A finales de 2009 el celuloide estaba por morir, o por lo menos dejar de ser la forma predominante de captura para los relatos cinematográficos. La era del celuloide iniciada por los Hermanos Lumiere, la era de la nostalgia de las rayas marcadas en la película producto de la fricción de los rollos, las texturas deslavadas, con grano en la imagen de textura única que sólo daba el filmar, estaba por acabar.
Hasta ese momento, quien se preciara de ser cineasta tenía que hacerlo en celuloide, más una labor radical a finales de 2009 diversas compañías se evocaban a iniciar la era digital. La compañía Sony lanzaba la línea de cámaras digitales para cine con el nombre de Cinealta, la mejor apuesta del momento, lo último de la tecnología introduciendo la F65, F23 y F900 Cinealta.
Algunas apuestas anteriores y muy inferiores habían sido los intentos de Canon con las cámaras XL1, que en calidad digital menor al High Definition simulaban la textura del celuloide.
Con la entrada de la Cinealta rápidamente varios estudios se apresuraron a probar y comprobar los avances, mismos que fueron mejorando rápidamente en una lucha de marcas logrando superar rápidamente el HD. El celuloide quedaría para algunos directores como una herramienta estilística, el cine finalmente se había transformado. El cine digital había llegado para formular nuevas posibilidades estilísticas. Logrando una definición nunca antes vista, y fusionando a la par nuevas tecnologías que mejoraron los efectos visuales nunca antes vistos.
La era digital marcó por igual tener una mejor efectividad para capturar imágenes, la película de acetato se transformó en sistemas de captura y almacenamiento que en un inicio comenzaron con casetes, muy pronto se transformaron en discos duros internos con capacidad de muy alta calidad y grande espacio.
La película en 35mm se modificó a una grabación digital almacenada en disco duro, con ello la estructura de las mismas películas se había convertido incluso no sólo en un nuevo sistema de almacenaje, sino en una nueva posibilidad de lenguaje. Donde las grandes y pesadas cámaras de Panavisión se redujeron a cámaras cada vez más pequeñas y más poderosas en donde el juego de los lentes componía el factor más representativo en la posibilidad de usar y manipular ópticas PL, factor clave de la era digital.
En un inicio, con la Cinealta los contrastes, la calidad de imagen y sobre todo la posibilidad de tener un material que fuera menos limitado a la hora de su captura apuntalaban a la industria del cine en un tramo que habría de apostar a la era digital por completo. Implementado por los grandes estudios, los cineastas independientes, y en camino el nuevo negocio de lo audiovisual: las plataformas digitales.
Casi en paralelo al salto tecnológico en el cine, las compañías de celulares realizan un lanzamiento que habría de verdaderamente democratizar el uso del lenguaje audiovisual en todo el mundo.
En 1977 la compañía Ericsson había desarrollado el concepto del “smartphone” con el modelo GS88 Penélope. Tomando éste precedente, Steve Jobs junto con la compañía Frog Design lanzaron en 2007 el primer Iphone. Había nacido el concepto desarrollado del smartphone, siendo una revolución en cuanto a los hábitos de comunicaciones inalámbricas y sobre todo en lo visual. Aquel aparato con pantalla táctil, altavoz y auricular, micrófono y cámara de 2 megapíxeles, con Wi-Fi integrado estaba por crear un movimiento no sólo tecnológico, sino principalmente audiovisual.
La inclusión de los smartphones a la vida diaria daría como resultado varios cambios de fondo, las personas dejarían de tomar fotografías con cámaras de bolsillo, el celular comenzaría a apropiarse de ese mercado. A partir de ese momento todo en cuanto a lo más significativo de la vida diaria de una persona comenzó a controlarse en un celular.
Las fotografías en celular generaron conceptos como el “selfie”, los acontecimientos diarios desde los más simples hasta los más complejos comenzaron a grabarse en video y a retransmitirse en las televisoras que usaron como un remedio para producir a bajo costo. Los noticiarios de las televisoras comenzaban a mostrar los acontecimientos históricos generados día a día a través de usuarios de celulares que como “documentalistas” informales comenzaron a capturar la realidad diaria. La evidencia diaria dejó claro el desconocimiento del lenguaje cinematográfico, dejándose llevar por el diseño de los celulares, sin pensarlo crearon un lenguaje visual.
Los relatos, los diversos acontecimientos diarios comenzaron a capturarse de forma “equivocada” al grabar en formato 9:16.
Las pantallas de televisión comenzaban a inundarse de videos hechos en vertical, un encuadre que mostraba las acciones en principio como un error, pero que ante la cotidianidad se volvieron una expresión visual con identidad propia.
La revolución audiovisual cobraba un verdadero sentido democrático, y los cineastas viendo la oportunidad decidieron abordar este nuevo espacio a través de la tecnología en la creación de un nuevo cine, el cine hecho con celular.
La primer película en el mundo en hacerse en celular fue la película “Olive” (2011) de los directores Patrick Gilles y Hooman Khalili quienes coescribieron, con fotografía de Patrick Gilles protagonizada por Gena Rowlands y Randi Zuckerberg. “Olive” fue grabada completamente adaptando un Nokia 8 a un lente de cine con rig. La historia narra la vida de Olive, una niña misteriosa con poderes mágicos que invade la vida de tres personas solitarias quienes aprenderán a vivir la vida de nuevo.
El siguiente esfuerzo significativo sería la película Tangerine (2015) del director norteamericano Sean Baker con fotografía de él mismo y Radium Cheung. La película despunta por ser la primer película hecha en celular que obtiene una selección oficial en el Festival de Sundance. Como un hecho curioso, en 2013 el fotógrafo de Tangerine Radium Cheung trabajaba como gaffer de la película All is Lost con Robert Redford en territorio mexicano. A la llegada de Redford a su camerino justo a la entrada, el actor se encontraba a Radium Cheung cocinando noodles o comida asiática, este contacto fue posiblemente el acercamiento importante para lograr llegar a Sundance donde Redford ha sido impulsor de un cine verdaderamente independiente y de bajo costo.
El celular empleado por Sean Baker y Radium Cheung fue un iPhone 5s, en el que utilizaron la aplicación Filmic Pro, hoy ampliamente probada en varias películas hechas por celular. Aplicación en la que la pantalla del celular puede convertirse en un formato anamórfico, donde contraste, intensidad de luz y foco pueden manipularse a gusto. En diversas entrevistas Sean Baker comentó los beneficios de utilizar un celular para filmar. La forma en que por tratarse de un celular pudo pasar desapercibido de policías, evitando permisos en locaciones por manejar cámara en mano.
Tangerine es un relato urbano acerca de una prostituta transexual, Sin Dee (Kitana Kiki Rodríguez) que al salir de la cárcel se entera que su novio proxeneta le ha sido infiel. Junto a su mejor amiga Alexandra se disponen a investigar para aclarar el rumor, su odisea la lleva a través de diversas subculturas de Los Ángeles.
La selección de Sean Baker para filmar con el iPhone 5s fue en torno a la superioridad y costo comparativo con una cámara réflex. La facilidad de portar y transportar el celular como cámara, pasar desapercibido en zonas donde por presupuesto era imposible cerrar los negocios. Lugares complicados donde se venden drogas o hay servicios de sexo servicio que no representaron un problema por tratarse de un celular.
La fotografía de Tangerine se vio apoyada por los lentes adaptables de moondog labs en la que se pueden encontrar una gran variedad de ópticas anamórficas y filtros. Se agregó la utilización de un steadicam Smoothee para iPhone 5/5s, logrando imágenes cinematográficas sin precedente. Uno de los iPhones 5s utilizados en Tangerine fue solicitado para ser exhibido permanentemente en el Museo de la Academy of Motion Picture of America situado en Los Ángeles.
En territorio mexicano la primer película en realizarse totalmente con celular, y en obtener un premio importante es Oso Polar (2017) de Marcelo Tobar de Albornoz, historia que aborda el reencuentro de tres amigos, y su road trip para llegar a una reunión de aniversario de la primaria en donde se revelarán una serie de sentimientos y rencores del pasado. Largometraje ganador como mejor película del Festival Internacional de Cine de Morelia, producida por 350,000 pesos mexicanos.
La gran mayoría del presupuesto fue conseguido en crowdfunding en donde obtuvieron 208,378 pesos, y no contó con ningún fondo del Instituto Mexicano de Cinematografía, ni de Gobierno.
CINE VERTICAL
El cine como vertical posiblemente nace como un error de narrativa visual, grabar en vertical por tratarse de la forma en que la gente toma su celular, por el diseño y un poco la ignorancia de saber que la forma adecuada era en principio horizontal. Más la redundancia, la frecuencia, la dinámica ha hecho que la narrativa visual en vertical sea ya un standard sobre todo en redes sociales, y donde la abundancia de aplicaciones como Instagram, Facebook, Tik Tok han hecho del cine vertical un verdadero lenguaje.
Sí, el celular brindó la posibilidad de accesar a narrar con imágenes de alta calidad, pero en definitiva no por tratarse de celulares se logra que quien porte un celular se considere un cineasta. El cine vertical como tal tiene su propio lenguaje que requiere de diseñar un encuadre específico centrado en muchas ocasiones a medios planos y close ups. La efervescencia del cine en celular hoy en día acaparará la dinámica diaria de agencias de publicidad, productoras independientes, que generan contenidos tomando en cuenta el gran mercado que circula accesando a un celular. La televisión ha ido en declive en ese sentido, ahora las plataformas digitales determinan en gran medida gracias a una medición muy puntual de followers, el impacto que puede o no tener un video. En el cine ese mismo impacto se ha desarrollado en Festivales Internacionales de Cine Vertical con un crecimiento constante.
El Cine Vertical surge desde una perspectiva inicialmente más experimental, y de creación espontánea donde la creatividad de sus historias y encuadres son el atractivo principal. Una nueva forma de ver, una nueva forma de narrar, en 2013 el movimiento de cine vertical atribuido a Sones Acts creando el portal verticalcinema.org. La relevancia del cine vertical hecho en celular ha influido a diversos países en la creación de Festivales Internacionales que otorgan importantes premios económicos, así como reconocimientos amoldando incluso pantallas verticales para proyectar en todo su esplendor las películas.
Dentro de los circuitos más importantes se encuentran el Vertical Film Festival de Australia, el Vertical Movie Festival de Roma, Italia, bajo auspicio de directores de reconocimiento internacional como Ettore Scola; Die Erste Vertikale en Berlín, Slim Cinema en Nueva York, el cada vez más famoso concurso Nespresso Talents con exhibiciones en Cannes, y en los principales Festivales de cine del mundo, Snapchat Short Tribeca, el Verte Films en Praga, en México el Festival Internacional de Cine con medios alternos (FICMA), el SmartFilms México, su sede original de SmartFilms Colombia, entre los más destacados.
No como un una norma universal, más si como una circunstancia casi mundial la realización de cine con celular casi está centralizada para los aparatos de iPhone. Si bien Nokia, Motorola, Sony y Huawei de forma muy convincente han empleado numerosos recursos para ampliar su gama para el mejoramiento de fotos y video.
En la exploración de herramientas es singular la evolución del celular, al que pueden encontrarse equipos especializados de alta calidad a una cuarta parte del precio de cualquier otros aparato de cine en su gama más alta.
APPS CONTROL DE IMÁGEN
Una de las mejores apps para manejo de cine en celular son las siguientes:
Filmmic Pro utilizada en Tangerine, Steven Soderberg en la película Unsane (2018).
Promovie una versión muy económica y de rango de calidad que permite grabar en distintas calidades y velocidades.
EDICIÓN
Adobe Premiere Rush
Luma Fusion (como versión de Adobe Premiere para celular)
Imovie
Quik
Kine Master
GRABACIÓN DE AUDIO
Metarecorder de apogee Electronics & Sennheiser MKE 2 Digital Clip Mic Digital
Micrófono Video Micme de Rode
La trascendencia del cine hecho en celular va en crecimiento, comparativamente tomando en cuenta que en 2009 Sony lanzaba su serie de cámara de Cinealta donde una cámara como la F23 tenía un costo de 300,000 dólares, y una renta por día de 50,000 pesos. En diez años la evolución en cuanto a smartphones y telefonía digital ha supuesto un standard donde la mayoría de los celulares integran en un sistema básico videos que capturan en 4K, que en términos simples es cuatro veces HD.
Sí, el 4K de los celulares es un sistema comprimido, pero comparativamente la calidad de cualquier celular es muy superior al archivo final de esa cámara F35 o F23 que se quedó simplemente en HD.
Xavier Pérez Grobet durante el confinamiento de 2020 realizaba una plática en Instagram donde platicaba cómo había realizado una película utilizando calidad 720p, que es inferior a HD, y de cómo el trabajo había sido pasado a celuloide.
Está claro, que las posibilidades del celular sobre todo en el ramo del documental están ampliamente más accesibles, y con la más alta calidad donde ya cualquier espectador está acostumbrado.
La evolución del digital está llegando a términos muy complejos, donde hoy día el 6K, 8K y hasta 16K son posibles. El ojo humano capta hasta un 2k que es el standard en cines comerciales. Se menciona como una posibilidad que la adaptación para poder apreciar estas calidades de imagen pudieran adaptarse a lentes de contacto para lograr generar la sensibilidad de una imagen de hipercalidad.
Grandes directores han incursionado en el cine hecho con celular, algunos como Paranmanjang ( 2011) cortometraje de Chan-Kyong Park, Steven Soderbergh con Unsane (2018)., l documental ganador del Oscar Searching for Sugar Man de Malik Bendjelloul.
SONIDO
ClipMic Digital es una de las mejores opciones para grabación de audios usando micrófonos Sennheiser, otra opción notable son los micrófonos Rode.
LENTES
La gran variedad de lentes para celular varían en marcas, tamaños y calidades. Hoy día es posible encontrar lentes que permiten ópticas interesantes a nivel de celular que son interesantes más no han logrado replicar la calidad de los lentes de montura PL usados en el cine. Una apuesta fallida en términos de mercadotecnia fueron los Exolens de Carl Zeiss. Carl Zeiss desarrolló unos lentes especiales para iPhone 7, de muy buena calidad con armazones especiales que fueron discontinuados. Una de las últimas ocasiones en usarse estos lentes en México fue con el proyecto vertical Como el sueño de Laura (2018) protagonizado por Laura Ferretti y dirigido por Octavio Maya Rocha.
Los celulares, su calidad tecnológica y su impacto en las imágenes han representado una innovadora revolución audiovisual. Lo que antes era difícil y costoso se ha traducido en aparatos celulares cada vez con mejor calidad de imagen, en la que se pueden emplear una gran variedad de aplicaciones, consiguiendo trabajos de mucha calidad.
Sobre todo proyectos documentales o producciones independientes, representando una de las mejores posibilidades de producción. Tomas submarinas que antes requerían de housings muy sofisticados, caros, y que requerían de tener a una persona supervisando el equipo, hoy los housings de celulares como Watershot, creado por la compañía del reconocido Peter Zuccarini, ha reducido los límites de costos para hacerlos completamente accesibles a cualquier persona.
LAS NUEVAS APUESTAS DE LA INDUSTRIA DEL CINE
El nacimiento de QUIBI en el año 2018 a través de Jeffrey Katzenberg, ex directivo de Walt Disney y de Dreamworks, junto con Meg Whitman, ex CEO de Ebay y HP, quienes presentaron en la Convención de CES 2020 en Las Vegas la nueva plataforma de streaming especializada en contenido para celular.
El concepto de la plataforma es la producción de video cortos, con duración menor a 10 minutos, dirigidos a celular en la que se podrán apreciar tanto en formato vertical como horizontal.
Apuesta empresarial audiovisual que habla del gran posicionamiento del mercado del entretenimiento por celular, que compite directamente con otras plataformas como Netflix, Apple TV, Amazon , por mencionar algunas.
META CINE 2020
Con la pandemia de 2020, el encierro forzado por la cuarentena parta evitar el coronavirus desató un gran número de historias en el cine, muchas de ellas que debido a la dificultad por acceder a locaciones, y usar grandes herramientas cinematográficas, muchos comenzaron a emplear el celular y las aplicaciones de una forma creativa para subsanar la demanda de contenidos digitales.
De tal forma, retomando el concepto del cortometraje La Llamada, que tuvo su inicio en el concurso de Nespresso Talents 2017, teniendo como protagonista a la actriz finlandesa Anna Easteden. Historia que abordaba la vida de una mujer ejecutiva quien al término de un día arduo de trabajo intenta localizar a su esposo en videollamada, y al verse frustrado su intento realiza un video mensaje en donde realizará una opresiva confesión. El concepto realizado en vertical que fuera seleccionado en los Festivales Die Erste Vertikale, Vertical Movie Festival y Ficma, fue retomado por Octavio Maya Rocha durante la pandemia en un remake ahora en formato 16:9, teniendo como protagonista a Gabriela Vergara (Venezuela) estando la actriz en Miami y Octavio Maya Rocha en la Ciudad de México.
Posterior a esta historia, Octavio Maya retoma la idea, pero ahora con un nuevo guion manteniendo el concepto, ahora en La Llamada-Panamá teniendo al actor Daniel Márquez como protagonista. Esta historia termina por desarrollar una nueva posibilidad extendiéndola inmediatamente a La Llamada-Bolivia con el actor Daniel Larrazábal (El Ché: Segunda Parte), Daisy Pareja (Anchorman II) y Cecilia Pareja. Se concreta entonces el concepto del META CINE 2020, que aborda un cine en el que utiliza el concepto de Meta Data, o los datos sobre los datos. Cine que utiliza tecnologías como el celular, y la posibilidad de entremezclar otras formas de captura. Abordando historias teniendo como contexto la premisa de la pandemia del coronavirus de 2020, y entremezclando las acciones con temas sociales. Algunos de los temas como la quema de la Amazonia, la vulneración de los grupos de la Chiquitana Boliviana, las buenas acciones de combate al coronavirus de Costa Rica, el combate al racismo y hasta historias de amor interrumpidas por el confinamiento con alusiones a películas del neorrealismo italiano.
En el METACINE inaugurado por La Llamada-Bolivia hay un concepto de matrushka audiovisual, donde los temas de la realidad diaria son entremezclados con una ficción que en todo momento pretende ser absolutamente realista, sin mayores cortes de edición, donde los personajes se expresan a través de videoconferencias asumiendo una re-interpretación de la realidad a través de sus personajes y de aquellos que la ven. Historias sin mayor efectismo que aquello que rodea a los personajes con iluminaciones realistas, incluso con errores propios de las videoconferencias, en las que cada uno de sus protagonistas habrán de hacer un desdoblamiento emocional en ocasiones muy polarizado. La mezcla de géneros cinematográficos es parte de la fórmula de un cine en celular que es dirigido a la distancia.
Producido por Euphoria Films México, las historias se entrelazan entre países, más no dependen de un contexto demasiado específico como lo es la pandemia del coronavirus. La realidad y la circunstancia de cada historia parte de ese hecho que integra elementos del inicio, desarrollo, clímax, y consecuencias post-covid en una línea argumental no premeditada, pero sí en hecho en base a los acontecimientos del momento en que se produce cada historia.
Así como lo demostró Sean Baker, director de Tangerine, el beneficio de los celulares ha generado no sólo una facilidad en el manejo a la inmediatez por acceder a la producción de imágenes de buena calidad.
Fotógrafos como Juan José Saravia, miembro de la AMC (Asociación Mexicana de Cinematógrafos) hablan de la aparente calidad de un material hecho en celular, que tan pronto se proyecta en una gran pantalla pierde encanto. Lo cierto es que las nuevas generaciones de celulares han marcado diferencias notables en sus sensores, en la disminución de compresión mejorando su calidad. En imágenes muy nítidas que son fácilmente manipulables con aplicaciones que no superan el costo de los 20 dólares. Hay que tomar en cuenta las condiciones de iluminación, así como la evidente necesidad dependiendo de los presupuestos y conceptos por post producir. Proyectos a los que siempre se podrá agregar y mejorar elementos a través de la corrección a color, efectos digitales y diseño de sonido.
Robert Rodríguez fue el que posiblemente pueda ejemplificar mejor esta fase del cine celular, con su película El Mariachi (1992), hecha con un costo de 7,225 dólares que pretendía ser un video home, que posteriormente fue adquirida por Columbia Pictures que agrego 200,000 dólares para subirla a celuloide. El ejemplo del cine en celular se encuentra de la misma forma con las mismas causas y con los mismos efectos. Mas quien sepa abordar una historia con elementos básicos, con encontrar la fórmula secreta de contar una buena historia en un sólo cuarto, con el mínimo requerido será nuevamente la posibilidad de evitar costosos proyectos que terminan fracasando en taquilla sin posibilidad de recuperarse.
En la gama amplia de producciones que van no sólo de películas o series, el celular se ha extendido a producciones de videos musicales, campañas políticas, sesiones en vivo que tomando ventaja de las transmisiones por wifi han hecho posible lo que en la primera década del nuevo siglo era difícil imaginar.
Como toda arte, las herramientas para realizar cine pueden ser variadas, ahora sólo depende del rigor y de la seriedad en la creación del contenido para considerar un trabajo de celular como un proyecto de cine, o una simple grabación para mantener un recuerdo sin mayor repercusión que uno de los miles que hoy día se producen.
Octavio Maya Rocha es cineasta, tiene trabajando tanto en el cine como la televisión desde 1994. A la fecha ha escrito, producido y dirigido 10 cortometrajes en celular. En 2009 produce y dirige “El Último Aliento”, siendo el cortometraje de mayor presupuesto en México entremezclando cine digital, cinealta y celuloide, convirtiéndose en uno de los especialistas de cine en celular en México. Su trabajo ha estado ligado a las nuevas tecnologías, fue el primer cineasta en el mundo en filmar con una F23 Cinealta, ha producido con diversas cámaras digitales. En 2017 realizó en su totalidad el detrás de cámaras de la película Compulsión de Batán Silva y ha sido fotógrafo de los videos Quisiera Saber y las Sesiones del Área 51 de la agrupación musical Combo Movox (Sr. González & Zaira Franco)
@octaviomay
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