Periodista, director. Aficionado a la literatura, a principios del siglo XX, Armando Vargas de la Maza se inicia en el ejercicio del periodismo en varios diarios capitalinos. Con otros colegas de “El Demócrata”, participa como actor en Santa/Luis G. Peredo 1918. Por circunstancias políticas no aclaradas, se exilia en Estados Unidos. Desde Hollywood, con el seudónimo de “Julián del Roble”, entre otros, es corresponsal fílmico del diario “El Universal” y de los semanarios “El Ilustrado” y “Revista de Revistas”. En Estados Unidos, filma con Luis Alvear Vélez un documental sobre Hollywood llamado El cine por dentro. En 1926 regresa al país para dedicarse a la política y de nuevo al periodismo como director del diario “El Heraldo”. Circunstancialmente regresa al cine colaborando como argumentista y codirector técnico de Sor Juana Inés de la Cruz/Ramón Peón 1935.
En 1936, dirige el primer cortometraje de una serie inconclusa llamada “Sucedió en México” que es financiado por Producciones Teponaxtle, y fotografiado por Agustín Jiménez. Su único largometraje es: El indio, rodado en 1938 sobre la prestigiosa obra de Gregorio López y Fuentes, una adaptación en colaboración con Celestino Gorostiza, sonido de Joselito Rodríguez, edición a cargo de Emilio Gómez Muriel y la música de Silvestre Revueltas, realización que cuenta con las actuaciones de Consuelo Frank, Pedro Armendáriz, Eduardo Vivas y Enrique Cancino. Filmada en Pahuatlán, Puebla y los estudios Clasa, la cinta es un drama ubicado en el porfiriato, sobre el abuso y el maltrato de un patrón español a los indios que trabajan en su hacienda, ambicioso personaje, interesado en los tesoros arqueológicos de la región; trama que se entreteje con una historia de amor.
La incursión de Armando Vargas de la Maza, en la realización fílmica debe entenderse como parte del fallido, pero muy interesante, esfuerzo cardenista por desarrollar un cine nacionalista de “contenido social”, produciendo obras afines a los ideales de la Revolución Mexicana.
De acuerdo al testimonio del director Chano Urueta, registrado en la Historia Documental del Cine Mexicano de Emilio García Riera, Armando Vargas de la Maza fallece antes de terminar la película, la cual finaliza el propio Urueta con el apoyo de Pedro Armendáriz.
“Los disparates ocasionados por un nacionalismo incomprendido o mal interpretado, no serían excepcionales en el cine mexicano.
Quizás uno de los motivos de la extraña mezcla de moléculas folklóricas de diversas partes del país en una misma película, obedezca al problema de dar unidad a la multiplicidad de regiones del país, cada una con sus características propias, que ya había atormentado a Eisenstein, y que se hace presente en numerosas películas, como en El indio (1938), de Armando Vargas de la Maza: para simbolizar a todas las culturas indígenas sobrevivientes, el director mezcla indígenas de Pahuatlán de la sierra de Puebla con yaquis de Sonora, huastecos de Hidalgo y San Luis Potosí, totonacas veracruzanos y mayas de Yucatán.”
(Medio siglo de cine mexicano (1896-1947), Aurelio de los Reyes, p. 162)
En Santa/Luis G. Peredo 1918, interpreta a uno de los médicos que atiende a la protagonista. El indio/1938, además del apoyo oficial a trasmano, cuenta con el respaldo de numerosos elementos prestigiosos. En primera instancia, se basa en una novela indigenista reconocida en 1935 por la Secretaría de Educación Pública con el Primer Premio Nacional de Literatura; en segunda, en la adaptación colabora el célebre dramaturgo –y posteriormente también frustrado director fílmico–, Celestino Gorostiza; por otra parte, la música es de Silvestre Revueltas y las canciones y coros de Manuel Castro Padilla. Estos importantes auxilios son insuficientes para impedir un estreno deslucido y una mala acogida del público en febrero de 1939. Como resultado de sus experiencias periodísticas, en los años veinte publica por entregas en una revista norteamericana, sus crónicas sobre “La vida en Cinelandia”. Es también editor de un anuario, “Almanaque Nacional”, del que por lo menos se conoce el volumen editado en 1938.
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