Publicado en el: Diccionario del Cine Español e Iberomaericano. España, Portugal y América. (2012)

(Coordinación México, Perla Ciuk)

Sinopsis: Un asalto sale mal: uno de los ladrones que quiso robarle al cobrador de un banco su portafolio con dinero, muere del balazo en la cabeza que le da un policía. Resulta que el golpe fue planeado por el Tarzán Lira y el Gallito. Tarzán es un ex ratero regenerado que trabaja en el banco. Así que se arrepiente de haberle dado el pitazo al Gallito. Pasa el tiempo y Tarzán comprueba que la policía no lo investiga. Nadie sospecha de él. Tarzán sigue su rutina, feliz porque de nuevo va a ser padre. Un día casi eterno, recuerda momentos de su vida, su pasado como asaltante de poca monta, sus tratos con mujeres a las que explotó y de las que sexualmente se aprovechó. En determinado momento escucha la voz del comandante Prieto que lo sube a su auto y junto con el Cotorra lo lleva de paseo. Tarzán recuerda sus relaciones pasadas con Prieto, en especial el momento en que lo detuvo a causa de una traición de Rosa, quien lo descubrió con costosísimos abrigos de pieles robados de una mansión, a la que Tarzán se metió seduciendo a la sirvienta. Los abrigos eran propiedad de la amante de un jefe policiaco. Prieto quiso quedar bien y para resolver el caso torturó y golpeó al Tarzán. En lugar de los cinco abrigos recuperados, Prieto entregó sólo tres. Después de recordar esto, el auto llega a un lugar lejano y ahí Prieto y el Cotorra golpean al Tarzán para que le quede claro: a partir de este día lo van a extorsionar diariamente. Para pagar la cuota que le imponen, prácticamente debe volver a robar carteras. Él se niega, aún así lo golpean y roban. Desesperado, Tarzán, que se jactaba de su completa rehabilitación, no sabe qué hacer. Recuerda su paso por la penitenciaria de las Islas Marías, donde el cabo Pantoja lo trató bien y él traicionó esta confianza acostándose con su esposa. Su amigo Melón es quien informó al cabo del affaire. Pantoja enfrentó al Tarzán clavándole un cuchillo en el vientre. Sobrevivió de milagro. Así que su desesperación actual es porque no quiere regresar “a lo de antes”, a robar. Nunca encuentra a su jefe para contarle lo sucedido, temiendo que si pasa el tiempo nadie le creerá que fue asaltado por unos policías. Busca ayuda con Gallito. El consejo es que robe para pagar la cuota porque hay una enorme cadena de corrupción de la que nadie escapa. Esa noche, afuera del estadio donde se va a celebrar el esperado partido de fútbol México-Alemania, Tarzán roba carteras de nuevo.

En la carrera del director Arturo Ripstein, este filme es colofón a una etapa que inició con Tiempo de morir/1965 y concluyó con El lugar sin límites/1977. Asimismo, resultó una despedida emblemática de un estilo narrativo que puede calificarse de convencional, con secuencias nítidas y cortas, personajes populares al interior de géneros con códigos narrativos y un estilo de relato lleno de ácidos apuntes sociales. También significó el fin del experimento cinematográfico estatal fundado durante el periodo del presidente Luis Echeverría (1970-1976), en que se crearon corporaciones cinematográficas para producir un cine de mayor contenido social y no tan comercial como el viejo cine mexicano. Pero el relevo en la presidencia, José López Portillo, durante el periodo que va de 1976 a 1982, dejó en manos de su hermana Margarita esta maquinaria estatal, cambiando radicalmente de criterios: se cancelaron muchas cintas en etapa de pre-producción o apenas se permitió que las concluidas tuvieran desventajosos estrenos. Una de las pocas que sobrevivieron esta etapa de ineptitud fue Cadena perpetua, que para el “lópezportillato” resultó terrible por su denuncia de la corrupción policial, precisamente en momento en que comenzaron a publicarse -y acallarse- los excesos del jefe policiaco de la Ciudad de México.

Ripstein no hace stricto sensu un filme policial puesto que la mayoría de sus acciones son desdramatizadas, a pesar de la cálida fotografía de Jorge Stahl jr. Igualmente, su estructura llena de saltos temporales, de recuerdos vistos con el mismo estilo cálido, unido a un uso constante del silencio, hacen a éste un filme atmosférico que posee una imagen definitiva y definitoria: Tarzán, acabando de robar, mira directo a cámara al grito de “¡México, México, México!” que se escucha en el estadio. Es la imagen simbólica del filme que amargamente pone el dedo en la llaga. Después de esto, el cine estatal evitó, hasta su quiebra en 1987, cintas que se arriesgaran a reflejar partes comprometedoras de la realidad mexicana.

Ficha artística: Pedro Armendáriz jr. (Tarzán Lira); Narciso Busquets (comandante Prieto); Ernesto Gómez Cruz (cabo Pantoja); Angélica Chaín (Rosa); Ana Ofelia Murguía (esposa del sr. Moreno); Roberto Cobo (Gallito); Rodrigo Puebla (Cotorra), Jorge Patiño (Melón), Pilar Pellicer (esposa del cabo Pantoja); Ana Martín (sirvienta); Julián Pastor (ladrón).

Ficha técnica: Productora: Corporación Nacional Cinematográfica (CONACINE), México; Gerentes de producción: Mauricio Rojas y Julia Con; Jefe de producción: Alberto A. Ferrer; Guion y adaptación: Vicente Leñero y Arturo Ripstein, basados en la novela “Lo de antes” de Luis Spota; Fotografía: Jorge Stahl jr. (color); Edición: Rafael Ceballos; Música: Antonio Pous; Canciones interpretadas por: Pepe Arévalo y sus mulatos; Escenografía: Jorge Fernández; Diseño de producción: Lucero Isaac y Eli Menz.

Estudios y laboratorio: Estudios Churubusco-Azteca; Duración: 95 minutos; Estreno: Cines Variedades, Ermita, Leo y Popotla, Ciudad de México, 9 de agosto de 1979.

Premios: Premio Ariel (1978) de la Academia Mexicana de Artes y Ciencias Cinematográficas para Mejor película, Dirección, Coactuación Femenina (Ana Ofelia Murguía) y Coactuación Masculina (Ernesto Gómez Cruz); Premio Heraldo (1979), México, a la Mejor Película y a la Mejor Dirección.