos promovido por la México Lux, nueva empresa productora presidida por Max Chauvet, que financia el rodaje de Fatal orgullo. Sin embargo, por diferencias con los socios fundadores queda inconclusa cuando ya se llevaban filmados más de 6 o 7 mil pies de película. La cinta, que interpretan Manuel de la Bandera, Gilda Chávarri, Consuelo Cabrera y alumnos de la academia de cine de de la Bandera, permite el debut de Ezequiel Carrasco como camarógrafo de cine.

Después de esta experiencia, Felipe de Jesús Haro abandona la producción cinematográfica.

“…el estreno de El Grito de Dolores se hizo en nuestra ciudad natal con interés enorme, improvisándose el cine en la vieja plaza de gallos en la calle de Teresa, de la ciudad de Durango. Entonces era costumbre emplear la manta de proyección por ambos lados, y los espectadores tenían que escoger a diferencia de precio, ver los títulos al derecho o al revés. El Grito de Dolores, fue también, una de las primeras películas ‘habladas’ que vimos en México. Era costumbre que en determinados cines, se escucharan voces humanas que intentaban traducir los gestos y los movimientos de boca de los artistas; y ello fue que una película de tal clase no pueda borrarse tan fácilmente de la memoria de todos aquellos que la vimos con esa curiosidad que implica lo nuevo.”

(El Ilustrado, “La cinematografía en México”, Rafael Bermúdez Zataraín, no. 872, 25/01/1934, p. 36, en Archivo de Esperanza Vázquez Bernal y Federico Dávalos Orozco)

“Tuvimos oportunidad de presenciar la proyección de algunas escenas de la película Fatal orgullo que se está impresionando en esta ciudad. Aplaudimos desde luego la labor por ser de mexicanos que aspiran a crear en la patria un arte tan desarrollado ya en todo el mundo civilizado (…), pero con honradez y sinceridad indicaremos los defectos que notamos en dicha proyección para que los actores y operadores los corrijan, ya que se trata del primer ensayo de cinematografía mexicana. Se nos aseguró que algunas soluciones de continuidad en los movimientos, que resultan muy defectuosos, se debe a que los ‘chasis’ del aparato sólo contienen treinta metros de película y hay que suspender la acción a cada momento para cambiarla, nos dijeron que toda la film [sic] está virada o entintada y este detalle pasa inadvertido con excepción de una hermosa vista de sol poniente y un efecto de luna.”

(El Universal, “Película mexicana”, 07/02/1917, en Notas para la historia del cine en México, Helena Almoina, p. 97)