Publicado en el: Diccionario del Cine Español e Iberomaericano. España, Portugal y América. (2012)

(Coordinación México, Perla Ciuk)

Sinopsis: Gabriel Retes (Distrito Federal, 1947), inquieto realizador de películas en Súper 8, niño prodigio del echeverrismo, cooperativista politizado que resurgió de entre las cenizas de un cine en crisis, cineasta vapuleado por la censura, la crítica y las buenas conciencias de exhibidores. Un realizador perdido en los años ochenta que regresó de manera sorprendente una década después, para mantenerse fiel a sus principios y a sus propuestas de cineasta independiente, aguantando los vaivenes sexenales y las políticas fílmicas, en busca de una constante renovación y siempre a través de un estilo lúdico y crítico, consiguió con El bulto una de las obras más emblemáticas de un sexenio imprescindible para el cine mexicano como lo fue el gobierno de Carlos Salinas de Gortari.

Luego de una serie de relatos de denuncia social  con efectivos toques de hiperrealismo y violencia brutal y descarnada (Chin Chin el teporocho, Bandera rota, La ciudad al desnudo), obtiene con El Bulto, una de las películas más originales de nuestro cine: de una deliciosa ambigüedad para hablar sobre la crisis de la pareja y el México de la modernidad Salinista, en la historia de un hombre que despierta de un estado coma de 20 años, luego de una golpiza propinada por el grupo paramilitar denominado “halcones” el fatídico 10 de junio de 1971. La premisa: la celebración irónica de un país en la cuerda floja, una cinta de culto con posibilidades de convertirse en un clásico de este siglo XXI, dirigida, producida, protagonizada por el propio Gabriel Retes, su mujer, su madre, sus amigos, e hijos.

El propio Retes en el papel de Lauro, reportero gráfico del periódico “Excelsior”, quien queda en estado vegetativo durante dos décadas, luego del violento ataque sufrido por los Halcones, despierta para percatarse de que no existe el Partido Comunista Mexicano, de que el presidente Salinas de Gortari nos va a sacar del atolladero con el Tratado de Libre Comercio y que sus ex compañeros revolucionarios trabajan ahora para el gobierno, en esta inteligente, inclasificable, irónica, ambigua y divertida metáfora sobre un país adormecido durante dos décadas, en la que resulta difícil saber si se elogia o se lleva a cabo una feroz y ácida burla a la situación social y política de ese momento.

Mientras se escucha la voz de un anónimo líder Halcón (“son comunistas, vamos a darles una lección), una ágil cámara en mano y en blanco y negro, pasa revista a un homogéneo grupo de jóvenes que manipulan palos y chacos; imágenes que se alternan con las de los manifestantes que avanzan por las calles de San Cosme en aquel fatídico Jueves de Corpus, en una excepcional secuencia de créditos, tal vez la más impactante en la historia de nuestro cine. Ahí en medio del caos, el reportero gráfico, Lauro, queda atrapado para reaccionar dos décadas más tarde. En efecto, es la historia de un “bulto”, un cuerpo en apariencia inanimado que reacciona luego de una erección.

Con una trama que bien podría derivar en un solemne alegato político con tintes de tragedia, el clan Retes ha conseguido una suerte de gran farsa crítico-alegórica, tan insolente como emotiva. Una alegoría sobre un país aletargado en el que los radicalismos políticos se han suavizado, las mujeres son más liberales, los hombres usan el cabello corto y aretes y los otrora combativos miembros del Partido Comunista -o similares-, han sido retomados por el gobierno, aunque Lauro no deja de increpar a sus hijos, a su ex mujer y a sus amigos y los suponga cómplices de su tragedia.

Con una técnica fresca y un humor poco habitual en nuestro cine, un estilo depurado (en tono amateur) y un ritmo ágil, Gabriel Retes alterna farsa, melodrama, crítica social, discursos ecologistas, reconstrucción documental, entrevistas, e inteligentes escenas de cama, con una historia que rompe no sólo con la monotonía de nuestra cinematografía, sino que pareciera reinventar los géneros conocidos. El bulto, es además, una incisiva mirada hacia la brecha generacional: Lauro y sus hijos -quienes lo llaman “el bulto”, pues eso ha sido para ellos-, tienen la misma edad mental y moral pero sus intereses son opuestos. Lauro intenta imponer su autoridad de padre, pero eso ya no es válido en esa época de cambios, en un filme polémico que atrapa por su vitalidad.

Ficha artística: Gabriel Retes (Lauro), Lourdes Elizarrarás (Adela), Héctor Bonilla (Alberto), José Alonso (Toño), Juan Carlos Retes (Daniel), Gabriela Retes (Sonia), Luis Felipe Tovar (Alfonso).

Ficha técnica: Productora: Cooperativa Río Mixcoac, Cooperativa José Revueltas, Séptimo Arte, Kinam, STPC, Miguel Camacho, Gabriel Retes; Productor ejecutivo: Gonzalo Lora; Argumento y Guion: Lourdes Elizarrarás, Gabriel Retes, Gabriela Retes; Fotografía: Chuy Elizondo (color); Montaje: Saúl Aupart; Sonido: Francisco Bravo, Antonio Diego, René Ruiz Cerón; Música: Pedro Plascencia Salinas; Escenografía: Francesca Apentzeller, Tomás Guevara.

Estudios: Estudios Churubusco; Duración: 114 minutos. Estreno: 28 de agosto de 1992. Clasificación: B.

Premios: Premio Ariel a Mejor Edición. Premio Don Quijote otorgado por la Federación Internacional de Cineclubes en Huelva. Unicornio de Oro en el Festival de Amiens a la Mejor Actuación Masculina. Heraldos a Mejor Guion y Edición.

Bibliografía:

Diccionario del Cine Mexicano 1970-2000, Mario A. Quezada compilador.

La eficacia del cine mexicano, Jorge Ayala Blanco.

Una mirada Insólita. Temas y géneros del cine mexicano, Rafael Aviña.

RAFAEL AVIÑA