EIMBCKE DAMY, FERNANDO JOSÉ

Director y escritor.Fernando Eimbcke ingresa a Comunicación, carrera que abandona en el primer semestre. Durante tres años trabaja con el fotógrafo Carlos Somonte. Estudia en la escuela Superior de Fotografía y posteriormente en el CUEC, donde descubre que quiere especializarse en dirección. Escribe y dirige los cortometrajesDisculpe las molestias/1994, Perdón/1995 y No todo es permanente/1996, nominado ese año al Ariel por Mejor Cortometraje Documental. En el 2000 realiza videoclips musicales de grupos como: Plastilina Mosh, La Gusana Ciega, El Gran Silencio, Molotov y Jumbo, entre otros.

Gana el Primer Concurso de Cortometraje promovido por el IMCINE para la producción, premio que da como resultado: La Suerte de la fea… A la bonita no le importa/2001, simpática y fresca trama, sobre una joven que quiere bajar de peso y verse bella, que estelariza Alejandra Gollas. Trabajo que participa en los festivales de Guanajuato, Pantalla de Cristal, Interfilm Berlín y Sao Paulo. Forma parte del proyecto “Cine-minuto contra la corrupción,” en el que dirigeNo Sea Malito/2002, que se exhibe en el Festival de Sao Paulo 2002. Realiza The Look of Love/2003, en el primer Talent Campus organizado en la Berlinale.

Fernando Eimbcke aborda en sus tres películas el tema de la adolescencia en diversas situaciones: las inquietudes y planes a futuro, el dolor de la pérdida del padre y el paso de la niñez a la pubertad. Su narrativa visual se distingue por la utilización de planos fijos, cortes a negros, sonido ambiente, un minimalismo que no permite distracciones sensoriales al espectador, todas en mancuerna con el productor Christian Valdelievre.

Debuta en el largometraje con Temporada de Patos/2004 filme en blanco y negro, guion que trabaja en un taller de la guionista Paula Markovitch. Una película festiva, relato intimista que se desarrolla durante un domingo; trama sobre la libertad que se da entre cuatro paredes, en un departamento en Tlatelolco, donde tres adolescentes con distintas preocupaciones y en plena efervescencia juvenil, coinciden con un repartidor de pizzas, justo en el momento en que se va la luz. Actúan: Danny Perea, Diego Cataño, Daniel Miranda y Enrique Arreola. La cinta con el apoyo del FIDECINE y el IMCINE, participa en la Semana de la Crítica en Cannes 2004, y ese año recibe múltiples premios, entre los que destacan: Mejor Película en el AFI-FEST; Mayahuel a Mejor Director y Guion, y el premio FIPRESCI en la XIX Muestra de Cine Mexicano e Iberoamericano de Guadalajara; Mejor Director en el Festival de Tesalónica; en 2005 el reconocimiento Ten Directors to Watch por Variety en el marco del Festival de Sundance y once Arieles por: Mejor Director (Fernando Eimbcke), Película (Cine Pantera), Ópera Prima (Fernando Eimbcke), Guion Original (Fernando Eimbcke) , Fotografía (Alexis Zabé), Actriz (Danny Perea), Actor (Enrique Arreola), Música Compuesta para Cine (Alejandro Rosso, Liquits) Sonido (Antonio Diego, Lena Esquenazi, Miguel Ángel Hernández Montero), Diseño de Arte (Diana Quiroz, Luisa Gala) y Edición (Mariana Rodríguez). Temporada de Patos es seleccionada por la AMACC para representar a México en los premios Goya 2005, en la categoría de Mejor Película Extranjera. El filme se vende muy bien en Europa. Ese mismo año realiza el corto: Perro que ladra.

Su segundo largometraje Lake Tahoe/2008, en coautoría con Paula Markovitch, es un drama melancólico, descripción intimista de la soledad y el sufrimiento de un adolescente desorientado (Diego Cataño), a raíz de la muerte de su padre y la fuga geográfica, el escape, al chocar intencionalmente un automóvil familiar contra un poste de luz (recreación de su propia experiencia) y partir en busca de la pieza necesaria para poder arrancar el coche. Se aúnan al reparto: Daniela Valentine, Héctor Herrera, Juan Carlos Lara y Mariana Elizondo (madre en la vida real y en la película de Diego Cataño) entre otros. La cinta filmada en 35mm, rodada en Puerto Progreso, Yucatán, se estrena en competencia en la Sección Oficial del 58 Festival de Berlín 2008, certamen en el que recibe el Premio FIPRESCI y el Alfred Bauer, que reconoce los nuevos talentos y tendencias cinematográficos. El mismo año en el XXIII Festival de Cine Internacional en Guadalajara, recibe el Mayahuel al Mejor Director de Largometraje Mexicano de Ficción, ocasión en que es seleccionada para los Globos de Oro 2009. Ese año obtiene ocho nominaciones al premio Ariel, de las que se lleva: Mejor Película (Cine Pantera), Dirección (Fernando Eimbcke) y Coactuación Masculina (Héctor Herrera); la película es seleccionada por la AMACC para competir por el premio Goya en la categoría de Mejor Película Hispanoamericana.

Continúa con La bienvenida/2010, uno de los diez cortometrajes de Revolución, proyecto de la productora Canana Films y el IMCINE, que forma parte de los festejos del Centenario de la Revolución Mexicana, en el que cada cineasta escribe y dirige una historia que trasluce su punto de vista respecto al suceso histórico. Trabajo realizado en el pueblo de San Felipe Otlaltepec, Puebla. Filmación en blanco y negro que Fernando Eimbcke realiza en cinco días con habitantes del lugar, historia teñida de un humor absurdo en el que todo un pueblo se prepara para dar la bienvenida (nunca sabemos a quién o a quiénes). Relato que centra su atención en la banda musical y de ésta en Armancio, joven responsable del susáfono (trompeta gigante), que ensaya por la noche y en la mañana se asea minuciosamente para presentarse reluciente al evento. Pareciera que la reflexión que busca establecer el director es una metáfora de la sociedad respecto de quién o a qué se espera: ¿a un evento trascendental? Y en ese sentido, ¿cómo reacciona el pueblo ante la decepción de algo que no ocurre? Revolución se estrena el 20 de noviembre de 2010, día en que se conmemora el estallido de la Revolución en nuestro país.

Su tercer largometraje, Club sándwich, trata la relación de Paloma (María Renée Prudencio) una madre soltera de 35 años de edad, aprensiva y consentidora, quien ha tenido una relación muy estrecha con su hijo de 15, Héctor (Lucio Giménez Cacho). Acostumbrada a la rutina vacacional con un niño, no le es fácil aceptar que él es ya un adolescente en pleno despertar sexual. Aquí aparece Jazmín (Danae Reynaud) una chica de 16 años que estudia prepa abierta y que al igual que ellos, ha llegado con su anciano padre y la enfermera de éste, a pasar unos días de vacaciones en temporada baja, a un hotelito de Puerto Escondido.

La película, una producción de Cine Pantera, cuenta con el apoyo del EFICINE, el Gobierno de Oaxaca Club, el IMCINE, CONACULTA y Funny Balloons. Club sándwich se estrena en el Festival Internacional de Cine de Morelia 2013; recibe la Concha de Plata al Mejor Director en el Festival de San Sebastián y es Mejor Película en el Festival de Turín, Italia; nominada al premio Ariel por Mejor Película, Mejor Dirección y Mejor Actriz (María Renée Prudencio) en 2014.

Dirige uno de los 26 cortometrajes del documental Ayotzinapa 26/2016, sobre los 43 normalistas desaparecidos el 26 de septiembre de 2014, en Iguala, Guerrero. En 2019 forma parte de Berlín, te amo, antología de drama y romance, cuarta entrega de la franquicia “Cities of Love” creada por Emmanuel Benbihy, dedicada a homenajear ciudades del mundo, conformada por once cortometrajes. Fernando Eimbcke es el único director mexicano que participa en el filme alemán.

Sobre la narrativa de Lake Tahoe

FE.- La adolescencia es una época con muchos conflictos, estás confundido y cometes muchos errores. Pero es cuando más libertad tienes. Es casi imposible no hacer una película autobiográfica. Paula Markovitch y yo perdimos a nuestro padre, pero tratamos de trabajar el guion desde el personaje y alejarlo de nuestra propia experiencia. Cuando murió mi padre todo se volvió absurdo, el tiempo transcurría de forma extraña. Por eso la película tiene un ritmo lento, aunque estén pasando muchas cosas. Me gusta mucho el montaje interno, que los personajes se muevan dentro del cuadro. El sonido es tan importante como la imagen, por eso no hay música, la banda sonora son los sonidos de los pasos, las puertas, los coches. El oído es mucho más inventivo que el ojo. Los fades a negros me gustan mucho, y aquí queríamos hacer también fades a negros, pero era un lío, porque con el proceso fotoquímico se manchan las escenas y quedan feas. Así que decidimos no usar fades y apareció el corte a negro, y lo usamos como narrativo y dramático. Uno tiene que escuchar a su crítico interior, y ese es el más importante. Si uno empieza a hacer mucho caso de las críticas, empieza a confundirse, a hacer una película también para la crítica. En realidad, uno hace cine para el espectador.

(El Universal, Berlín DPA, 10/02/08)