BARBACHANO PONCE, MIGUEL

Docente, crítico cinematográfico, escritor, director. En 1939 se traslada a la capital del país donde realiza sus primeros estudios en escuelas maristas. Cursa el nivel medio superior en el Colegio de México y en la UNAM concluye la licenciatura de Derecho (1950-1955); estudia en la Facultad de Filosofía y Letras de la misma institución durante tres años, con el objeto de dar un sustento filosófico a su dramaturgia. Posteriormente cursa la de Teatro para poder expresar su inclinación artística.

Su hermano Manuel es el primero en incursionar en la cinematografía al fundar la empresa Teleproducciones al lado de Carlos Velo; ambos lo motivan para introducirse en el mundo cinematográfico. Trabaja en la empresa de su hermano como encargado de las bodegas del noticiero Tele-Revista, donde se almacena todo el material fílmico necesario para hacer una película. Más tarde, se convierte, primero en ayudante y asistente de dirección de Fernando Gamboa, y luego en el director de los noticieros Cine Verdad/1955-1974 y Tele-Revista/1956-1977.

Su primer y único trabajo cinematográfico lo realiza en 1965 en la apertura del I Concurso de Cine Experimental con el episodio Lola de mi vida, que forma parte de la cinta Amor, amor, amor, basada en un cuento de Juan de la Cabada. En la cinta participan Gabriel García Márquez en el argumento, Gabriel Figueroa en la fotografía y Jacqueline Andere haciendo su debut artístico. El filme gana el tercer premio del concurso y el director nunca vuelve a dirigir, con excepción del cortometraje documental Se está volviendo gobierno/1991 con el que recibe una mención honorífica en la entrega de los Arieles.

En sus últimos años continúa con la docencia y la crítica cinematográfica. Da clases en la Facultad de Ciencias Políticas y Sociales de la UNAM en materias relacionadas con el cine. Colabora en el diario “Excélsior” y posteriormente en “La Jornada”. Entre sus satisfacciones consideraba su labor en la Universidad como formador de futuros críticos, ensayistas e historiadores del cine. Era usual encontrarlo en la Cineteca Nacional, a donde acude varias veces a la semana, durante los últimos años de su vida.

¿Por qué no siguió dirigiendo?

MBP.- Porque después de dirigir Lola de mi vida, el grupo se separó y fue a trabajar cada quien por su lado, y yo me quedé haciendo Cine–Verdad y Tele-Revista, porque tenía que hacer, insisto, una entrega semanal de dos rollos de mil pies.

¿Qué necesita una buena adaptación?

MBP.- Mira… ¿qué podemos decir de una adaptación? Yo creo que el cine debe tener, fundamentalmente, asuntos muy personales, asuntos, no sólo personales, sino, asuntos cinematográficos, porque [al] hacer el transvase de una novela o de un cuento, siempre hay una traición a la historia original, o un arreglo a la historia original, entonces los argumentos de los cinematográficos deben ser propios, originales, para que tengan interés; sin embargo, ya lo ves, el cine actual se basa fundamentalmente en el transvase de novelas, de cuentos y de obras de teatro en vez de tener argumentos originales que llevar a la pantalla.

¿Cuál es el objetivo del crítico de cine?

MBP.- El objetivo del crítico de cine es hacer una justa valorización de los elementos cinemáticos, de acuerdo con una cultura cinematográfica y de acuerdo también a una visión personal, íntima, es decir, no dejarse influenciar por otras corrientes, no dejarse influenciar por ninguna ideología, no dejarse influenciar por ninguna posición fuera de la visión auténticamente personal, que auténticamente nace de la cultura y de la apreciación intensa, auténtica, desde el punto de vista libre y personal.

(Diccionario de Directores el Cine Mexicano, Martha Flores, 06/10/1999)