SIERRA MAYORA, SANTIAGO J.

Abogado y director. Santiago J. Sierra es hijo del filósofo y educador Justo Sierra Méndez, concluye estudios de Derecho en la Escuela Nacional de Jurisprudencia. En 1915 se frustran sus deseos de iniciarse como director de películas de argumento al no rodarse los proyectos “La leyenda azteca”, “La visión roja”, “La venganza” y “Una página de amor”. Es director artístico de la fallida empresa México Lux en 1916.

En 1917, Santiago J. Sierra es patrocinado por el distribuidor Gonzalo Arrondo, logra dirigir sus dos únicos largometrajes: El primero Maciste turista/Entretenimiento cinematográfico de índole comercial con el conocido atleta y fisicoculturista Enrique Ugartechea, es una imitación del cine italiano inspirado en el personaje que popularizan las películas Cabiria/1914 y Maciste/1915 de Piero Fosco. Actuán también: Cipri Marti, María Luisa Ross, Ricardo Beltri, Manuel F. Novelo y Manuel Morales “el Onofroff mexicano”. El inverosímil argumento es un pretexto para que Ugartechea haga gala de su fuerza física, y de paso, publicidad a varias casas comerciales.

Barranca trágica es un truculento drama rural, escrito y protagonizado por el propio director y con las actuaciones de Elena Castro y José Flores Alatorre, acompañados de actores aficionados. La cinta se estrena en el Teatro Arbeu el 2 de diciembre de 1917, y es la misma que se anuncia en 1919 como El eco del abismo, aunque probablemente no llega a exhibirse con este título.

En 1919 queda sin realizarse la serie de episodios “Aventuras de Chucho el Roto o El bandido generoso”. Santiago J. Sierra abandona el cine para dedicarse al ejercicio de su profesión.

“…[La historia de Barranca trágica] ha sido arrancada de nuestra vida nacional, y cada escena trae consigo el encanto vernáculo. Jaripeos y tapadas de gallos nos muestran la gallardía de México, y un amor completo, total, de una muchacha muéstranos también el corazón de nuestras mujeres. …Hay una visión de una hacienda mexicana que merece los más cálidos elogios, precisamente porque nadie ha llevado a la pantalla la vida patriarcal de estos lugares. En los amplios corredores de la casona pasea su melancolía Rosa Luz, y los corrales, el jardín de la hacienda y los verdes campos adjuntos, son el escenario del drama que se avecina”.

(El Universal, Silvestre Bonnard [seudónimo de Carlos Noriega Hope], 24/08/1919, en Archivo de Federico Dávalos Orozco y Esperanza Vázquez Bernal)