Publicado en el: Diccionario del Cine Español e Iberomaericano. España, Portugal y América. (2012)

(Coordinación México, Perla Ciuk)

Sinopsis: Hacia 1900, en la ciudad de México, Santa (Esther Fernández), expulsada del solar pueblerino de Chimalistac después de que se entrega y queda embarazada de Marcelino, un militar (Víctor Manuel Mendoza), encuentra acomodo en el prostíbulo que regentea doña Elvira (Fanny Schiller). De ella se enamora Hipólito (José Cibrián), el pianista ciego del lugar. Es amante primero de Rubio (Manuel Arvide) y después del torero “Jarameño” (Ricardo Montalbán). Éste la echa cuando la sorprende con Marcelino. Enferma sin remedio, rueda hasta un burdel de mala muerte. La rescata Hipólito, pero no sobrevive a la cirugía que debe curarla.

“Santa”, la novela de Federico Gamboa, editada por primera vez en 1903, es una de las obras más populares de la literatura mexicana. Con sus aspiraciones naturalistas, con su tema de carácter protopornográfico y su detallada e idealizada descripción del mundo burdelero y de las costumbres eróticas del México del porfiriato, hizo las delicias de nuestros tatarabuelos y fue gozosa lectura clandestina de las damas de sociedad. Se trata de una narración más bien sensiblera y moralizante a la manera de Zola; es decir, intenta contar de manera cruda la vida de una prostituta, el tránsito de la protagonista de su paraíso bucólico (el pueblo, el campo) hacia el infierno de la ciudad y del prostíbulo; desde la pérdida de su virtud, hasta su ingreso a la casa de citas, su ascenso y su trágico final.

El arquetipo forjado por Santa es el de la prostituta de circunstancias, de corazón impoluto solo redimible por la muerte o por el amor. La prostituta simboliza la pulsión sexual, tan reprimida, tan moralmente repulsiva y pecaminosa para la tradición judeocristiana. En ella hallamos, como afirma Carlos Monsiváis, “el infierno de todos tan deseado”. Con el tema de la “madre” es la fuente de uno de los modelos femeninos más explotados en el melodrama fílmico mexicano.

Por su tema; por la respetabilidad de su autor, después miembro de los gabinetes del dictador Díaz y del usurpador Huerta, la novela ha merecido, desde entonces, cinco adaptaciones cinematográficas (Luis G. Peredo, 1918; Antonio Moreno, 1931; Norman Foster, 1943; Emilio Gómez Muriel, 1968; y Latino bar/Paul Leduc 1991).

Sin duda, la mejor es la versión dirigida en 1943 por el norteamericano Norman Foster quien en el contexto de la Segunda Guerra Mundial trabaja en México como parte de un acuerdo de colaboración técnica y artística con los Estados Unidos. Foster filma en nuestro país seis películas, entre ellas, además de Santa, La fuga/1943, con Esther Fernández y Ricardo Montalbán, y el drama taurino La hora de la verdad/1944, con Montalbán y Virginia Serret.

Rodada en los primeros meses de 1943, la tercera adaptación fílmica de Santa se produce en un año prolífico y con títulos especialmente relevantes en los más diversos géneros y temas. Como en lo mejores trabajos del momento, destaca por la meticulosa ambientación de la ciudad de México de principios del siglo XX, en las mismas fechas de la edición del clásico de Federico Gamboa y con pleno respeto a la historia original. Esther Fernández y Ricardo Montalbán logran dar prestancia y verosimilitud a sus personajes y Norman Foster logra de ellos interpretaciones sensibles y matizadas. Sin dejar de lado tópicos tan conocidos del personaje central, Foster imprime en él algunas cualidades y características ajenas a la novela, pero que explican la incapacidad de la heroína para librarse de la fatalidad de la desgracia y de la muerte. La belleza e ingenuidad de la protagonista Esther Fernández parecen abonar la aparente abulia de Santa; su desinterés por el futuro y el abandono que acompaña a cada una de sus acciones, dejándose siempre arrastrar por las circunstancias, sumergida en una inconciencia total. Es la cara opuesta de la devoradora de hombres, una mujer sin expectativas y atenida a su suerte. Con esto Foster aligera a la cinta de su carga melodramática y la hace sumamente disfrutable.

Ficha artística: Esther Fernández (Santa); José Cibrián (Hipólito); Ricardo Montalbán (Jarameño); Estela [Stella] Inda (Raquel); Víctor Manuel Mendoza (Marcelino); Emma Roldán (Pepa); Manuel Arvide (Rubio); Fanny Schiller (Elvira); Elías Jarber (Jenarillo); Florencio Castellot [Castelló] (Gallego); Carolina Barret (Mora); Jesús Valero.

Ficha técnica: Productora: Central Cinematográfica; Productor: Francisco de P. Cabrera; Jefe de producción: Enrique Morfín; [Argumento: sobre la novela homónima de Federico Gamboa;] Adaptación y Diálogos: Francisco de P. Cabrera; Guion cinematográfico: Alfredo B. Crevenna; Fotografía en blanco y negro: Agustín Martínez Solares; Operador: Luis Solís; Edición: Charles L. Kimball; Dirección de sonido (RCA Alta Fidelidad): Howard E. Randall; Grabación de diálogos: Rafael Esparza; Grabación de música: Manuel Esperón; Partitura: Gonzalo Curiel y Mario Ruiz Armengol; Dirección musical: Gonzalo Curiel; Música: Agustín Lara, Pomar, Gazcón, García de Arellano, Mario Ruiz Suárez; Cantantes: Chelo Flores, Chelo Tovar; Dirección del Grupo Flamenco: Pepe Badajoz, con “Niño del Brillante”, Angelito Llaser y Paco Millet. Dirección de escenografía: Gunther Gerzso; Escenografía: Carlos Toussaint; Vestuario y diseños: Elvira Olvera; Maquillaje: Sara Mateos y Enrique Hutchinson; Asistente de dirección: Luis Abbadie [Abadíe]; Dirección de diálogos: Alfredo Gómez de la Vega.

Estudios de rodaje y Laboratorios: Azteca, S. A.; Duración: 108 minutos; Estreno: 10 de junio de 1943, cine Palacio, México, D. F.

BIBLIOGRAFÍA: Datos tomados de pantalla; M. L. Amador, J. Ayala Blanco: Cartelera cinematográfica 1940-1949, UNAM / CUEC, México, D. F., 1982; G. Ramírez: Norman Foster y los otros: directores norteamericanos en México, UNAM / Dir. Gral. Actividades Cinematográficas, México, D. F., 1992, 119-128