VOLLRATH TRIULZI, ERNESTO

Director y exhibidor cinematográfico. Se desconoce en qué año su familia emigra a Argentina, donde transcurre su niñez y adolescencia. Regresa a Europa y el 10 de abril de 1912 en el puerto de Liverpool, Inglaterra, a punto de abordar el barco “Titanic”, una persona le ofrece comprarle su boleto al doble, propuesta que acepta. Su familia lo da por muerto en el hundimiento del trasatlántico; la sorpresa es inmensa cuando meses después los contacta desde Nueva York. Finalmente llega a México donde se establece y crea el primer laboratorio dental, negocio que le permite incursionar en el mundo cinematográfico como exhibidor comercial y construir el Cine América, en sociedad con Eusebio Mezquiriz.

En 1916 Ernesto Vollrath se asocia con el exhibidor Germán Camus, para crear la distribuidora La Central Cinematográfica. Dirige en 1919 su primer largometraje La banda del automóvil/La dama enlutada, serie de episodios producida por Germán Camus, que es la primera de seis cintas que lo convierten en el director más eficiente de la época.

La cinta, una historia real basada en el argumento del periodista español Enrique Guardiola Cardillach, narra los asaltos y secuestros de una banda de ladrones, que vestidos con atuendo militar, asolaron la Ciudad de México durante el año de 1915 cuando la revolución estaba en pleno apogeo y las fuerzas beligerantes — villistas, carrancistas, convencionistas, obregonistas, constitucionalistas o zapatistas — ocupaban alternativamente la capital por breves períodos. La banda aterroriza a la burguesía capitalina mientras un detective les sigue la pista, finalmente son atrapados y fusilados algunos de sus integrantes. La película consta de doce episodios: 1- La dama enlutada 2- Robo a la casa del banquero 3- El detective Maclovio 4- El misterio de Doña Victoria 5- La aprehensión 6- La historia de Ricardo 7- El buen juez 8- Una evasión sensacional 9- El gran descubrimiento 10- Hijo por hijo 11- El corralón trágico 12- El triunfo del amor.

El éxito de La banda del automóvil, permite la construcción de los Estudios Ediciones Camus donde Ernesto Vollrath filma: Hasta después de la muerte/1920, adaptación de la obra teatral de Manuel José Othón; En la hacienda/1921, zarzuela mexicana de Federico Carlos Kegel; Carmen/1921, de la novela de Pedro Castera que fue seleccionada para un concurso de guiones convocado por la productora, y por último, Amnesia/1921, de un relato de Amado Nervo.

Al año siguiente, la sociedad con Germán Camus se disuelve por cuestiones monetarias, pero antes de venderla, éste se la alquila para que dirija su última cinta La parcela/1922, basada en la novela de José López-Portillo y Rojas. Posteriormente funda la productora EV Films. En 1922 Ernesto Vollrath filma el corto documental El regreso de la embajadora; decide abandonar la dirección para dedicarse de lleno a la exhibición en los cines América y Bucareli y en 1926 se retira definitivamente del mundo del celuloide, para dedicarse por completo a la industrial dental.

Mire usted señor Vollrath –principio, a boca de jarro– ¿qué piensa usted del cine en México como negocio?

EV.- “¿Cómo negocio? Le diré. Falta mucho para que pueda considerarse seriamente como tal, ya que mientras no logremos hacer películas bien hechas, que nos cuesten bastante con la seguridad de sacarles bastante, me parece que eso es casi difícil.”

Pero señor…

EV.- “No querido amigo: Usted mismo lo sabe bien. Estas cosas, como negocio aquí en México, no pueden tomarse en cuenta mientras no se intensifique y se logre a gran escala.”

Bueno, convengo en que tiene usted razón. ¿Y así cree usted que encontremos en México talentos y cerebros, además de elementos técnicos de valor suficiente, para producir películas tan buenas como las que hacen en el extranjero?

EV.- (Nueva perplejidad de él.) “Ignoro a que razón obedezca. Pero podrían estar seguros que no es la misma a la que obedeció la anterior.

En México hay mucho entusiasmo, muchos deseos de trabajar. ¡Cuántos no desean filmar, escribir o producir! Pero, desgraciadamente, no contamos con alguien que realmente conozca de estos asuntos lo suficiente para producir una película digna de competir con la mejor extranjera. Hace falta quien haya estudiado y quien haya aprendido. No basta con entusiasmo; muy al contrario. Y más precisamente en las cuestiones de técnica cinematográfica, ¡Es tan difícil, tan difícil…!”

(El Universal Ilustrado, “La alegría de filmar el cine en México como negocio y arte. Lo que nos dice uno de nuestros escasos directores”, Mounsieur de Lourdines, entre 24/08/1921 y 08/09/1921)