PABLO FERNÁNDEZ, JULIÁN

Fraile dominico, teólogo, pintor, escultor, arquitecto, director de cine y actor. Julián Pablo sale del país a los 17 años y regresa a los 24, con la Licenciatura en Filosofía por la Universidad de Caldas de Besaya, en Santander, España, y de Teología por Le Souchoir, de París, Francia. Se ordena sacerdote en 1963 y continúa con estudios en París; se desempeña como arquitecto y profesor de la Facultad de Arquitectura de la UNAM durante diez años, además de profesor de guionismo en la Universidad Iberoamericana.

Gran amigo del cineasta Luis Buñuel, con quien colabora en la película La vía láctea/1969 en París, en donde escribe y dirige el cortometraje El vientre de la ballena/1969 alentado por Buñuel, quien le aconseja dejar su tesis sobre él y pedir dinero a su madre para filmar una película. En palabras del director: “este cortometraje es una paráfrasis de lo que ve Cristo”.

La leyenda de Rodrigo/1978, es su única película, historia que escribe con Julio Alejandro, sobre un relato de Teófilo Gautier. Estelarizada por Fanny Cano, René Casados, Aarón Hernán, Manuel Ojeda, Carlos East y Carlos Cámara. Es la historia de Rodrigo, un fraile dominico, que trata de resistir las tentaciones del Diablo con ayuda de su padrino el fraile Alfonso. Elicia (Fanny Cano) quien llega al lugar con una compañía de cirqueros, obedece a Asmodeo, ángel negro del mal.

La leyenda de Rodrigo es la primera cinta de un director atípico como Julián Pablo, quien combina en la trama una mezcla de imágenes religiosas y eróticas. La filmación dura casi un año, del 26 de diciembre de 1977 al 2 de noviembre de 1978 y se realiza en los Estudios Churubusco, en instalaciones del convento de Acolman y de la hacienda La Gavia en el estado de México y en locaciones de Oaxaca y la Ciudad de México. Se estrena el 28 de mayo de 1981 y se exhibe durante una semana en los cines Tlatelolco, Carrusel, Vicente Guerrero, De la Villa, Mariana y Lago Dos.

Para la televisión realiza el documental El laberinto de la soledad/1989, un guion de Octavio Paz, y dirige la serie “El alma de México”/2000, con narración de Carlos Fuentes, misma que consta de 12 programas divididos en cuatro series sobre la historia de México, desde el desarrollo de las culturas prehispánicas hasta la era moderna.

Oswaldo Toledano alumno del CCC, filma en el 2012 los últimos años de Julián Pablo en el cortometraje documental El Pintor de Verónicas, cuya liga anexamos en la sección de entrevistas.

“¿Cómo conocí a Buñuel?

Ya lo he dicho muchas veces. Yo estaba en París en 1962, cuando se presentó Viridiana, yo estaba estudiando teología, en unos conventos donde habían estado los grandes teólogos del Vaticano. Y un padre, me dijo ‘tú eres mexicano, tienes que ir a ver una película que ha armado un escándalo en El Vaticano, de un mexicano, Luis Buñuel‘. No sabía quién era. Fui a verla y me quedé deslumbrado; nunca imaginé que alguien pudiera hacer ese cine. Y, además, me quedé enamorado de Silvia Pinal, me dije ‘cuando regrese a México, tengo que conocer a esa mujer’. Regresé a México y comencé a ver las películas que hacía y a seguir su trabajo, sabía que estaba casada con Gustavo Alatriste, sabía todo de su vida…

Y un día, el papá de un fraile dominico -que vivía conmigo y se acababa de ordenar sacerdote- era velador de las mueblerías que Gustavo Alatriste tenía en la Zona Rosa. Él me pide que celebre su primera misa en Santo Domingo, y le digo ‘con mucho gusto, pero dile a tu papá que le diga al señor Alatriste, que si puede ser tu padrino’ y se lo dijo, y sí. Y yo pensaba en Silvia Pinal. Yo ya conocía El ángel exterminador, Simón del desierto, ya conocía a Buñuel, me fascinaba y sigo pensando que Simón del desierto es una de las más bellas películas e interesantes que ha hecho. Ese día yo prediqué tomando de ejemplo a Simón del desierto…

Ya terminado eso, hubo un coctelito, pero llegó Gustavo solo, bueno, ni modo. Se me acercó y me dijo ‘usted sabe mucho de cine, quiero ser su amigo, lo invito a cenar’, yo encantado. Y me citó en el restaurant del Lago de Chapultepec, llegué bien arregladito y mi sorpresa fue que no era Silvia Pinal, era Sonia Infante, ya se había divorciado de Silvia Pinal. Se casó con Sonia Infante y Buñuel fue su padrino. Y nos quedamos siendo siempre amigos.”

(Fragmento retomado por Mario Barro del artículo “De la amistad no se conversa” firmado por Julián Pablo en Revista Cultural TURIA no. 123, pág. 289)