Director de cine y teatro, guionista y editor. Hijo de un arquitecto judío y de madre eslava, Serguei Eisenstein recibe una estricta educación religiosa. Estudia en el Colegio Secundario Municipal de Riga, donde comienza a desarrollar su sensibilidad por las bellas artes y su inclinación por la dirección teatral. En 1915, se traslada con su familia a Petrogrado e ingresa al Instituto de Ingenieros Civiles. Serguei Eisenstein se enrola en los cuerpos de ingeniería de la armada rusa durante la Revolución de 1917 para cumplir con su servicio militar. En 1920 abandona la milicia y se traslada a Moscú, donde se une al Primer Teatro Obrero del Proletcult en el que primero es diseñador, más tarde dirige e interpreta espectáculos teatrales para los soldados, de los que destaca un innovador trabajo en la producción de “El mexicano”/1920, adaptación del relato de Jack London, y luego es nombrado director escénico.
Su primer contacto con el cine lo lleva a escribir artículos teóricos y a realizar un cortometraje titulado El diario de Glumov/1923, que utiliza en su montaje teatral “Bastante tontería en todos los sabios”, de A. N. Ostrovski. En 1924 colabora en la reedición de El doctor Mabuse/Fritz Lang, y ese mismo año logra llevar a la pantalla grande su primer largometraje, La huelga, al lado de sus, desde entonces, inseparables amigos y colaboradores Grigori Alexandrov, como guionista, y Eduard Tissé, como fotógrafo. La cinta tiene una famosa secuencia en la que utiliza imágenes de ganado sacrificado en el matadero intercaladas con otras de trabajadores fusilados por soldados zaristas. La única copia que había de La huelga fue incautada y no pudo volver a distribuirse sino hasta después de su muerte, aunque llega a ser exhibida en Europa y obtiene el premio en la Exposición Internacional de París en 1925. Serguei Eisenstein es pionero en el uso del montaje, ya que, para él, la edición no era un simple método utilizado para enlazar escenas, sino un medio capaz de manipular las emociones de su audiencia.
Escribe, dirige y edita El acorazado Potemkim/1925, basada en la Revolución Rusa de 1905 y considerada una obra maestra de la historia del cine, donde las escenas del amotinamiento en el barco y de la escalinata, en la que el pueblo es brutalmente agredido por las fuerzas zaristas, constituyen hitos del lenguaje cinematográfico y uno de los mayores logros del cine mudo. Es en 1927 cuando se le encarga una cinta que celebre el décimo aniversario de la Revolución de Octubre, para lo cual se basa en la novela “Diez días que conmovieron al mundo”, de John Reed, y realiza Octubre; ambos títulos lo dan a conocer internacionalmente. Sin embargo. al enfrentarse a serios problemas de censura en su país, firma un contrato con la productora estadounidense Paramount y se traslada a Hollywood, para aprender nuevas técnicas de sonorización y desarrollar su propio cine sin restricciones de ningún tipo. Los resultados son nulos, ya que no consigue utilizar la técnica «Sovkino», es decir, trabajar con cualquier actor, no precisamente a las estrellas.
Tras un rotundo fracaso en la meca del cine, donde le negaron la residencia al provenir de un país comunista y la derecha norteamericana exige su expulsión del país, no concreta ningún proyecto dado su enfoque social, que chocaba con las propuestas del estudio de cine. Serguei Eisenstein adquiere literatura mexicana y se dice que, busca a Charles Chaplin para comentarle su deseo de hacer un filme independiente ambientado en México, director que le sugiere contactar al novelista Upton Sinclair.
Una vez establecida la relación con Sinclair, acuerda la filmación de una película tentativamente llamada “Mexican Picture”. A punto de subir al tren que lo conduce a México, adquiere el libro “Idols Behind Altars” de Anita Brenner, ilustrado con fotografías de Tina Modotti y Edward Weston, que seguramente leyó en sus tres días de viaje, trayecto en el que debió haber una comunión entre Serguei Eisenstein, texto, y paisajes desde Ciudad Juárez a la Ciudad de México. Es así que financiado por Upton Sinclair y su esposa, motivado por Diego Rivera, Charles Chaplin y Robert Flaherty, Serguei Eisenstein llega a México el 7 de diciembre de 1930 con Grigory Alexandrov su asistente, y Eduard Tissé, su camarógrafo.
Inmediatamente a su llegada es detenido por las autoridades mexicanas, con el temor de que retrate los problemas sociales existentes en el país, a lo que se suma la ruptura de las relaciones diplomáticas entre México y la URSS a partir de 1930. Serguei Eisenstein recibe permiso para la filmación bajo la condición de ser acompañado por el etnólogo Agustín Aragón Leiva y el artista y hasta entonces documentalista Adolfo Best Maugard. El 11 de diciembre da inicio la filmación de la película en Tacuba, rodaje que continúa en La Villa, Xochimilco y la Plaza de Toros en la colonia Condesa.
El libro de Anita Brenner “Idols Behind Altars”, representa el punto de partida para la gestación y desarrollo de la filmación de ¡Que viva México!/1931, su primera película sonora concebida en cuatro partes: “Zandunga” que muestra los preparativos de una boda en el Istmo de Tehuantepec entre Concepción y Abundio; “Maguey” narración de la rebelión de un campesino frente a un terrateniente; “Fiesta o milagro español” la cual se desarrolla durante la fiesta en honor a la Virgen de Guadalupe y que destaca la conquista española culminando con la tradición de la fiesta brava; y “Soldadera” que no termina de filmarse por falta de presupuesto y en el que se presentaría el papel de las soldaderas, un símbolo de México durante la revolución, inspirado en la obra de José Clemente Orozco. Más un prólogo que presenta imágenes alegóricas a las culturas prehispánicas y un epílogo que ofrece una visión diversa del Día de Muertos incluidas ilustraciones de José Guadalupe Posada; obra en la que pretende plasmar el paisaje, los ritos, tradiciones y costumbres que observa después de recorrer la República Mexicana. El filme cuenta con la fotografía de Gabriel Figueroa y Eduard Tissé y el productor ejecutivo es Hunter Kimbrouh.
Después de filmar en la Ciudad de México, Acapulco, Oaxaca y Tehuantepec, y de haber partido a Yucatán (días en que graba 60 mil metros de película), Serguei Eisenstein tiene ya una idea básica del filme, el cual musicalmente tendría una sinfonía de México. La idea era usar una orquesta para estructurar el filme: una banda musical tocando instrumentos nativos debía iniciar la pieza; cada uno de los instrumentos regresaba a su respectiva sección de México y cada sección tenía su historia. Al final, la orquesta debía aparecer toda junta otra vez, tocando la misma música del inicio.
Eisenstein proponía la cinta como un sarape mexicano: “Un sarape es la manta listada que lleva todo indio mexicano, el charro mexicano, todos los mexicanos, en una palabra. Y el sarape podría ser el símbolo de México. Igualmente, listadas y de violentos contrastes son las culturas de México, que marchan juntas y, al mismo tiempo, media un abismo de siglos entre ellas. Sería imposible urdir ningún argumento, ninguna historia completa a través de este sarape, sin que resultara falsa o artificial. Y así tomamos como motivo para la construcción de nuestro filme, esa proximidad independiente y contrastante de sus violentos colores: 6 episodios que se suceden, diferentes en carácter, en gentes, animales, árboles y flores. Y, sin embargo, unidos entre sí por la unidad de la trama: una construcción rítmica y musical y un despliegue del espíritu y el carácter mexicanos”.
A principios de septiembre de 1931, Serguei Eisenstein culmina la versión en ruso, el 5 de ese mes tiene la traducción al inglés y el 18 al español, misma que presentaría ante las instancias del gobierno mexicano. En octubre se expresa con mayor claridad sobre las seis historias sugeridas, además de concebir el filme como un mural de Diego Rivera en Palacio Nacional: “Como esas pinturas, nuestra película retratará la evolución social de México desde la antigüedad al presente cuando emerge como un país moderno y progresista, de libertad y oportunidades”.
El cineasta experimenta con diferentes formas de edición, aunque no puede terminarla al rebasar el presupuesto considerado en un inicio para una filmación con una duración máxima de tres meses. Se queda sin patrocinador y sin dinero. Tiene que abandonar el país por cuestiones políticas, ya que su gobierno lo califica de desertor. El material es enviado a Los Angeles, a sus mecenas, mismo que se desperdiga y se venden escenas sueltas, que aparecen en distintas películas entre las que destacan: Tormenta sobre México/Sol Lesser 1933 que sólo rescata “Maguey”; Tiempo al Sol/Marie Seaton 1939; Mexican Symphony/W.Kruse 1941; Eisenstein Mexican film; Episodes for study/Jay Leyda 1957, que acomoda en serie todo el material que se supone filmado; la versión oficial rusa ¡Que viva México!/Grigori Alexandrov1979; Einsenstein: fantasía mexicana/Oleg Koralov 1998. De acuerdo con el historiador y crítico Emilio García Riera, algunas escenas se utilizaron en Viva Villa/Jack Conway, Howard Hawks, William A. Wellman 1934. A Serguei Eisenstein le ocultan esta información, para no afectar su ya muy deteriorado estado de salud, a finales de los años cuarenta.
Cuando regresa a Moscú acepta la dirección de la Escuela Fílmica, donde dirige Alexander Nevski/1938, por la que en 1939 obtiene la Orden Lenin, así como el Premio Stalin por la primera parte de Iván el Terrible, trabajo que deja inconcluso. Escribe varios apuntes sobre psicología de la creatividad, la antropología de las artes y la semiótica. A lo largo de su vida llega a conocer personalidades como James Joyce, Jean Cocteau, Albert Einstein, Le Corbusier, Gertrude Stein, Louis Aragón, Abel Gance, Paul Éluard, Charles Chaplin, Robert Flaherty, Diego Rivera, Roberto Montenegro, David Alfaro Siqueiros y Frida Kahlo, con los que intercambia valiosos puntos de vista acerca de la percepción del mundo que los rodea y del proceso creativo en general. En 1948, mientras rueda la segunda parte de una de sus cintas más afamadas, Iván el Terrible/1943, es hospitalizado por problemas cardiacos y muere poco tiempo después.
En 1947 se publica una declaración más completa sobre el argumento de ¡Que viva México!, en la que se destaca que fue examinado por censores del gobierno mexicano, quienes se disgustan ante el estudio detallado de problemas sociales, como la relación entre los hacendados y los peones y la represión de los peones rebeldes. En 1956, Upton Sinclair deposita el material fílmico en el Museo de Arte Moderno de Nueva York.
En los años setenta, la empresa estatal de cine ruso Mosfilm, adquiere los materiales filmados por Serguei Eisenstein en México. El cineasta Gregori Alexandrov, asistente del director durante su odisea mexicana, fue encomendado para editar esta versión en 1977, bajo el título ¡Que viva México!/1979, a partir de los bocetos originales de Serguei Eisenstein enviados por el MoMA en la década de los sesenta. La obra recibe en 1979 un reconocimiento en el Festival Internacional de Cine de Moscú.
En México ¡Que viva México!/1979 se estrena el 17 de noviembre de 1979 en la XII Muestra de Cine Internacional de la Cineteca Nacional, llevada a cabo en el Cine Internacional; en 1980 se exhibe en la sala Fernando de Fuentes de la misma Cineteca, a partir del 15 de abril.
Alejandra Islas dirige “El círculo eterno: Eisenstein en México”/1996, documental para televisión que reconstruye a partir de fotografías, películas, material de archivo y testimonios, la breve estancia en México del gran cineasta soviético. Filmado en la Ciudad de México, Yucatán e Hidalgo, cuenta la historia de ¡Que viva México! y muestra las adversidades a las que se enfrentó Eisenstein, al igual que la influencia que este tuvo dentro del arte y el cine mexicano. Obtiene el premio José Rovirosa al Mejor Documental (1997).
Su paso por México es llevado también al cine, en la película Eisenstein en Guanajuato/Peter Greenaway 2014, en la que se habla de las dificultades que tuvo para realizar ¡Que viva México! y aspectos curiosos y desconocidos. Protagonizada por Elmer Back, Carlos Alberti, Atelio Sevante, Lisa Owen y Maya Zapata, entre otros.
SME.- “Vengo a México, a hacer una película sobre este país, de cuyo pueblo y de cuyo arte soy un gran admirador, una película que muestre al mundo entero las maravillas que aquí se encierran. En estos momentos existe en Europa gran interés por México, y quiero mostrarlo tal cual es, para lo cual espero obtener la cooperación del pueblo, y para el desarrollo de mi proyecto deseo entrar en contacto desde luego con artistas, fotógrafos, etcétera”.
“Durante un mes aproximadamente me dedicaré a estudiar el ambiente mexicano, y después procederé a manufacturar la película basada en un asunto local. Tras ese estudio decidiré si la obra la basamos en un argumento determinado o en una exposición fiel del país, de sus costumbres y de su pueblo, documentándome previamente en visitas que realizaré al Distrito Federal y regiones inmediatas, al Istmo de Tehuantepec y a Yucatán, pues no omitiré por ningún motivo las famosas ruinas de Chichén Itzá, y mi interés por el folklore local es enorme.”
(El Universal, 09/12/1930, en Cuadernos de la Cineteca Nacional, No. 6, “La aventura de Eisenstein en México”, Eduardo de la Vega Alfaro, p. 10)
A los ocho años asiste por primera vez a una función cinematográfica y queda cautivado por la magia del cine. A los 14 años, emprende entusiasmado el estudio del alemán, inglés y francés, ocho años después aprende lenguas orientales. Desde pequeño, Serguei Eisenstein destaca por su facilidad y precisión por el dibujo, don que lo lleva a ingresar en 1914 a la Escuela de Arquitectura de San Petersburgo, en la que permanece tres años. Su inclinación por las artes lo lleva a vender sus primeras caricaturas políticas al estallido de la Revolución de 1917 bajo el seudónimo de “Sir Gay”.
Atraído por la revolución marxista, Serguei Eisenstein se alista en 1918 en el Ejército Rojo. Durante su estancia en la armada se las arregla para estudiar Teatro, Filosofía, Psicología y Lingüística. Célebre teórico del cine, sobre todo en lo que al montaje se refiere, es influenciado por las cintas de David W. Griffith, y se convence de que el séptimo arte puede manipular el tiempo y el espacio para crear nuevos sentidos, especialmente si las imágenes no sólo se unen, sino se yuxtaponen. Es autor de numerosos libros sobre la técnica cinematográfica, entre ellos: “El cinematismo” y “Reflexiones de un cineasta”.
A partir del argumento del episodio de “Soldadera”, el director mexicano José Bolaños escribe y realiza La soldadera/1966, con Silvia Pinal en el papel principal. Serguei Eisenstein deja un gran legado en México sobre las diferentes formas de apreciar los paisajes, las nubes y la vida indígena del país.
La idea de Eisenstein de conocer México se gesta a partir de la Revolución Mexicana cuando empieza a llegar información del suceso a Rusia. Decía que México despertó su imaginación desde su infancia, aunque también contaba que probablemente su contacto con nuestro país comienza al colaborar como decorador en el montaje de la obra de teatro “El mexicano”, basada en el cuento del mismo nombre de Jack London, en la que asume un papel más activo hasta convertirse en codirector. Realmente, su interés por México inicia siete años más tarde, entre 1927 y 1928, cuando ve unas fotografías del Día de Muertos en una revista alemana, mismas que quedan vivamente en su memoria.
Su imaginación también se nutre de las conversaciones que mantiene con el poeta Vladimir Mayakovsky, quien entabla amistad con el muralista Diego Rivera, a quien invita a Moscú a la celebración del décimo aniversario de la Revolución Rusa y se lo presenta a Serguei Eisenstein, así los tres artistas se conocen en 1927 y Rivera le muestra al cineasta fotos de sus murales, y México se convierte en una obsesión para el director de cine, quien también busca artículos e imágenes en diferentes revistas relacionados con nuestro país, como fotografías de Chichen Itzá, la cúpula de la iglesia del convento del Desierto de los Leones, el acueducto de Los Remedios y la guerra cristera. Incluso, conserva una fotografía del chile poblano, recortada de una revista para anexarla a sus memorias, así como un retrato hecho a José Clemente Orozco. Los pintores Diego Rivera, Siqueiros y Orozco lo ayudan a conocer México.
El guion de El acorazado Potemkin es escrito para una película de ocho episodios, pero al rodar el capítulo dedicado al motín del acorazado, Serguei Eisenstein decide centrar la película en ese episodio, por lo que busca a los sobrevivientes de esa masacre y localiza los dibujos de un francés, testigo de lo ocurrido.
De acuerdo al historiador Aurelio de los Reyes en su artículo “El nacimiento de ¡Que viva México! conjeturas”, un párrafo en particular del libro de Anita Brenner se fija en la mente de Serguei Eisenstein para la concepción de la cinta: “México se resuelve armónica y poderosamente como una gran sinfonía o una gran pintura mural, coherente consigo mismo, no como una nación en progreso, sino como un cuadro, con ciertos temas dominantes”. El director va adquiriendo más libros que le ayudarían a redondear su idea de la cinta, así como visitas a diferentes sitios representativos del país, como la Villa de Guadalupe durante la llegada de los peregrinos.
“¡Que viva México!”. Película completa
Trailer de la película “Eisenstein en Guanajuato”
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