Publicado en el: Diccionario del Cine Español e Iberomaericano. España, Portugal y América. (2012)
(Coordinación México, Perla Ciuk)
Sinopsis: Un hombre, cuarentón, abandona la Ciudad de México y parte hacia un remoto lugar de provincia a preparar su suicidio. Encuentra hospedaje con una septuagenaria viuda indígena (Ascen), cuyo aprecio por la vida se manifiesta en todas sus acciones. Desde su casucha se domina una desolada cañada y en la vaciedad de las montañas y la imponente naturaleza, el hombre se enfrenta a la infinita humanidad de la vieja, y comienza a oscilar entre la crueldad y el lirismo. Sus adormecidos sentidos emergen de nuevo, despertando sus deseos y sus instintos por la vida y el sexo. La fuerza mortal y la fuerza vital se funden cuando el fuereño expresa a Ascen el deseo de penetrarla y ella accede. La piel arrugada y colgante de la anciana contrasta con los músculos aún firmes del temporal visitante, quien cortésmente le habla de usted y le indica cómo colocarse. Finalmente, el hombre decide permanecer en este mundo, y Ascen trágicamente pierde la vida al chocar la furgoneta en la que pasea.
Japón irrumpe en el esquema del cine mexicano de manera sorpresiva, cuando la cinta es premiada en Cannes 2002 y la comunidad cinematográfica se pregunta: ¿Quién es Carlos Reygadas? y, ¿De qué trata Japón? De repente, cual salido de la nada, un exitoso abogado en Derecho Internacional, con Maestría en Derecho de Conflicto Armado y miembro del Servicio Exterior Mexicano en la Consultoría Jurídica, a los 29 años decide tomar el camino del cine. Autodidacta y audaz, tras algunos rechazos institucionales tanto en México como en el extranjero, reúne 60 000 dólares y un equipo conformado en su gran mayoría por debutantes, al igual que todo el reparto, encabezado por Alejandro Ferretis, un viejo amigo de la familia Reygadas cuya personalidad inspira el guion del filme, y la desinhibida, fuerte y espontánea campesina, Magdalena Flores, de 76 años, oriunda del estado de Hidalgo, elegida entre 300 mujeres. El título de la cinta literalmente nada tiene que ver con Japón, país al que el director nunca antes viajó. Aún así la interrogante se mantiene latente durante todo el desarrollo de la historia, lo que permite un gran abanico de lecturas y alegorías. Japón puede gustar, sin duda sorprender e incluso irritar, sin embargo, si algo distingue la ópera prima de Carlos Reygadas, es la posibilidad de una narración alejada de todo canon comercial, en la que se permea de principio a fin el control creativo del director, esquema únicamente posible dentro del cine independiente, en este caso una producción bastante austera, que abre otras posibilidades de estructuras narrativas y de producción a las nuevas generaciones de cineastas mexicanos. Es casi al final de la postproducción cuando el Huber Bals Fund aporta 25 mil euros, y después del éxito en Francia, Artecinema toma la distribución. El filme se estrena con 15 copias, el 4 de abril de 2003. Carlos Reygadas centra la narración en el presente, omite el pasado y apenas incluye en los escuetos y contados diálogos alguna información relacionada con los personajes; a la par, establece un manejo de la elipsis en el tiempo, que obliga al espectador a ordenar la relación de los sucesos, enmarcados en el contexto de la vida diaria en una pequeña población geográficamente tan cercana a la Ciudad de México y tan lejana en su forma de vida, en donde predomina el sonido del silencio. Se impone en la cinta la presencia de la naturaleza, tercer personaje que emerge a través de una fotografía de luz hiriente, muy blanca, en la que predominan grandes tomas abiertas, movimientos panorámicos de 180 grados, barridos que cubren distancias hasta de un kilómetro y paisajes que cobijan la atmósfera de autenticidad creada por el cineasta, quien incluye al final un plano circular, con una duración de siete minutos, acompañado en el audio por el excelso Canto en Memoria de Benjamín Britten, del compositor estoniano Arvo Pärt.
Bastante apegado a la corriente danesa Dogma, el director trabaja exclusivamente con escenarios naturales, desecha maquillaje y vestuario, los actores aparecen con su propia ropa. Aparentemente minimalista en su textura y simple en su relato, Japón conlleva una fuerte carga semántica y semiótica, muy elaborada, que impide archivar la trama en el cajón del olvido. La respuesta de la crítica fue variada: “un shock”, “un matiz inédito que impone un universo en el que nunca se sabe qué hacer o qué pensar”, “no se parece a ninguna otra” “es tan larga que fatiga”, “abre nuevos horizontes”. Sin embargo, incluso entre los críticos más severos el tono fue respetuoso y de asombro, ante un esquema narrativo que rebasa toda cuadratura o formato preestablecido, en una provocadora historia. En cuanto al público se permeó un puritano rechazo, al abandonar la sala, dormirse, silbar… aunque también hubo quien aplaudió eufóricamente. En definitiva, un cine de grandes alturas, poco atractivo para el gran público.
Ficha artística: Alejandro Ferretis (El hombre), Magdalena Flores (Ascen), Yolanda Villa (Sabina), Martín Serrano (Juan Luis), Rolando Hernández (juez), Bernabé Pérez (cantor), Carlos Reygadas (cazador), Fernando Benítez (Fernando), Claudia Rodríguez (cazador).
Ficha Técnica: Productora: Producciones Mantarraya, No Dream Cinema, Hubert Bals Fund, Solaris Film; Productor ejecutivo: Jaime Romandía; Jefe de producción: Gerardo Tagle; Argumento: Carlos Reygadas; Guion: Carlos Reygadas; Fotografía: Diego Martínez Vignatti, color; Montaje: Daniel Melguizo, Carlos Serrano, David Torres; Sonido: Guilles Laurent; Música: Arvo Pärt.
Locaciones: Estado de Hidalgo; Duración: 129 minutos; Primer Estreno: Festival de Rotterdam, Holanda 2002. Calificación: C. Premios: Mención Especial del Jurado de la Cámara de Oro en el Festival de Cannes 2002. Ariel 2004 a Mejor Ópera Prima y Mejor Guion Original. Mejor Nuevo Director en el Festival Internacional de Edimburgo. Mejor Película, Festival Internacional de Cine de Buenos Aires. Diosa de Plata a Mejor Ópera Prima. Coral a Mejor Ópera Prima en el Festival del Nuevo Cine Latinoamericano de La Habana. Número de espectadores: 29,981. Recaudación en taquilla: 1,704,685 pesos.
Archivo Perla Ciuk; Informe IMCINE 2003
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